Alicante amplía su dependencia de los servicios y la construcción con un fuerte incremento de empresas

Ambos sectores han sumado en la provincia en los últimos cinco años 1.444 nuevas sociedades por el tirón del turismo y la actividad inmobiliaria, frente a la pérdida de 211 por parte de industria y agricultura

Un camarero atende a los clientes de la terraza de un restaurante en Alicante.

Un camarero atende a los clientes de la terraza de un restaurante en Alicante. / Pilar Cortés

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Los expertos vienen poniendo sobre la mesa desde hace ya mucho tiempo la necesidad de diversificar la economía de la provincia. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, puesto que si el territorio alicantino ya tenía una fuerte dependencia del turismo, ésta se ha agudizado todavía más en los últimos cinco años. Así lo ponen en evidencia los datos de empresas, que en el caso de los servicios y la construcción, muy vinculados a la actividad turística, se han incrementado durante este periodo en 1.444 nuevas sociedades. En el lado contrario aparecen la industria y la agricultura, que han perdido 211. Los expertos, en este contexto, elogian la fortaleza del turismo y su efecto tractor para la economía provincial, aunque insisten en la necesidad de evitar el monocultivo y reforzar la apuesta por sectores tecnológicos que generen una mayor productividad.

Está siendo objeto de debate desde hace muchos años entre economistas, educadores y agentes sociales. El turismo es un sector que ha demostrado su capacidad para generar riqueza y empleo en la provincia de Alicante, pero existe una coincidencia en propiciar una mayor diversificación sectorial para que las hipotéticas crisis que se puedan registrar, como sucedió en pandemia, no tengan tanto impacto en la economía.

Pero lejos de avanzar en este sentido, parece que la dependencia va agudizándose con el paso del tiempo. Así se puede constatar en los últimos años, justo entre 2019, antes de la irrupción de la crisis sanitaria del covid, y 2023, una vez consumada la recuperación. De acuerdo con los datos que ofrece el Instituto Valenciano de Estadística, la provincia ha ganado en este periodo un total de 1.233 empresas, pasando de las 59.558 a las 60.791. Pues bien, lo que llama la atención, es que este incremento obedece al comportamiento de dos sectores que guardan una íntima relación con la actividad turística. Este es el caso de los servicios, que han sumado 660 empresas al pasar de 45.391 a 46.051, y también la construcción, que ha incorporado incluso más, 784, al transitar desde las 6.182 a las 6.966.

Un edificio de viviendas en construcción en Alicante.

Un edificio de viviendas en construcción en Alicante. / Héctor Fuentes

La relación de los servicios con el turismo es evidente, toda vez que en este sector se encuadran negocios como los relacionados con la hostelería y el comercio, cuyo volumen de trabajo depende en gran parte de los visitantes que acuden a la provincia. Y se da la circunstancia de que, tras el parón registrado en los momentos más duros de la pandemia, el número de turistas ha ido creciendo de manera imparable.

En lo que respecta a la construcción, también tiene una vinculación muy estrecha con la actividad turística, sobre todo si se tiene en cuenta que el mercado de la segunda residencia es el que más está tirando del sector, especialmente entre el colectivo de extranjeros, hasta el punto de que Alicante es la provincia de España que más ventas de viviendas a este colectivo realiza.

La otra cara de la moneda la representan la industria y la agricultura, que en este mismo periodo de tiempo han perdido empresas. En el caso de la industria el retroceso ha sido de 173, al pasar de las 6.064 de 2019 a las 5.891 de la actualidad. En la agricultura, por su parte, la caída ha sido de 38, transitando desde las 1.921 a las 1.883.

El caso de la industria es especialmente preocupante, como ya lo ponía de manifiesto un estudio presentado recientemente por el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca), que concluía que el peso del sector en la economía de este territorio se había reducido a la mitad en 20 años, hasta el punto de que en la actualidad solo aporta el 7,8 % del PIB, es decir, de toda la riqueza que se genera en la zona. El retroceso a nivel de empresas en la agricultura no ha sido tan significativo, pero también supone una evidencia de la situación tan delicada en la que se encuentra este sector, muy afectado en los últimos años por la sequía, la reducción de los recursos hídricos y la subida de las temperaturas, lo que ha propiciado un descenso casi generalizado de las cosechas. Tampoco los precios de los productos agrícolas han estado acompañando a los productores en líneas generales.

¿Y qué es lo que opinan los expertos acerca de la evolución que ha tenido el número de empresas en los diferentes sectores? La catedrática de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante (UA), Paloma Taltavull, vincula la progresión de los servicios y la construcción al fuerte dinamismo del turismo. «Es evidente que montar una empresa en el sector servicios sale más barato que montar una industria y, en el caso de la construcción, gran parte de las viviendas que se hacen son para satisfacer la demanda extranjera. También, con la pandemia, se hicieron muchas reformas, por lo que es de ahí de donde salen estas nuevas empresas», indica.

Planta de producción de una empresa metalúrgica de la provincia.

Planta de producción de una empresa metalúrgica de la provincia. / Áxel Álvarez

En lo que respecta a la industria, sin embargo, Taltavull señala que se ha enfrentado a muchos problemas en estos últimos años, como la subida de costes, o la ruptura de las cadenas de suministros, en un contexto en el que las exportaciones también están retrocediendo por culpa de la inflación y el complicado contexto internacional. Es por ello por lo que expresa su preocupación acerca de lo que está sucediendo, sobre la base de que «estamos destruyendo capacidad productiva en un sector que es uno de nuestros pilares. Menos mal que el turismo está en una buena dinámica».

Por su parte, Ignacio Jiménez Raneda, exrector de la UA y catedrático de Fundamentos de Análisis Económico, afirma no sorprenderse por lo que ha sucedido en estos últimos años, pero insiste en la necesidad de evitar el monocultivo del turismo, «porque si hay un problema en este sector, el conjunto de la economía provincial retrocedería». Así, destaca que lo deseable sería apostar, según sus palabras, «por sectores que generen mayor productividad y riqueza», como una industria de alto componente tecnológico y servicios que trabajen para estas empresas. También pone énfasis en reforzar las capacidades digitales, sobre la base de que «genera empleo cualificado y de futuro».

La producción industrial continúa cayendo

La producción industrial, que ya presentó una línea descendente a lo largo del año pasado, sigue cayendo en este inicio de 2024. Y son dos sectores con fuerte presencia en la provincia de Alicante, como el textil y el calzado, los que están acusando más la caída del consumo generada por la inflación y la incertidumbre en la que se hallan inmersos los mercados internacionales.

Las últimas cifras publicadas por el Instituto Valenciano de Estadística, correspondientes al mes de febrero, reflejan un retroceso del 0,8 % anual en la producción industrial de la Comunidad. Una de las que más ha retrocedido es la industria textil y de la confección, concretamente en un 18,7 %, mientras que la del cuero y el calzado lo ha hecho en un 8,1 %.

También se han registrado descensos en el material de transporte, en un 27,6 %; en productos minerales no metálicos, en un 2,3 %; en metalurgia y fabricación de productos metálicos, en un 0,3 %; y en papel, cartón y artes gráficas, en el mismo porcentaje.

Por contra, remonta con fuerza el material y equipo eléctrico, electrónico, informático y óptico, en un 28,9 %; la alimentación, bebidas y tabacos, en un 11,5 %; o la energía y el agua, en un 2,6 %.

Tanto el textil como el calzado ven razones coincidentes a la hora de justificar el descenso que están registrando. El presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana, Pepe Serna, ha venido haciendo referencia a la inflación, como un factor que está teniendo un gran impacto. «La gente tiene el dinero que tiene, y el nuestro no es un producto, ahora mismo, de primera necesidad. Las preferencias se decantan ahora más por el ocio y los viajes», se lamenta.

Muy parecido a lo que opina Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), que también ha venido haciendo referencia a este asunto como un factor determinante a la hora de explicar la caída de las ventas.

En medio de todo, además, cuestiones que son aplicables a la industria en general, como la fuerte incertidumbre internacional como consecuencia de los conflictos bélicos tanto en Gaza como en Ucrania.