El Hort del Gat podría ser el perfecto vergel. De hecho, si no pasa nada, en el primer trimestre de 2021 podrían comenzar los trabajos de rehabilitación y recuperación de este espacio para convertirlo en sede de entidades festeras y culturales. Será el Consell el que ponga finalmente los fondos para un proyecto ambicioso y necesario, pero en demora constante.

No en vano, este proyecto, municipal con fondos de la Generalitat, se vendió a finales de mayo de 2018, con presencia incluida en Elche del conseller de Cultura, Vicent Marzà. «Estamos aquí para conocer junto a Vicent Marzà las instalaciones de este Hort del Gat. Un espacio que durante muchos años tuvo un uso social importante y que sufrió un proceso de deterioro como consecuencia del abandono del anterior gobierno del PP que lo dejó sin actividad y experimentado una degradación que», declaraba entonces el alcalde Carlos González.

Deterioro que ha ido a más. Justo debajo de las placas en homenaje a Óscar Esplá y Eugeni d’Ors se encuentran ahora varios colchones y mantas donde se duerme como se puede, pero también donde la droga campa a sus anchas. Ahí y en cualquier rincón de este inmenso espacio.

En lo que hasta 2012 fue la Estación Phoenix, un espacio para la investigación sobre la palmera y su creación in vitro, ahora el visitante se topa con un edificio lleno de suciedad, cristales rotos, enseres abandonados e incluso techos desplomados.

Hogueras en la puerta principal, pintadas, botellas vacías, cucharas donde se cocina la droga o ropa abandonada se han hecho comunes en este espacio donde había también una gran piscina y cuyo vallado apenas impide acceder a ella.

Acequias abandonadas y con peligro de torcerse un tobillo, ramas de palmeras caídas por todas partes, suciedad, huecos ocultos donde inyectarse droga… lo cierto es que el entorno, que con un mantenimiento adecuado puede llegar a ser un lugar emblemático, es un auténtico despropósito.

La basura y falta de mantenimiento vegetal también es una tónica en este huerto. A la derecha, ramas y dátiles acumulados a la entrada del sótano del edificio. | ANTONIO AMORÓS

La gente que pasea por aquí se queda asombrada de lo mal que está todo, perpleja ante la inacción de quien sea responsable. Además, el personal de Parques y Jardines que aquí trabaja apenas puede con toda la faena de limpieza vegetal y conservación. A la vista está.

El Hort del Gat fue cedido al pueblo de Elche por su propietario, Antonio Pascual Ferrández (1903-1986), hijo predilecto de la ciudad. Sus 59.651 metros cuadrados lo convierten en el tercer huerto más extenso de Elche de los incluidos en la delimitación Unesco.

Está presidida por lo que fue una vivienda unifamiliar, la última obra del arquitecto Antonio Serrano Peral, construida en los 60. La casa ha servido desde entonces para alojar determinados servicios municipales, como escuelas taller, tareas de jardinería y viverismo e incluso un parque de mariposas promovido por Tafae. Ahora, bajo su porche, alberga a casi una decena de personas sin recursos.

Desde 1992 al 2012 fue sede de la Estació Phoenix. El PP lo cerró. Adujo que con la crisis y la enorme deuda municipal había otras prioridades de gasto. Y seguidamente anunció que lo convertiría en un centro cultural. Nada. Ahora se está a la espera de que próximamente se liciten las obras para recuperar el edificio y tratar de poner así punto y final a su abandono mayúsculo.

Hort del Gat, 8 años en el limbo