Una ordenanza en Elche acabará con la pésima imagen de cables en fachadas y colgados en el aire

El Ayuntamiento de Elche aprobará antes de que acabe este año una normativa para obligar a las empresas de telecomunicaciones a soterrar el cableado que instalen y también se canalizará el existente

Una enorme maraña de cables sin ningún orden atraviesa la fachada de dos céntricos edificios de Elche dando una imagen tercermundista.

Una enorme maraña de cables sin ningún orden atraviesa la fachada de dos céntricos edificios de Elche dando una imagen tercermundista. / ANTONIO AMOROS

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Es la peor imagen de Elche y de muchas otras ciudades. Una caos de cables negros afean las fachadas o cuelgan en el aire en el casco histórico y también en sus pedanías. Las marañas de cables en las paredes exteriores de los edificios o que se cruzan de lado a lado de las calles es la estampa habitual en Elche. Los turistas son los que más suelen fijarse cuando van a hacer una foto a un monumento y se encuentran que unos «hilos» negros se cuelan en la instantánea, arruinándola. El Ayuntamiento de Elche, gobernado por PP y Vox, quiere acabar con esta pésima imagen de la ciudad, que impide dar su mejor cara turística, con la aprobación de una ordenanza.

Una ordenanza acabará con la pésima imagen de cables en fachadas y colgados en el aire | ANTONIO AMORÓS

Se mire por donde se mire, cuando alguien levanta la cabeza en Elche se encuentra con cables negros por todos los lados, en fachadas o por el aire. / Antonio Amorós

La normativa obligará a las empresas de telecomunicaciones a que en el momento en el que vayan a instalar cualquier cable lo hagan bajo tierra, asumiendo su coste y el de soterrar el resto de cableado que haya en el lugar donde quieran realizar la instalación.

De no hacerlo, se les impedirá realizar la instalación, como marcará la nueva ordenanza, que está previsto que se apruebe antes de que acabe el año. «Ya no hay libertad de que una empresa de telecomunicación venga, ponga el cable donde quiera y cómo quiera y que aquí no pase nada», señala, a preguntas de este diario, el concejal de Contratación y Servicios públicos, Claudio Guilabert. No solo esto, además se van a canalizar los cables ya existentes con canaletas que guarden la misma estética para que pasen desapercibidas.

Cada empresa está colocando, hasta el momento, su propio cableado, de forma que los propietarios de los inmuebles se pueden encontrar con varios cables de un día para otro cruzando las fachadas.

Una imagen penosa que afea una ciudad que presume de sus encantos turísticos. «No es imagen de la tercera ciudad de la Comunidad Valenciana, de un referente turístico, no lo vamos a permitir y lo vamos a cambiar», manifiesta Guilabert, quien no duda en comparar la imagen que da ahora la ciudad, con esa maraña de cables de la que no se salva ni una fachada, con la capital del Líbano: «Parece Beirut». Y señala, contundente, que «esto es la guerra al cableado aéreo».

Una ordenanza acabará con la pésima imagen de cables en fachadas y colgados en el aire | ANTONIO AMORÓS

Una mujer pasa por delante de un edificio que tampoco se libre de los cables y las cajas de varias compañías. / Antonio Amorós

La primera zona en la que actuará el Ayuntamiento de Elche es en el casco histórico, pero después se ampliará la actuación al resto del municipio, donde este problema no es ajeno.

No obstante, el edil de Contratación asegura que hay partes del municipio en las que no se da con tanta cotidianidad esta pésima imagen, como en el barrio de Carrús, indica. «Pero en el centro existe la manía de poner cables sin ton ni son y no hay ninguna responsabilidad», critica el concejal, quien recuerda que ocurre una situación similar con las empresas de iluminación que contrata el Ayuntamiento y que atraviesan los cables por varias calles. «Parece que pasa el TRAM», compara Claudio Guilabert.

En la puesta en marcha de la ordenanza ya está trabajando el nuevo equipo de gobierno, según asegura, para obligar a las empresas de telecomunicaciones a que en el momento que tengan que abrir una zanja metan allí los cables. De lo contrario, no podrán realizar la instalación.

Y en los edificios que ya tienen el feo cableado por sus fachadas, el consistorio ilicitano llevará a cabo la instalación de unas canaletas que tapen los cables. «Hay edificios históricos que ya lo tienen, pero la mayoría no», expresa el concejal.

Canalizaciones

Se da la circunstancia de que en la Plaza de Baix, cuando se llevó a cabo su remodelación para peatonalizarla, las obras incluyeron canalizaciones para meter el cableado y soterrarlo, pero ante la inexistencia actualmente de una ordenanza municipal que obligue a hacerlo, los cables en esta céntrica zona siguen estando a la vista. Una vez que se apruebe la normativa, las empresas de telefonía, televisión por cable e internet dejarán de poder instalar el cable aéreo para ser soterrado.

Una ordenanza acabará con la pésima imagen de cables en fachadas y colgados en el aire

Los cables afean la imagen de la ciudad. / Antonio Amorós

No hace falta buscar mucho para ver que el cableado instalado por las distintas compañías de telecomunicaciones es capaz de estropear la bella estampa de algunos conocidos monumentos. Frente a la Basílica de Santa María, una madeja de cables negros atravesando la calle la Fira afean la imagen de esta zona. Los turistas y los propios ilicitanos se quedan impactados cuando, por ejemplo, quieren fotografiar el paso de alguna representación que atraviesa esa céntrica vía.

No es el único ejemplo. Obispo Tormo, la Corredora, Vicente Blasco Ibáñez, entre otras muchas, son calles céntricas afectadas por esa pésima imagen del cableado colgando de las fachadas, algunas de gran belleza.

Incluso, esos cables aéreos se quedan a poca distancia del paso de un autobús o o de un camión en otras zonas de la ciudad, lo que es peligroso. En Semana Santa, incluso, algunos pasos tienen problemas y hay que levantar los cables porque no pueden pasar. Así que el problema sobrepasa lo puramente estético.

El Ayuntamiento no va a asumir el coste de abrir las zanjas para que se soterren los cables. Serán las empresas de telecomunicaciones quienes asuman ese gasto. «Cuando una llegue a poner un cable junto a otros, tendrá que soterrarlos todos o ponerle canaleta si están en fachadas», explica el concejal popular.

«Se ha descuidado mucho esa imagen de la ciudad», lamenta el edil. «Le hemos plantado la batalla al cableado. Queremos que se pueda ir por la calle sin que esa imagen de manojos de cables por todas partes dañen la vista», añade Claudio Guilabert.

Nueva ley

La nueva ley de Telecomunicaciones, publicada en el BOE hace un año, incluye un artículo para acabar con las marañas de cables en las paredes exteriores de los edificios o que se cruzan de lado a lado de las calles. Así, en su artículo 49.8 señala que los operadores deberán hacer uso de las canalizaciones subterráneas o en el interior de las edificaciones que permitan la instalación y explotación de redes públicas de comunicaciones electrónicas.

Para los casos en los que no existan dichas canalizaciones o no sea posible o razonable su uso por razones técnicas, los operadores podrán efectuar despliegues aéreo siguiendo los previamente existentes o por las fachadas, pero minimizando el impacto visual.

No obstante, señala que esos casos solo deben ser excepcionales. Los despliegues aéreos y por fachadas no podrán realizarse en casos justificados de edificaciones del patrimonio histórico-artístico con la categoría de bien de interés cultural o que puedan afectar a la seguridad pública. De ahí la importancia también de que la localidad cuente con su propia ordenanza municipal que complemente la ley de Telecomunicaciones.

Una ordenanza acabará con la pésima imagen de cables en fachadas y colgados en el aire

Cables por la fachada de un edificio en Elche. / Antonio Amorós

Jurisprudencia

En Altea, las empresas telefónicas que prestan los servicios de telefonía fija, internet y televisión por cable tendrán que pagar anualmente al Ayuntamiento, en concepto de tasas, el 1,5 por ciento de sus ingresos brutos por la utilización del suelo, subsuelo y vuelo, lo cual supone 395.000 euros cada año.

Así lo anunció hace unas semanas el Ayuntamiento haciéndose eco de una sentencia dictada recientemente por el Tribunal Supremo que da la razón al Consistorio, que pedía que las mercantiles pagaran por cablear las fachadas, además de por los tendidos de los cables soterrados y los que se cuelgan de los postes en el campo y partidas rurales del municipio, dado que los espacios utilizados son de dominio público municipal. Una sentencia que crea jurisprudencia.