Once años ejerciendo como entrenador. Lo ha hecho en seis clubes diferentes. En tres de ellos firmando plenos, temporadas completas, sin cese, dos en el equipo de su ciudad: una con el filial y la otra, al año siguiente, con el equipo nodriza. De todas, solo una en Primera, en la temporada 2013-2014. Francisco tiene ahora, ocho veranos después, la posibilidad de reeditar ese éxito almeriense, de emular a Fran Escribá y convertirse en el único técnico que ha iniciado y acabado como franjiverde LaLiga Santander sin despido desde 2015, un reto complejo teniendo que gestionar un vestuario armado con uno de los presupuestos más bajos de la élite nacional.

CONTINUIDAD. Francisco, con 44 años recién cumplidos, necesita dar continuidad al modelo aplicado el curso pasado. Para ello cuenta con buena parte del armazón que le ayudó a lograrlo. Acertar con los fichajes es clave siempre, pero en los equipos que nacen con la meta de pelear la permanencia, mucho más. Un portero, dos laterales (si Mojica no sale), un mediocentro y un cuarto delantero. Si da con las piezas correctas, el preparador franjiverde estará más cerca de emular a Fran Escribá, el último responsable del banquillo que completó una Liga entera sin cese con el Elche en Primera.

ELEGIR UN CAMINO. Cuando llegas a un equipo en crisis, y lo haces a mitad de curso, la parte táctica, sin apenas tiempo para implementarla, es menos relevante que la carga emocional que inyectas en la plantilla. Francisco fue capaz de revertir una mala dinámica muy destructiva. Iniciar bien la temporada es capital, te sitúa, te define, te dicta el camino que te tocará seguir el resto del ejercicio. Bragarnik lo sabe bien. Lo ha sufrido. Le ocurrió con Jorge Almirón, que no arrancó nunca, y después con su sustituto, Escribá, que no halló la manera de equilibrar el juego del equipo, desubicado atrás muchas veces.

Francisco tuvo el acierto de reordenar las piezas, de librarse de su sello ultradefensivo y explorar un camino más acorde al perfil de sus futbolistas, con muy buenos fundamentos ofensivos del centro del campo hacia arriba.

VOTO DE CONFIANZA. Lo mejor que hizo el preparador andaluz después de asumir el cargo fue resolver con buenos planteamientos todos los puntos de inflexión que le marcó la Liga. Ganó los duelos directos más importantes, nunca dejó que el equipo cayera, que perdiera el paso. Salvó situaciones críticas, casi de todo o nada, jugando bien, acertando con el modelo y con los hombres que lo tenían que interpretar sobre el césped. Ese debe ser su principal aval.

Ahora le toca lo más difícil. Hacerlo desde el principio, cargando en origen con el peso de la responsabilidad táctica, dotando a su vestuario de las armas estratégicas y los automatismos que le han de servir para sellar la permanencia con, al menos, la misma suficiencia de la campaña anterior. Bragarnik quiere cerrar un ejercicio en la élite sin firmar despidos y su apuesta es solo una: Francisco.

Omar Mascarell persigue a Lucas Bollé en el entrenamiento con balón en la sesión del martes. Sonia Arcos / ECF

Mascarell empieza a trabajar al mismo ritmo que sus 19 compañeros

Después de sellar su ampliación de contrato y de someterse el lunes al carrusel de exámenes médicos, analíticas y pruebas de resistencia, Omar Mascarell se ha incorporado este martes a la rutina de trabajo normal junto a los 19 compañeros de la primera plantilla que han iniciado el trabajo estival. Para el miércoles está programada otra sesión doble en el Díez Iborra, la primera a las 9:30 de la mañana y la segunda a las 19 horas.