El precio de la pólvora se duplica en una década y los festeros reclaman aliviar la burocracia

El kilo supera los 44 euros este 2024 y la Undef plantea modificar el reglamento para facilitar el acceso a los explosivos

Elche forma a un centenar de comparsistas de la provincia como arcabuceros

Antonio Serrano, de Armerías Serrano, muestra cómo se utilizan las armas de avancarga en el curso de los Moros y Cristianos este domingo en Elche

Antonio Serrano, de Armerías Serrano, muestra cómo se utilizan las armas de avancarga en el curso de los Moros y Cristianos este domingo en Elche / Matías Segarra

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Disparar un Alardo en las fiestas de Moros y Cristianos cada vez sale más caro. El precio de la pólvora se ha duplicado en una década en la Comunidad Valenciana y los festeros que este año quieran hacer uso de ella la pagarán a 37 euros el kilo sin contar el IVA, que sigue aplicándose al 21% a pesar de las reclamaciones para reducirlo estos años. Por ello, finalmente les saldrá por más de 44 euros, según trasladan desde la Unión Nacional de Entidades Festeras (Undef).

En poblaciones como Elche sólo necesitan 1.000 gramos para desfilar, en base al recorrido que se utiliza, pero hay otras en las que se requieren dos kilos por festero, con lo que el desembolso está próximo a los 100 euros, sin contar con el alquiler de elementos necesarios y la compra de EPIS de protección.

Casi cinco euros más que 2023

Unas subidas progresivas, en parte por las dificultades de producción y la inflación, que critican los colectivos festeros, teniendo en cuenta que de 2023 a este 2024 se ha incrementado casi cinco euros la cuantía, al fijarse el pasado ejercicio en 39,9 euros, mientras que hace un par de lustros estaba entre los 20 y 30 euros, señala a este diario Julián Fernández, presidente de la Asociación de Moros y Cristianos de Elche, quien este domingo hizo de formador de un completo curso de más de cinco horas, y obligatorio, para que los nuevos arcabuceros puedan disparar.

Formación

La de este domingo fue la quinta formación organizada en Elche por parte del propio colectivo junto a la Undef, el Ayuntamiento, la Policía Local y empresas especializadas. La sesión se desarrolló en las instalaciones del CEU de Reyes Católicos y se inscribieron más de un centenar de comparsistas, principalmente ilicitanos, pero también de localidades próximas como Crevillent, Santa Pola, Alicante, Ibi, Xixona o Agost, entre otras.

Un momento de la intervención de Julián Fernández, presidente de los Moros y Cristianos de Elche

Un momento de la intervención de Julián Fernández, presidente de los Moros y Cristianos de Elche / Matías Segarra

A pesar de que es el ayuntamiento de cada municipio el que tramita las solicitudes suele homologarse la formación en otras localidades para que quien, por fechas de celebración tenga complicaciones para acudir a la cita en su ciudad, pueda hacerlo en otras.

Interés por disparar

La asociación de Elche calcula que en este lustro se han formado cerca de un millar de personas desde la ciudad, lo que revela que a pesar de todos los condicionantes que puede haber para seguir con esta práctica, como la escalada de precios, sigue existiendo interés por usar armas de avancarga para que la fiesta se oiga bien por las calles.

Desde la asociación ilicitana trasladan que dedican una parte del presupuesto para ayudar a los socios a costear los explosivos y reconocen que es «un acto muy bonito pero con un coste alto». A pesar del esfuerzo económico señalan desde la entidad que el número de disparadores va creciendo gradualmente y que sólo en las pasadas fiestas salieron un centenar. Para estar preparados ante los ojos de la administración tienen que pasar unos requisitos, como el del curso de ayer, que se ha hecho a cinco meses vista de las celebraciones de agosto para garantizar que se tramita correctamente toda la documentación a la Subdelegación del Gobierno. Y en este sentido los festeros entienden que podría aliviarse la burocracia a pesar de que, por otra parte, apoyan que todo vaya reglado al detalle para evitar accidentes, ya que, al fin y al cabo, se está manipulando material sensible y peligroso por el centro de una ciudad.

Requisitos

Las asociaciones tienen que mostrar todo tipo de información, desde los horarios del Alardo, recorrido, medidas de precaución y días de reparto de pólvora. Después cada festero interesado en salir disparando tiene que presentar el carnet tipo AE especializado en carga de avancarga, si las armas son propias o alquiladas, una declaración jurada así como el certificado del curso, que antes de 2017 no era obligatorio. Todo debe estar en regla ya que las sanciones administrativas si la pólvora no está autorizada pueden llegar hasta los 600.000 euros.

Si se echa la vista atrás la regulación ha contribuido a hacer cada vez unas fiestas más seguras, aunque, como puntos de mejora, también hay quienes manifiestan que podría ponerse una fecha de caducidad al curso para fomentar que los festeros actualicen conocimientos cada ciertos años, teniendo en cuenta que de cinco a diez años puede haber cambios legislativos sustanciales que les afecten.

La agente Ana Guillem explica el correcto funcionamiento de las cantimploras que transportan la pólvora

La agente Ana Guillem explica el correcto funcionamiento de las cantimploras que transportan la pólvora / Matías Segarra

Rafael San Jerónimo, letrado asesor de la Undef, es partidario de renovar esta formación. Durante la jornada de este domingo, y como ha hecho en los 70 cursos que el organismo ha impartido por todo el país en los últimos siete años, explicó los tipos de responsabilidades administrativas y penales a las que se puede incurrir si no se hacen las cosas bien.

Trámites administrativos

Al hilo, el profesional señaló que uno de los aspectos que más preocupan a los comparsistas son los trámites administrativos para acceder a la pólvora, «son muy engorrosos» ya que las asociaciones suelen cambiar de directiva cada tres o cuatro años y los nuevos representantes tienen que habituarse a todo el procedimiento. De igual forma se está trabajando en busca de posibles cambios en los reglamentos de explosivos para que las pirotecnias puedan ser depositarias de pólvora y se mejore el suministro a los festeros.

De 72 a 96 horas de custodia

Desde la Undef sostienen que a pesar de todas las trabas con las que se han ido encontrando en los últimos años para utilizar armas de avancarga, en 2023 lograron dar un paso importante tras una lucha reiterada al quedar regulado que el tiempo de custodia de la pólvora pasaba de 72 a 96 horas para que el plazo comenzase a correr desde el momento en el que tenía lugar el primer acto de arcabucería y no desde que se recibe el material.

Durante la sesión se incidió en que aunque la pólvora técnicamente no es un explosivo sí que reglamentariamente se considera así «y lo que más preocupa y debe preocupar son las consecuencias que puede tener en caso de accidente no haber adoptado todas las medidas cautelares de autoprotección», indicó San Jerónimo. Por el alto nivel de divulgación que hay explican desde la Undef que se pueden dar por erradicadas ciertas prácticas que hace unos años eran comunes como entrar a cafeterías y otros espacios públicos para disfrutar de ocio acompañado del arma en plenas fiestas.

Cumplir distancias

Jesús Andreu Sánchez, comisario de la Policía Local y coordinador de emergencias, reseñó en su intervención la importancia de cumplir con la distancia prudencial de carreteras y viviendas que marca la normativa para repartir la pólvora e informó de cómo actúa Elche para prepararse a nivel de seguridad con medios como ambulancias en el trazado del desfile con disparos que comprende la calle Teniente Ruiz, Juan Carlos I y el entorno del Parque Municipal.

Durante la jornada Antonio Serrano, armero profesional de Cocentaina, hizo una demostración, sin pólvora, sobre cómo se utiliza el trabuco. «Los valencianos tenemos la pólvora en la sangre pero es muy peligrosa y desde fuera no lo ven como nosotros», señaló el profesional, que considera que es crucial esta formación para exhibir de forma excepcional el arma en la urbe. Explicó que con el tiempo han cambiado los métodos de disparo de los arcabuces para que sean más seguros, poniendo primero el pistón, y tampoco se prensa ya la pólvora.

La formación contó también, y como en ocasiones anteriores, con Ana Guillem, agente y responsable de la empresa Cantimploras Galayo, que incidió en que los festeros deben revisar que las cantimploras donde se almacena la pólvora negra no estén perforadas y que cumplan con la normativa.