Preocupación entre los clientes de Sabadell y BBVA: "Si cierran más oficinas, ¿dónde sacaremos dinero?"

Los clientes de ambas entidades temen que la fusión reduzca la red y dificulte el acceso a los servicios bancarios

Las asociaciones de consumidores prevén una reducción de la competencia

Una oficina del Sabadell en Alicante.

Una oficina del Sabadell en Alicante. / Jose Navarro

David Navarro

David Navarro

Cuando parecía que la situación se había estabilizado, tras 15 años de recortes continuos, la posible fusión de BBVA y Sabadell amenaza con volver a reducir la red de sucursales de la provincia, para disgusto de buena parte de los clientes de ambas entidades. Aunque no hay unanimidad, basta acercarse a cualquier oficina para comprobar que la mayoría de los usuarios no ven con buenos ojos esta operación, convencidos de que dificultará aún más el acceso a la atención personal y alejará estos servicios de sus barrios.

"No sé si será bueno para los accionistas, pero a los clientes no creo que nos beneficie", señalaba este lunes Juan Carlos Payá, en la puerta de la sucursal del Sabadell del barrio de San Blas, en Alicante. "Si cierran más oficinas, ¿dónde tendremos que ir al final a sacar dinero?", se pregunta este cliente de la entidad con sede en Alicante. Es la queja más habitual entre quienes acuden a esta delegación, aunque no la única.

"La atención es cada vez peor. Desde el confinamiento pusieron la cita previa en todos lados y todo es más complicado", señala, por su parte, Consuelo Rodríguez, también usuaria del banco presidido por Josep Oliu, que lamenta los desplazamientos que debe realizar para que la atiendan en persona. "Desde que cerraron mi oficina en Los Ángeles, ahora me hacen ir a la Rambla cada vez que tengo que hacer una gestión", insiste.

Entre la clientela del Sabadell muchos aún recuerdan cuando la extinta CAM tenía una oficina casi en cada esquina, y todos, empleados y usuarios se conocían por su nombre. "Ahora tienen muy poca gente trabajando y a la que pueden, te mandan al cajero", se lamenta Rafa Molina, que acude a la sucursal con su mujer, Conchi Milán.

Dos de cada tres sucursales ya han cerrado

Para dar una idea de la transformación del sector, basta recordar que desde el año 2008 la cifra de oficinas bancarias operativas en la provincia se ha reducido en un 66%, de 1.770 a 599. Es decir, han desaparecido dos de cada tres sucursales.

Una oficina del BBVA en el centro de Alicante.

Una oficina del BBVA en el centro de Alicante. / Jose Navarro

Tampoco los clientes de BBVA parecen compartir los argumentos del presidente del banco, Carlos Torres, que defendió la semana pasada que la integración y la economía de escala permitirá a la nueva entidad resultante ofrecer mejores productos a sus clientes. "Si cada vez hay menos competencia, al final los bancos harán lo que quieran, no tendremos capacidad para elegir", aseguraba Felipe Cedillo, a las puertas de la oficina de esta entidad en la avenida de la Estación de Alicante. "Estamos todos cabreados con los bancos, pero con razón. No hay forma de que te atiendan como es debido en ningún lado", señalaba, por su parte Manuel, otro cliente de la entidad. Como es lógico, a mayor edad, más preocupación por las posibles consecuencias de la integración sobre el servicio que ofrecen los bancos, mientras que las pocas excepciones de clientes favorables a la operación se dan entre los jóvenes, más duchos en el uso de las nuevas tecnologías.

"Yo creo que la unión hace la fuerza y que sí puede mejorar el servicio con una entidad más grande", apuntaba Leivi Montana en esta misma sucursal. "Hay que darle una oportunidad, puede ser positivo", señalaba también Noelia Fernández, en este caso, clienta de la oficina del Sabadell en Óscar Esplá.

Asociaciones de consumidores

Quienes lo tienen claro son las asociaciones de consumidores: "Somos muy contrarios a esta operación", asegura, tajante, el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu), Fernando Móner, que recalca que la integración "va a suponer una merma de la competencia" y dificultará el acceso a los servicios financieros a una parte de la población. "Si se aprueba, espero que se pongan limitaciones al cierre de oficinas", señala Móner, que recuerda que, en otros casos, como las fusiones de operadoras de telecomunicaciones, se consulta la opinión de las asociaciones de usuarios.  

En la misma línea, desde la asociación Asufin reclaman que los servicios bancarios sean declarados en su conjunto como "universales" por ley, como ya ocurre con Correos, para garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a ellos y se frene el avance de la exclusión financiera. Además, su presidenta, Patricia Suárez, recuerda que "cuantos menos bancos y más grandes existan, más fácil es comportarse de una forma no competitiva y, por tanto, obtener rentas de monopolio u oligopolio".

Daños colaterales

El cierre de sucursales también conlleva efectos sobre otras actividades cercanas, que con frecuencia ven reducido su negocio por el menor flujo de peatones. Es lo que le ha ocurrido a Marcos Segura, vendedor de la ONCE, que ha visto caer sus ventas desde que el Sabadell cerró hace solo unas semanas la sucursal de la calle Pintor Gisbert de Alicante, donde lleva repartiendo suerte desde hace ocho años. "Por suerte, al llevar tanto tiempo aquí, ya me conoce mucha gente y vienen a comprarme, pero se ha notado", se lamenta el vendedor.

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