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El rastro del ejército bizantino en El Monastil de Elda

Identifican los restos de la coraza de un jinete del emperador Justiniano aparecidos en el yacimiento eldense, un vestigio del siglo VI único en España junto a otro de Cartagena

Las lamas de hierro de la coraza de un jinete bizantino aparecidas en el yacimiento arqueológico El Monastil. | INFORMACIÓN

El gran valor arqueológico e histórico que posee el yacimiento El Monastil de Elda no deja de sorprender. El último hallazgo se ha producido a raíz de la identificación de varias piezas metálicas de una coraza de jinete de la caballería pesada utilizada por Justiniano y sus sucesores bizantinos. En pocos enclaves del Mediterráneo se han localizado este tipo de lamas del Imperio Romano de Oriente. De hecho, en España el único lugar donde han sido encontradas y reconocidas es en Cartagena, la posible capital bizantina en cuyo barrio comercial surgido sobre el antiguo teatro romano aparecieron, hace unos años, poco más de cien lamas del mismo tipo de coraza.

Recreación de un jinete bizantino con la coraza formada por lamas de hierro. INFORMACIÓN

El exdirector del Museo Arqueológico Municipal de Elda y científico de la Universidad de Alicante, Antonio Poveda Navarro, ha sido el artífice del descubrimiento al lograr distinguir, tras un laborioso estudio comparativo, objetos bizantinos que suelen pasar desapercibidos. Concretamente ha detectado la similitud de las tres lamas de hierro aparecidas en El Monastil con las de Cartagena. «Por lo que no cabe duda de que si en esta ciudad había tropas bizantinas de Justiniano, en la población de El Monastil también las hubo en el siglo VI dC.» Las tres lamas rectangulares y alargadas presentan algunos orificios por donde se podía enganchar la parte metálica a la prenda textil, en la que se apoyaban por debajo para poder colocarse sin molestia sobre el cuerpo. Este tipo de coraza pesada de hierro, a la que luego se le daba un colorido plateado, era exclusiva de los kathafracti, la más poderosa caballería armada de Justiniano y los bizantinos. Las fuentes latinas los describen como jinetes que iban totalmente forrados de hierro, de movimientos lentos pero auténticos guerreros acorazados difíciles de derrotar. Fue precisamente la caballería precedente a la que surgió en la Edad Media. Un cuerpo de élite dentro de la tropa bizantina que ocupó Hispania. «Y ahora, gracias a la Arqueología, sabemos que estos temidos soldados controlaron la ruta del Vinalopó desde El Monastil bizantino», destaca Antonio Poveda.

Entre los años 552 y 555 el poder godo estaba muy fragmentado y Justiniano aprovechó para penetrar en la Península Ibérica y ocupar una importante franja litoral que iba desde Cádiz hasta Dénia y Cullera. Los investigadores sitúan la capital militar y administrativa en Cartagena, que se apoyaba en Elche para controlar el corredor del Vinalopó. Pero los bizantinos de esos centros urbanos aprovecharon El Monastil de Elda para establecer una avanzada de su ejército, además de una mínima administración eclesiástica y comercial que usaban como sede el monasterio bizantino aparecido en este enclave de civilizaciones.

Hasta el momento, Poveda había podido investigar unas piezas, halladas en los años 60 y 70 por la Sección de Arqueología del Centro Excursionista Eldense, que servían para el control comercial y la celebración de la liturgia cristiana del rito greco-oriental. Hallazgos que demostraron que la pequeña iglesia excavada en lo alto del yacimiento El Monastil sería parte de un monasterio bizantino del siglo VI dC. Un punto estratégico ubicado en la frontera de los bizantinos que ocupaban la costa para frenar el avance de los godos de Toledo hacia el sureste. Ello explicaría la presencia de una pequeña comunidad monástica que organizaba la explotación de la zona y la recaudación de impuestos, pero sobre todo confirma la presencia de soldados del emperador Justiniano, volcado sin descanso en reconstruir el antiguo Imperio Romano en todo el Mediterráneo, que es lo que le llevó a invadir Hispania.

La constatación de la presencia del ejército bizantino en el yacimiento arqueológico de Elda está suscitando un gran interés entre los arqueólogos. Universidades turcas, griegas, italianas y españolas ya han contactado con el investigador para recabar más datos sobre su trabajo. La última Universidad que se ha dirigido a Antonio Poveda es la griega de Tesalónica, donde hay una importante línea de investigación sobre armamento bizantino. Igualmente desde Toledo le han expresado su deseo de seguir profundizando en la fase visigoda de El Monastil, un yacimiento inagotable de información arqueológica de primer nivel.

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