El equipo de gobierno rechaza que Elche necesite restringir el tráfico con Zonas de Bajas Emisiones

El edil de Movilidad sostiene que el casco urbano no se verá afectado por la ley, pese a que el parque móvil crece año a año, y dice que en la práctica la medida ya está implantada por carriles bici y la peatonalización

Cola de vehículos en la calle Juan Carlos I de Elche, en una imagen de archivo. | ANTONIO AMORÓS

Cola de vehículos en la calle Juan Carlos I de Elche, en una imagen de archivo. | ANTONIO AMORÓS / a.fajardo

A. Fajardo

A. Fajardo

El Ayuntamiento de Elche aplicará la ley que obliga a la creación de la Zona de Bajas Emisiones pero no le afectará en lo más mínimo porque descarta que sea necesario restringir más en la ciudad el tráfico bajo el argumento de reducir la densidad de circulación y por tanto la contaminación. Así lo firmaron PP y Vox en su pacto de gobierno y este miércoles lo ratificó la Concejalía de Movilidad Urbana tras la presentación de los ocho autobuses eléctricos que permitirán hacer sostenible más de la mitad de la flota del transporte público.

El edil del área, Claudio Guilabert, defendió que la premisa municipal es que el vehículo privado siga circulando en los próximos cuatro años como lo está haciendo en la actualidad, sin que haya nuevas limitaciones en ninguna calle, ni tampoco más recortes de aparcamiento.

Son varias las justificaciones que dio el concejal popular para rechazar poner límites al coche con la Zona de Bajas Emisiones, obligatoria para los municipios de más de 50.000 habitantes desde el 1 de enero de este 2023, en una ciudad como Elche donde, por otro lado, el parque móvil bate récord año tras año y ya supera los 159.000 vehículos.

Para empezar, Guilabert advirtió de que «Elche no tiene que ver con Madrid, ni con Barcelona ni con València. No tiene sus niveles de contaminación». El responsable de Movilidad Urbana rechazó que la emisión de gases contaminantes en la ciudad sea problemática y advirtió de que está por debajo de los niveles que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tráfico en Elche, en hora punta

Tráfico en Elche, en hora punta / ANTONIO AMOROS

En esta línea, el edil popular se amparó en que «en la práctica, la Zona de Bajas Emisiones ya está creada en Elche por las peatonalizaciones, los carriles bici (algunos tramos los van eliminar) y los carriles exclusivos para el autobús urbano que se crearon a lo largo del último mandato. A estos condicionantes, el equipo de gobierno añade la realidad particular que tiene el municipio para esquivar la aplicación de esta medida: el Palmeral y el río Vinalopó. El nuevo responsable de Movilidad entiende que estos son dos pulmones verdes que evitan la masificación de la circulación.

Otro de los argumentos del ejecutivo municipal es que la creación de la Zona de Bajas Emisiones «tan solo sirve para desplazar los flujos de tráfico a otros barrios y no para reducirlos», tal y como expone el «Acuerdo por Elche» de PP y Vox.

Ayuda europea

Se da la circunstancia de que el Ayuntamiento captó a finales de abril, antes del cambio de gobierno municipal, un total de 2,7 millones de la Unión Europea para financiar la implantación de la Zona de Bajas Emisiones con un plazo de dos años para invertir estos fondos, así como el resto de proyectos subvencionados para descarbonizar la ciudad.

El anterior ejecutivo local de PSOE y Compromís tenía previsto destinar esa ayuda a instalar sistemas de control con cámaras y software que monitoricen los datos ambientales y de tráfico en distintos puntos de la ciudad. El compromiso de la entonces edil de Movilidad Sostenible, Esther Díez, fue que en base a los datos que se obtuvieran con los sensores se tomarían decisiones sobre la restricción de la circulación, advirtiendo que este extremo se produciría solo en caso de que fuera necesario.

Frente a esos planes, Claudio Guilabert apuntó a la necesidad de estudiar qué hacer con ese proyecto subvencionado y a la posibilidad de contar solo con los medidores de contaminación pero garantizó que la medida «nunca va a tener el rango de restringir el tráfico».

En el aire las cámaras y el control de la contaminación

La implantación de la Zona de Bajas Emisiones en Elche iba a comenzar este año con la instalación de diez sensores para medir la calidad del aire y la contaminación (seis se destinarán al casco urbano, uno a Torrellano y otro a El Altet). Esa fue la intención del anterior equipo de gobierno para este 2023, además de la colocación de la señalización. Un mes antes de la cita con las urnas, el departamento de Movilidad aseguró tener en contratación los medidores ambientales y estar adaptando el proyecto a la última resolución del Gobierno central antes de que pudiera salir a licitación. Con el cambio de gobierno, esta iniciativa se ha quedado en «cuarentena».