El Palmeral cumple 23 años como Patrimonio con desafíos pendientes y una ley sin consenso

El Ayuntamiento reabre el debate sobre el nivel de construcción junto al perímetro máximo de protección, mientras tiene que lidiar con la carencia de palmereros y de fondos para el costoso mantenimiento del paisaje ilicitano

PANORAMICA DEL PALMERAL DE ELCHE

PANORAMICA DEL PALMERAL DE ELCHE / Matías Segarra

A. Fajardo

A. Fajardo

El 30 de noviembre del año 2000 la Unesco consideró que el Palmeral de Elche albergaba un valor excepcional y universal que lo hacen único en el mundo. La ciudad de las palmeras lograba el primero de sus tres Patrimonios de la Humanidad y al mismo tiempo adquiría unos compromisos para garantizar la preservación de un paisaje y una cultura heredada de los árabes.

Veintitrés años después de aquella distinción que enorgullece sin diferencias a todos los ilicitanos, se ha vuelto a abrir el debate en la ciudad sobre el nivel de protección que tienen que tener los huertos. O dicho de otro modo, vuelve a estar sobre la mesa del Ayuntamiento decidir hasta qué punto se puede construir en el entorno del Palmeral sin que esto suponga una amenaza para el bien cultural. Este no es el único frente que tiene la joya ilicitana, su mantenimiento sigue siendo un desafío porque el Ayuntamiento carece de medios humanos y económicos suficientes para tenerla en las condiciones que se merece, sobre todo desde el punto de vista estético. Ni hay palmereros municipales ni el presupuesto necesario.

Para empezar, la llegada de PP y Vox a la Alcaldía va a suponer la reforma de la nueva Ley del Palmeral, que acaba de cumplir dos años, porque las dos formaciones que dirigen el Ayuntamiento nunca apoyaron el contenido de la norma impulsada por el anterior equipo de gobierno y refrendada en las Cortes Valencianas por PSOE, Compromís y Podemos, básicamente porque los alrededores del Palmeral (zona de amortiguamiento) están blindados de nuevas construcciones al mismo nivel que los huertos inscritos en la lista Unesco.

En resumen, en este perímetro de protección ni se pueden sellar suelos con zahorra, ni se pueden ampliar edificaciones ni instalaciones y la restauración de casas o edificios tiene que obtener el visto bueno de los órganos de control del Palmeral.

ELCHE 21 ANIVERSARIO DECLARACION DEL PALMERAL ELCHE

ELCHE 21 ANIVERSARIO DECLARACION DEL PALMERAL ELCHE / ANTONIO AMORÓS

El alcalde Pablo Ruz ratificó esta misma semana en el pleno su pretensión de modificar la ley porque ve una «barbaridad» las restricciones que afectan al entorno de los huertos históricos, a los que garantiza la «máxima protección». Considera que va en contra del «progreso económico de la ciudad». Y es que la premisa municipal es salvaguardar el paisaje «pero no dejar morir a los huertos por no poder hacer nada», tal y como han venido repitiendo en los dos últimos días los responsables municipales. Sus declaraciones han elevado la preocupación de colectivos proteccionistas del Palmeral y de Compromís por la amenaza urbanística que ya vaticinan por abrirse la puerta a rebajar la superficie del perímetro protegido.

La detección de mil expedientes medioambientales y 28 licencias de obras (entre las que se encuentran desde el restaurante del Parque Municipal, hoteles, hasta la colocación de placas solares en azoteas de residenciales) bloqueados por el retraso en constituirse un órgano de control creado con la nueva ley (la comisión técnica), además de la junta gestora, ha sido la punta del iceberg que ha servido para el equipo de gobierno para anunciar cambios en la gestión del Palmeral con tal de acabar con la «inseguridad jurídica creada».

Las quejas de promotores para construir o derribar viviendas en El Raval son un ejemplo en los últimos meses. De momento, para desbloquear los expedientes atascados, el ejecutivo de Ruz ha convocado la comisión técnica el próximo 12 de diciembre.

Las cuerdas de los palmereros para subir por los ejemplares

Las cuerdas de los palmereros para subir por los ejemplares / Matías Segarra

Otros problemas

La falta de palmereros en el Ayuntamiento (hay una docena en la plantilla) es otro de los grandes handicaps que tiene el Patrimonio de la Humanidad, lo que ha llevado a los responsables municipales a tirar de contratos externos ya no solo para podar los ejemplares de las calles, sino también para los huertos históricos. Junto a ello, otro año más, las administraciones públicas siguen teniendo una deuda pendiente con la financiación del Palmeral cuyo mantenimiento tiene un coste millonario.

Pese a aprobarse una ley que obliga a la Generalitat a cofinanciar con el Ayuntamiento los gastos, de nada ha servido porque este artículo ni lo cumplieron PSOE y Compromís, pese a ser los impulsores de esta medida, ni lo van a acatar por ahora PP y Vox bajo el argumento de la deuda que se han encontrado en la Generalitat. Por ahora, el Patrimonio de la Humanidad se tiene que conformar con 200.000 euros de la aportación autonómica.

A estos desafíos que tiene el Palmeral más grande de Europa se añaden las asignaturas pendientes de aprobar el Plan Especial del Palmeral y el Plan Director, documentos obligados por la Unesco desde que concedió a la ciudad la declaración universal y que sirven para contar con instrumentos de protección complementarios a la Ley del Palmeral.