Entrevista | Tonia Salinas Directora del Parque Científico de la UMH

"La educación tiene un agujero: no se fomenta la cultura del esfuerzo y sí la de ser funcionario"

Dirige el Parque Científico, una de las «niñas mimadas» de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y se muestra orgullosa del trabajo conseguido en los 15 años de andadura de este ecosistema empresarial que ha impulsado la creación de más de 160 start-ups y spin-off. Actualmente son un centenar las activas que generan más de 300 puestos de trabajo cualificado, la mayoría egresados de la Universidad.

La directora del Parque Científico de la UMH, Tonia Salinas, posa con el logotipo del centro.

La directora del Parque Científico de la UMH, Tonia Salinas, posa con el logotipo del centro. / Áxel Álvarez

Rubén Míguez

Rubén Míguez

El Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) cumple 15 años con mucho camino andado pero, también, con mucho otro por recorrer. Hasta el momento, ha asesorado a más de 1.600 emprendedores con cerca de 1.000 proyectos, ha logrado más de 1,26 millones en financiación para las empresas y ha impulsado la creación de más de 160 firmas innovadoras.

Su directora, Tonia Salinas, nos recibe con la satisfacción de haber convertido al Parque Científico de la UMH en un referente, incluso internacional, en este, al fin y al cabo, corto periodo de tiempo. Pero también se muestra muy preocupada por la falta de cultura emprendedora en el país, que achaca a la base de la educación, que no fomenta el esfuerzo ni trabaja la gestión de la incertidumbre, claves para emprender. 

¿Hay mucho talento de emprendimiento?

Sí, tanto en la Universidad como fuera de ella. Y gente con ganas de tirar para adelante con proyectos. Otra cosa es que, al final, el éxito de un proyecto no depende solo del talento de las personas, sino de la tecnología que tiene detrás, de que sea el momento oportuno, incluso que el sector esté de moda y haya financiación en el mercado para el mismo. O de hacer equipo, porque una persona sola es difícil que haga negocio. Pero talento, hay mucho. 

¿Cómo ayuda el Parque Científico a un emprendedor?

Nosotros solo necesitamos que la idea sea innovadora o tecnológica. No trabajamos solamente con proyectos nacidos en la Universidad, ya sean de alumnos o investigadores. Cualquier persona que venga y nos traiga un proyecto que sea atractivo, veamos viable y que tenga un punto de innovación o tecnología, trabajaremos con él. La UMH participa de esas empresas, se queda con un 5% del capital social y la inversión directa es poca, son 150 euros, lo importante es la indirecta. Y nosotros les ayudamos también a lograr financiación para su proyecto. También, las que se ubican en el Parque, están cerca de los grupos de investigación y tenemos infraestructuras específicas para el desarrollo de empresas del área biotecnológica. La historia esa de que puedo montar mi startup en un garaje está muy bien si es de programación, pero si es de biotecnología es imposible, no la puedes montar en la cocina de tu casa. Aquí encuentran un equipamiento para que la empresa empiece a andar, como congeladores de menos 80 grados, zonas de cultivo celular, de microbiología, etc. Tienen el entorno ideal para desarrollarse y dentro del ecosistema de innovación. También damos visibilidad a esas empresas para que encuentren inversores y clientes. 

 Y consiguen que se materialice la investigación universitaria... 

Somos una universidad pública, por eso qué menos que sentirte en la obligación de que retorne a la sociedad lo que está invirtiendo en investigación y en la propia universidad, porque son fondos públicos. Procuramos que esos resultados que se investiguen se conviertan en productos o servicios que puedan mejorar, de alguna forma, la sociedad y la calidad de vida de las personas. Nuestro objetivo es que la sociedad vea que cada euro que está invirtiendo en investigación lleva un retorno positivo para ella.

«En este país el fracaso está mal visto y cuando alguien fracasa le tachan y está condenado, y ese miedo evita que muchos se atrevan a emprender»

¿Qué objetivos se marca al cumplir 15 años el Parque Científico?

La verdad es que 15 años pueden ser muchos, para una persona lo son, pero pueden ser poco, y para una empresa es así. Hemos desarrollado muchos programas y vías de intercambio del conocimiento entre la sociedad y la Universidad. La primera que pusimos en marcha cuando se creó el Parque en 2008 fue la parte del emprendimiento, que es la que está más madura y asentada. Hace cinco o seis años empezamos a trabajar la parte de innovación con las empresas del entorno para hacer el intercambio de conocimiento de fuera hacia dentro, es decir, dime qué necesitas a ver si yo lo tengo. Esa parte es la que está en proceso de crecimiento y maduración. Como cualquier proyecto que comienza, y como se dice en el mundo de la startup, tenemos que pivotar hasta encontrar la vía en la que veamos que eso funciona de la forma más eficaz posible para la sociedad. 

¿Y qué le gustaría lograr?

Tener presencia en los otros campus de la UMH, en Altea, Sant Joan y Orihuela, para lo que ya tenemos proyectos e, incluso, en el caso de Sant Joan, un edificio proyectado que se construirá en breve. En Orihuela tenemos un acuerdo con el vivero de la Cámara de Comercio y veremos cómo lo armamos, y en Altea estamos viendo con el Ayuntamiento el usar los bajos del Palau, que dan al campus. Y me gustaría que estos otros programas de intercambio del conocimiento que hemos puesto en marcha alcanzasen el nivel de madurez que tiene el emprendimiento ahora mismo dentro del Parque Científico. Es m i objetivo primario.  

¿Hay espacio para más empresas en las instalaciones del Parque Científico en Elche?

Nos quedan como 200 metros cuadrados libres. Pero, para nosotros, la infraestructura no es limitante, ya que prestamos servicios a empresas que físicamente no están ubicadas aquí. Tenemos hasta empresas ubicadas en Barcelona o Murcia. En Elche solo estamos ocupando una parte del edificio Innova porque en las otras están los departamentos de ingeniería. Ahora, cuando se termine de construir el edificio interdepartamental, se irán allí las ingenierías y nos quedarán 7.000 metros cuadrados libres en el edificio Innova. Se podrían ubicar 20 o 30 empresas más, además de las sedes que abriremos en los otros campus. 

Tonia Salinas, en la sede del Parque Científico.

Tonia Salinas, en la sede del Parque Científico. / Áxel Álvarez

¿De qué programa se siente más orgullosa?

De todos. Todos llevan un trocito de mi corazón porque, al final, han salido del equipo que trabajamos en el Parque Científico, todos los hemos tenido que pivotar, que pulir, nos han llevado muchas horas de esfuerzo. Es como si preguntas a una madre a qué hijo quiere más (ríe). A todos los quieres, con sus cosas buenas y sus malas. No podría decantarme por ninguno. Somos un parque pequeño, acoplado al tamaño de universidad que somos, y hemos puesto en marcha servicios muy adaptados a las necesidades de nuestro centro universitario y de nuestro entorno. Tenemos un área de emprendimiento donde trabajamos con las startups y spin-off, las empresas de base tecnológica, la Maratón y el programa Emprende, o el de aceleración para que las firmas crezcan y maduren.

«Las empresas del Parque Científico ayudan a retener el talento que sale de nuestra Universidad»

¿Está contenta con los resultados en estos 15 años?

Sí. Yo estoy muy contenta de lo que se ha conseguido y del equipo del Parque Científico. Y sé que la Universidad también está muy orgullosa de él, y la ciudadanía también debería de estarlo. Estamos haciendo bastante consultoría para universidades en Latinoamérica que quieren poner en marcha sus parques científicos, porque les gusta nuestro modelo. Nos hemos convertido en un referente. Hemos hecho consultorías en Brasil, en Perú o en Santo Domingo. Y cuando me preguntan por la sostenibilidad y el dinero, siempre les digo que esto es a muy largo plazo. El parque en sí mismo es un recurso público, el retorno no es directo, vendrá vía al beneficio social que generas, como puestos de trabajo que retienes, que van a seguir pagando impuestos aquí, las nuevas sociedades que generas o las patentes que puedes licenciar. No es una empresa, la inversión que se recupera es para volver a invertirla en el sistema público, comprando equipos para investigación o generar becas para investigar. 

¿Tiene alguna espinita clavada?

Creo que ahora mismo hemos conseguido cerrar el círculo con la creación de Vincle, en el que participan las dos universidades y que ofrece financiación privada a empresas con alto potencial de crecimiento. Nos faltaba el tener una herramienta que facilitase la financiación de proyectos en una escala más pequeña y eso lo conseguimos hace dos años. Tenemos que lanzar un nuevo vehículo, porque ese está invertido ya, que lo lanzaremos a lo largo de 2023, y creo que hemos completado lo que faltaba en el ecosistema empresarial. Al final, nos debemos a nuestra misión que es estimular la creación de empresas de base tecnológica, esos programas de intercambio del conocimiento, ayudar a las empresas en sus procesos de transformación. Y deben surgir nuevos programas para ayudar a las empresas más grandes que tenemos a su transformación. Es lo que nos queda como Parque Científico. Ayudar a que las empresas que tenemos en el entorno, de un tamaño medio y que no se ven siendo transformadas por la tecnología y por el conocimiento, entiendan que se puede y que las hará más fuertes. Quizá esa sea mi espinita.

«Nos hemos convertido en un referente, se fijan en nuestro modelo hasta en Latinoamérica»

¿Se van del Parque muchas empresas que consiguen crecer?

Se han marchado bastantes porque han crecido y necesitan instalaciones más grandes. Eso sí, siguen vinculadas al Parque Científico. Es el caso de PLD Space o Simplicity, o Voxelcare, que se va ahora. Nos siguen pidiendo algún tipo de servicio y, además, vuelven ayudando a los nuevos que nacen y ahora se convierten en tractoras de otros proyectos que surgen, como Agilmark. 

Muchas de esas empresas emplean a egresados de la UMH...

Sí. Como Emxys, Coex International, PLD Space, Prospera Biotech, AntalGenics o el centro Crea, entre otras. Es un orgullo que hagan proyectos de investigación con los grupos de la UMH y es un orgullo que capten talento de la casa. Es un aliciente también para los alumnos, que cuando acaban tienen esas empresas para poder trabajar. De las empresas de biotecnología que hay en la provincia, por ejemplo, si tienes aquí seis o siete, a diez empleados que tengan cada una, estás generando 60 o 70 puestos de biotecnólogos que, de lo contrario, se tendrían que ir fuera. Las empresas del Parque Científico ayudan a retener el talento que sale de la UMH. 

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Salinas reconoce que crear una empresa emprendedora, y mantenerla, no es una tarea sencilla, y muchas no logran el éxito, pero es una satisfacción las que terminan creciendo 

El 30% de las empresas trabajan con grupos de investigación de la Universidad Miguel Hernández.

P: ¿Cuántas empresas hay en el Parque Científico? 

R: El Parque Científico trabaja con entre 70 y 80 empresas al año. Físicamente instaladas tenemos 40.

P: ¿Se quedan empresas en el camino?

R: Sí. En estos 15 años hemos impulsado unas 160 empresas, la mitad son spin-off, empresas que nacen de la investigación de la Universidad, y las otras startups. De ellas, casi la mitad se quedan por el camino. No es fácil, levantar una empresa es complicado. 

P: ¿Duele cuando se dice no a un emprendedor?

R: Sí, claro que duele. El hecho de que nosotros no aceptemos un proyecto en un programa de emprendimiento no significa que ni este ni el emprendedor, sea malo. Quizá es porque no tiene un suficiente factor de innovación y tecnología para entrar en los programas que están alineados con la misión que tenemos como Parque Científico, pero no quiere decir que el proyecto sea malo. Luego, cuando no ganan un premio de tus programas o cuando se marchan del Parque sin haber triunfado, te duele mucho, es gente que se ha dejado la piel por un proyecto y que tiene unas ilusiones y sueños que ha compartido contigo. No es lo mismo cuando se marchan del Parque Científico porque han crecido. En ese caso te duele, pero de otra manera, como cuando tu hijo se va de casa porque ha encontrado trabajo y se muda. Nada que ver.

¿Alicante es una provincia emprendedora?

Sí, nosotros somos el ejemplo. Que me gustaría que fuera más emprendedora, también. Somos una provincia emprendedora y Elche es una ciudad muy emprendedora porque aquí la cultura de la generación de empresas está mejor vista que en otras ciudades. 

«La historia de que monto mi startup en un garaje está bien si es de programación, pero no se puede poner en la cocina una de biotecnología»

Pero queda mucho por hacer...

La gente tiene ideas, pero emprender es duro y esto va ligado a la cultura del esfuerzo. Si perdemos la cultura del esfuerzo, apaga y vámonos. Desde la infancia no se está trabajando esa cultura del esfuerzo con los niños y las niñas, ni tampoco la capacidad de resiliencia que se necesita cuando emprendes, ni se trabaja la gestión de la incertidumbre. Son tres factores que se necesitan para emprender y cuando llegan a la edad adulta no los tienen. 

Tonia Salinas, en el Parque Científico de la UMH.

Tonia Salinas, en el Parque Científico de la UMH. / Áxel Álvarez

¿Es un agujero que tiene la educación en España?

Sí, por supuesto. No se fomenta la cultura del esfuerzo, sino la del funcionario, que no tiene incertidumbre. Es un gran agujero, enorme, que tiene la educación. Muchas veces nos dicen que qué hacemos en la Universidad para que emprendan. Y les digo que aquí ya llegan mal formados. Hay que trabajarlo en las etapas más tempranas. Cuando llegan aquí podemos estimular a que quien tenga esas capacidades las desarrolle y podemos ayudarle a generar la empresa. Se debería trabajar eso en las bases de la educación. 

«El objetivo es que la sociedad vea que cada euro invertido en investigación lleva un retorno positivo»

¿Hay mucho miedo al fracaso?

Es que en este país fracasar está mal visto. Cuando uno va a Estados Unidos y dice que ha montado dos empresas, dicen ¡buah!, es a partir del fracaso con la tercera cuando empiezan a hacerte caso. Aquí fracasas una vez y estás condenado, parece que te tachen. Y eso tendríamos que cambiarlo también. Es que no es fracasar. Deberíamos poner en valor a quien lo ha intentado. Quien no lo ha conseguido, lo hará la siguiente vez, pero lo ha intentado. Muchos empresarios se han caído muchas veces y han tenido que volver a levantarse. No pasa nada. Los atletas no salen a correr el primer día 42 kilómetros de maratón del tirón, o los que saltan pértiga es una y otra vez de tirar la valla, y nadie les dice que fracasan cada vez que la tira. Pero en España, se dice, se señala y se tacha, y eso no puede ser. Esa cultura hay que cambiarla porque evita que mucha gente se atreva a emprender. También parece que ahora a la gente le da menos vergüenza hablar en público, será que se debe estar trabajando más esto en los colegios, que está muy bien. Siempre hemos sido un país en el que parece que nos da vergüenza hablar y decir lo que opinamos y pensamos, y cuesta mucho que la gente pregunte, lo vemos en las clases. Se deben trabajar esas cualidades en la base de la educación, cuando llegan a la Universidad ya es tarde, aunque rescatemos a alguno que sobresale.