Opinions des d’Elx

La Diputación de Alicante quiere poco a Elx

El terreno del Palacio de Congresos

El terreno del Palacio de Congresos / Joan Antoni Oltra Soler

Joan Antoni Oltra Soler

Joan Antoni Oltra Soler

Los Presupuestos de la Diputación, para 2024, y a falta de su aprobación definitiva, confirman algo frecuente en relación con nuestro municipio: a Elx se le quiere para hacerle promesas, con el objetivo de rentabilizarlas electoralmente, pero siempre se le discute la realización de las mismas.

Hace unos días, acertadamente, el PSOE denunciaba que los Presupuestos provinciales, que se aprobarían esta semana, no incluían ninguna partida para el célebre Palacio de Congresos a construir en esta ciudad. El argumento del PP, que gobierna dicha institución, es que cuando se haga la liquidación del Presupuesto de 2023, y se sepan los remanentes de tesorería del mismo, se utilizarán parte de ellos para incluir dicha partida para financiar aspectos iniciales, tales como el anteproyecto de dicha construcción.

Es un trámite legalmente aceptado y frecuentemente usado. Pero también es sintomático del interés que despierta la petición ilicitana. Como se recordará, la Diputación también tiene previsto construir otro Palacio de Congresos en el Puerto de Alicante. Éste, curiosamente, sí tiene ya partida propia para su anteproyecto, y de casi 300.000 euros. Es difícil evitar pensar que no hay prioridades o, tal vez, favoritismos, en un caso sobre el otro. Alicante ya tendrá fondos y Elx habrá de esperar.

La ubicación de este Palacio de Congresos ha ido dando «tumbos» por Elx y siendo prometida su instalación en diversos puntos, incluido Jayton, que, como era de esperar, fue sacrificado en aras de un espacio más céntrico ya que, para los mandamases del tema, el lejano Carrús les debió parecer algo inhóspito. Y, a pesar de que la elección final, frente a la Estación de Autobuses, parecía presagiar su ágil tramitación ésta lleva parada demasiado tiempo sin avanzar nada. Se adquirió, antes de finalizar 2022 por exigencias presupuestarias, y allí está sirviendo, menos mal, para aparcamiento de coches (y lo que queda). Recuérdese que este Palacio nos lo prometió un presidente de la Diputación llamado César Sánchez, en 2018; luego le sucedió Carlos Mazón; y, después de alguna situación surrealista, se compró el solar y, ahora, con otro presidente, Toni Pérez, nos dicen que, con el próximo remanente, pondrán una partida para trámites iniciales (alguna hubo y ni se utilizó). No se sabe cuántos más presidentes provinciales veremos pasar antes de ver, si se ve, el célebre Palacio de Congresos.

Eso sí, todos han rentabilizado bien las promesas sobre dicho Palacio. Especialmente Carlos Mazón, que ha llegado a presidente de la Generalitat. Y, a pesar de que, entonces, éste decía que la GV debería participar en la financiación de su construcción, ahora ni se acuerda de aquello y el Consell no ha presupuestado nada. Pedir era fácil, cumplir no tanto.

También estamos pendientes de esos remanentes para la compra definitiva del edificio de la Fundación Mediterráneo, en la Glorieta. Igualmente, para las primeras actuaciones para el Instituto de Neurodesarrollo para Salud Infantil o la rehabilitación de la Acequia Mayor del Pantano. Mucho pendiente para remanentes. Es lo que tiene no ser de la capital. En esto, como en otras ocasiones, la Diputación más que provincial parece municipal de Alicante y así se nota en su predilección por ella. Sólo con los ejemplos del MARQ, el ADDA o su Palacio previsto en el Puerto, por no citar otros casos, quedan claras las prioridades.

Y es que la Diputación se caracteriza, entre otros aspectos, por algunas cuestiones: en 45 años de democracia, el PSOE la ha presidido durante 12 años y la derecha durante 33 y Elx los ha sufrido. Y, ante todo, que mientras gran parte de sus presidentes han nacido en Alicante, el último ilicitano que lo hizo fue hace más de un siglo. Contribuimos a que la Diputación funcione, pero ésta contribuye poco hacia nosotros. ¿Será por eso que siempre nos dejan sólo para remanentes? Hay que arreglarlo.