Dos décadas al compás del humor

Regomello, el grupo cómico nacido entre el casco urbano de Elche y Torrellano y venerado incluso allende la provincia, acaba de culminar sus bolos conmemorativos tras 20 años sobre los escenarios y ya prepara nuevo espectáculo para 2024

Uno de los ensayos del conjunto, nacido a caballo entre el casco urbano de Elche y Torrellano y que ya ha cumplido 20 años. | ANTONIO AMORÓS

Uno de los ensayos del conjunto, nacido a caballo entre el casco urbano de Elche y Torrellano y que ya ha cumplido 20 años. | ANTONIO AMORÓS / j.m.grau

«Es el complemento con el que no podemos vivir. No concibo no subirme al escenario al menos una vez al mes». El que habla es Sergio Cortés, alma mater del conocido grupo ilicitano Regomello, un auténtico foco de creatividad artística donde la música y el humor se dan la mano a la perfección. El grupo acaba de cerrar su «gira» por sus nada menos que 20 años de historia. Su locura tiene cuerda para rato.

Quién les iba a decir a los integrantes de este conjunto (algunos ya no están y otros se han subido al tren), que empezó en 2002, que su chalada aventura les llevaría a ser aclamados en pequeñas y medianos eventos de todo el territorio alicantino, Murcia y otras provincias próximas. Incluso tuvieron la oportunidad de dar el salto a nivel nacional, pero rechazaron situarse en esa tesitura. Su público está cerca y su objetivo nunca fue triunfar a gran escala hasta el punto de verse obligados a cambiar significativamente sus vidas.

Sergio Cortés se transforma en cuanto se aproxima a un instrumento o un micrófono. Su seriedad y serenidad fuera de las tablas contrasta con la casi enajenación que desencadena subido a ellas, hasta el punto de que el resto de la banda muchas veces no puede contener las carcajadas ante las improvisaciones y ocurrencias del que es su voz y saxo.

Junto a él continúan como el primer día Jesús Rodríguez (guitarra) y David Donis (batería) y recientemente se incorporaron Alberto Martínez (bajo y excomponente de Miranda Warning) y Héctor Gregoria (teclista).

El grupo musical siempre muestra su lado más cómico para hacer pasar un buen rato. | ANTONIO AMORÓS

El grupo musical siempre muestra su lado más cómico para hacer pasar un buen rato. | ANTONIO AMORÓS / j.m.grau

«Hemos cambiado más nosotros que el público», reflexiona Sergio Cortés echando la vista atrás. Su obsesión por que la composición musical sea buena y el deseo de hacer pasar un buen rato a las familias utilizando letras hilarantes, temas conocidos y también creaciones propias, les ha llevado a ser muy venerados por un público que, aunque haya visto tres veces el mismo espectáculo, repite y atrae a otros para que también les duela la barriga.

Sus espectáculos son blancos, es decir, para todos los públicos, y confiesan que hay un tema que siempre tienen la obligación de interpretar porque así se lo reclama el público: «La Jenny», ya un clásico imprescindible.

Muchos de sus temas y actuaciones se pueden encontrar fácilmente en internet y los que son propios no han querido registrarlos por el momento en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), aunque sí han empezado a dar el salto a Spotify, con temas de espectáculos como «¡Jo, mamá!» y «Musas, gracias».

Comenzaron con el espectáculo «Gracious show» y ya llevan otros siete, camino del octavo que ya lo están preparando y que estrenarán este 2024, a poder ser en el Gran Teatro de Elche.

Nacido entre Torrellano y el casco urbano de Elche, este grupo bebe de genios como Les Luthiers, pero combina todo tipo de estilos, desde el tango hasta el pasadoble, pasando por el hard rock o Camela. Y eso sí, pulen las letras y se esmeran en las composiciones. Se fijan en lo cotidiano, en lo que nos pasa a todos en casa, en las aulas, en nuestro pueblo, en cómo hablamos, cómo criticamos o nos vestimos... Y a partir de ahí consiguen que el respetable se desternille.

«Cuando estamos montando los espectáculos buscamos que musicalmente sean muy completos», asegura el vocalisa del grupo, quien relata como anécdota que el show «Cántame un cuento» solo se escenificó una única vez, en Almoradí, y al terminar la gala se dieron cuenta de que no era lo que querían.

Regomello puede llenarte teatros y actuar también para amigos en una boda. Se mueven por su olfato y no viven de esto, aunque últimamente han recibido peticiones para hacer canciones por encargo, como, por ejemplo, de la propia Generalitat y del Colegio de Podólogos de València para una campaña escolar.

La edad no parece hacer mella en ellos, pero sí lo de formar familia, por eso ahora mismo realizan entre 15 y 20 actuaciones al año, para estar más tiempo con los suyos, algo que contrasta con el casi centenar de bolos que hicieron en 2009.

«Cada vez tengo más claro que esto va a ser perenne», confiesa Sergio Cortés, quien sobre todo agradece a todo ese público «superfiel» que no se cansa de verlos ni de escucharlos. Ni de reír con ellos.