Conocer perfectamente todos los lados del poliedro te permite desarrollar una calma que, los menos avezados, pueden confundir con falta de previsión. Más bien es al revés. Christian Bragarnik ha sido futbolista, ejercido como representante raso y como jefe de agentes, es abogado y, desde hace años, propietario de un equipo de fútbol en Primera División. Eso le otorga una perspectiva que le lleva a no dar pasos en falso. Su gusto por cerrar muchas operaciones relevantes en el último día de plazo chocó al principio, pero su método ahora se está propagando por toda la Liga Santander.

No hace tanto, la costumbre en este país, en todas las categorías, era iniciar la pretemporada con casi toda la plantilla armada para que el entrenador dispusiera de seis semanas de preparación con el grueso del equipo entrenando en bloque. En el nuevo curso ya no ha sido así. Casi la totalidad de clubes que se han puesto en marcha lo han hecho con dos o menos caras nuevas.

El primer rival del Elche, el Real Betis, ha echado a andar únicamente con dos refuerzos. Nadie ha ido más allá y la tónica general, sin excepción, es la precaución y, sobre todo, la contención a la hora de cerrar traspasos. Salir antes de entrar. Ni en el grupo de rivales que peleará, a priori, por estar arriba, ni el de los llamados, por presupuesto, a batallar por eludir el descenso, hay apenas diferencias. 

El pesimismo a propósito de la inflación y el temor a que la guerra en Ucrania se dilate frena las inversiones de riesgo

El método Bragarnik de apurar para mejorar las condiciones financieras de los refuerzos solo es posible conociendo muy bien el mercado, porque obliga a reaccionar rápido, a tener una cartera de opciones para fichar muy amplia y ágil. Eso ocurre ya en otros muchos clubes, que han desarrollado una red de ojeadores profesionales (o semi) que peinan cada caladero al milímetro. 

La coyuntura financiera global, la más que probable amenaza de contracción económica, la inflación descontrolada y el temor fundado a que la guerra en Ucrania se demore más allá del invierno está llevando a los inversores a minimizar las maniobras de riesgo, a medir mucho a dónde va el dinero que gastan.

OMAR MASCARELL

La prensa extranjera acerca a Catar al mediocentro del Elche

► El Elche perderá una de las piezas básicas del proyecto franjiverde el curso pasado si lo que decanta la balanza es el dinero. El mediocentro canario considera insuficiente la valoración que se ha hecho de su trabajo (reflejada en la cuantía de la nueva ficha que le propone Bragarnik) y, aunque no descarta seguir, sí está siendo tentado por, según los portales especializados en el mercado de fichajes, el fútbol árabe, necesitado de captar talento en el año de su Mundial pagando mejores sueldos.

En una buena parte de los clubes de fútbol de este país, son fondos de inversión quienes llevan las riendas de los consejos de administración. El devenir de los marcos socioeconómicos incide directamente en su desarrollo y en su razón de ser, de ahí que, en el actual contexto de nulo o escaso crecimiento de las economías de todo el planeta, la tendencia sea la de ralentizar los procesos, sacar el máximo partido a lo que ya se tiene (y ha funcionado) y dejar para más adelante las inversiones más relevantes, las más costosas. 

En eso Bragarnik le lleva la delantera al resto de directivos con los que compite, él se sabe mover con naturalidad donde la mayoría, con menos bagaje, tienden a ponerse nerviosos. El Elche ha empezado a trabajar sin caras nuevas, pero eso a Christian no le asusta lo más mínimo.