El Mercado Central tendrá que conservar pilares, la cornisa y la cubierta por orden de Cultura

El Ayuntamiento de Elche tendrá la obligación de conservar donde están los pilares, las vigas, la cornisa y la forma de la cubierta del Mercado Central cuando acometa su rehabilitación. Es una de las condiciones que la Conselleria de Cultura ha puesto al equipo de gobierno de PSOE y Compromís para transformar el antiguo edificio de abastos en un mercado gastronómico destinado a una docena de bares y restaurantes.

El resto de elementos podrán desaparecer y lo harán, de hecho, tal y como refleja el anteproyecto elaborado por el arquitecto municipal Julio Sagasta, quien asegura que la administración autonómica ha supervisado el diseño que supondrá mantener la esencia del inmueble diseñado por el arquitecto Santiago Pérez Aracil construido hace ya más de 60 años.

Con esos condicionantes estaría por ver si el proyecto del PP para el mercado recibiría el visto bueno de la Generalitat, ya que Pablo Ruz ha planteado añadir una altura más al edificio (tres metros en concreto).

Por lo pronto, el ejecutivo local está a la espera de la autorización por escrito de Cultura para sacar a licitación la redacción del proyecto, algo que se espera que se resuelva en cuestión de semanas. Con estas directrices, el inmueble que pretende reformar el actual equipo de gobierno (de continuar en el próximo mandato) deberá de reforzar la estructura que está en pie y retirar las placas de fibrocemento que se extienden por todo el techado. Es por ello por lo que el Ayuntamiento pedirá a las empresas que opten a redactar el proyecto definitivo del inmueble soluciones para el lucernario que tendrá mercado rehabilitado y una de las propuestas que se valorarán es que se incorporen placas solares en la cubierta translucidas para que pueda pasar la luz .

Diáfano y una sola planta

A partir de las directrices de Cultura, el equipo de gobierno ha apostado por dejar el futuro inmueble diáfano y con una sola planta, en lugar de tres como tiene hasta ahora contando el sótano. Y es que la pretensión municipal ha sido dejar el interior del mercado gastronómico a la misma altura que el resto de la plaza que está más de un metro por arriba que la primera planta del inmueble.

En base a eso, también se han descartado, conservar entre otras cosas, las dos alturas para evitar restar espacio a los bares y restaurantes con varias escaleras y la colocación de un ascensor que sería obligatorio, según explica el autor del anteproyecto.

Lo que también han recomendado los técnicos es que la fachada que da a la plaza de la Fruita se desmonte y se retranquee un metro para que los Baños Árabes tengan una mayor visibilidad. Y es que la construcción islámica pasaría, con propuesta municipal que se está tramitando, a tener su propia plaza con el nivel original que tuvo en el siglo XII.

El Ayuntamiento también pretende que se reconstruya el volumen de las tres bóvedas para simular cómo fueron la sala de baño fría, caliente y templada, que tuvieron los árabes en la ciudad. Igualmente, el objetivo municipal es que junto a estos vestigios queden al descubierto restos arqueológicos que están por excavarse justo al lado, donde se cree que hubo tiendas alrededor de los baños, tal y como indicó Sagasta.