El primer refugio de la Guerra que se visitará en Elche, al descubierto

La reforma del Paseo de Germanías saca a la luz la escalera de acceso al túnel antiaéreo que se convertirá en museo en cuestión de un año

El equipo de gobierno modifica el contrato para mantener la Cruz de los Caídos tras el visto bueno de Cultura

La escalera de acceso al refugio de la Guerra Civil, en el Paseo de Germanías

La escalera de acceso al refugio de la Guerra Civil, en el Paseo de Germanías / Antonio Amorós

A. Fajardo

A. Fajardo

El primer refugio de la Guerra Civil que se podrá visitar en Elche ya está al descubierto. La reforma del Paseo de Germanías ha sacado a la luz la entrada del escondite antiaéreo que se construyó en en los años cuarenta ante la amenaza de que la ciudad fuera bombardeada. Mientras avanzan las obras en la histórica plaza de El Pla, el túnel subterráneo ya está aireándose, tras ocho décadas clausurado, porque en cuestión de un año se convertirá en un museo y recibirá público.

El refugio, una de las mejores galerías que se conservan de la ciudad, mantendrá su esencia y su ambiente original, por lo que se harán obras para dotar el escondite de iluminación, ventilación y señalización que posibilite su apertura al público como un museo. No hay que olvidar que espacio tiene protección de Bien de Relevancia Local (BRL) por lo que la intervención tendrá que ser la mínima. Las luces se convertirán en un elemento clave para guiar a los visitantes por los túneles.

La entrada al refugio de la Guerra Civil, en el Paseo de Germanías

La entrada al refugio de la Guerra Civil, en el Paseo de Germanías / Antonio Amorós

Así es el refugio

Para acceder al mismo, según el proyecto adjudicado, se creará una especie de espiral con paneles fotográficos y será necesario habilitar una escalera que conecte con la existente, ya que hasta ahora entrar a este lugar solo era posible a través de una trapa que hay en el suelo. Habrá una entrada y una salida diferenciadas al antiaéreo que ocupa casi la totalidad de la plaza, aunque todos los pasillos no van a ser visitables, dadas sus grandes dimensiones.

Y es que este refugio está formado por túneles estrechos, de forma rectangular dividida a su vez, en tres espacios. Está construido mediante pasillos de un ancho medio de 1,5 metros y abovedados de sección en «U» invertida, con una altura total de unos 2,70 metros, ubicados a una profundidad de unos 15 metros.

A lo largo del recorrido que se abra al público, bajo tierra, habrá paneles informativos y fotografías, como ocurrirá en la superficie, donde habilitarán un resumen de lo que se podrá encontrar en el subsuelo pensado sobre todo para los que tengan dificultades de movilidad para poder acceder al mismo, ya que por las condiciones de la galería no será posible habilitar ninguna rampa o ascensor. 

Vistas aéreas de la plaza de El Pla y del acceso al refugio

Vistas aéreas de la plaza de El Pla y del acceso al refugio / Antonio Amorós

Luz verde a conservar la cruz

Precisamente, el equipo de gobierno de PP y Vox ha autorizado este jueves la modificación del contrato que inició el anterior ejecutivo local de PSOE y Compromís para mantener en este lugar la Cruz de los Caídos, decisión municipal que ha recibido el visto bueno de la Conselleria de Cultura, según el portavoz popular Claudio Guilabert, quien ha explicado que a partir de ahora los trabajos, que comenzaron en septiembre, van a poder imprimir un mayor ritmo para seguir avanzando. La apuesta de los actuales responsables municipales es hacer una "plaza de la reconciliación que explique la historia de esa plaza y de los derechos humanos", ha indicado el concejal.

Sobre el nuevo significado que el equipo de gobierno quiere darle a este enclave de la ciudad, el alcalde Pablo Ruz ya explicó al inicio de las obras que harían "un reconocimiento a la concordia, a la democracia y a la transición, con la presencia de la cruz y a los hombres y mujeres que en 1978 supieron perdonar y avanzar». El exterior del Paseo contará con un área, a través de paneles, para la puesta en valor de los derechos humanos, y, como novedad, un homenaje a la concordia, y al primer alcalde de la democracia, el socialista Ramón Pastor, del que el regidor popular reconoció que «fue un buen alcalde».