La provincia de Alicante registra desde el pasado 7 de enero un episodio continuado de intensas heladas como no se producía, al menos, en la última década. La situación ha llevado a la Agencia Estatal de Meteorología a activar la alerta amarilla por temperaturas mínimas de cuatro grados bajo cero. Una situación que afecta especialmente a las comarcas del Alto Vinalopó y l’Alcoià y, de forma inusual, a la zona costera de la Marina Alta, que en los diez últimos días también ha tenido registros de temperatura negativos.

Este lunes 17 de enero se ha producido otra madrugada siberiana y tanto Xixona como Villena han vuelto a marcar la mínima con -11,7 en la Rambla de la Sarga y -11,5 grados en el Hondo de la Lagunilla. El termómetro, según los datos facilitados por Aemet, Avamet y MeteoVinalopó, también se ha desplomado en el barranco de Badallet en Petrer con -8,8 grados; en la pedanía El Rodriguillo de Pinoso con -8,2 grados; en Planes con -6,6; en Banyeres con -5,8; Sax con -5,4 en el paraje de la Peña Rubia; -5,2 en la Finca Terol de Tibi; -5,3 en la sierra Camara de Elda; -4,1 en Muro de Alcoy; -3,4 en Caprala de Petrer; -1,6 en la Torre de les Maçanes; -0,7 en Alcoy y -1 en Elche y Aspe. En las zonas más hondas de Villena el hielo ha terminado quemando algunas hortalizas, sobre todo por la persistencia de los registros negativos durante tantos días seguidos. También ha ocasionado averías en vehículos e infraestructuras agrícolas. Especialmente en la Lagunilla, Las Virtudes y el Camino de San Juan por reventones en cañerías de riego y en las cubas y bombas de los vehículos. La misma situación se ha dado en varias partidas rurales de Cañada, Pinoso, Banyeres y Xixona. Pero el dato más curioso lo ha ofrecido en el litoral alicantino la localidad de Xàbia, que ha registrado -3 grados en la zona de Lluca/Coster d’En Sala. Unas heladas que también han llegado a zonas urbanas dificultando el tráfico por la formación de placas en la calzada e impidiendo la visibilidad al solidificarse la humedad en las lunetas de los coches.

Carámbanos de hielo en el interior de Alicante debido a las bajas temperaturas

Carámbanos de hielo en el interior de Alicante debido a las bajas temperaturas Juani Ruz

Cabe recordar que este episodio comenzó en la madrugada pasado del 7 de enero con heladas débiles en zona urbana y de mayor consideración en los enclaves rurales del interior de la provincia. El récord lo registró Villena con -8,5 grados en el Hondo de la Lagunilla seguido de los -6,2 en la zona de El Pantanet de Petrer, los -4,9 de El Rodriguillo en Pinoso y los -4,7 en las estribaciones de la sierra de Mariola en Banyeres. Pero el termómetro se desplomó igualmente hasta -1,1 en la sierra Camara de Elda, -3 en Cañada, -2,8 en Beneixama, -1,7 en el Aula de la Naturaleza de Aspe y -1,1 en el centro de Sax.

Al día siguiente la provincia sufrió su segunda noche de heladas. La rambla de La Sarga, en Xixona, ofreció la temperatura mínima con -8,6 grados. Los valores negativos se extendieron por la sierra Mariola con temperaturas bajo cero en las localidades de Agres -5,7; Banyeres -4,3 o Muro de Alcoy -0,9. En la Marina Alta la mínima fue de -0,9 grados en la estación de Lluca-Rafalet de Xàbia, que fue la excepción, ya que la mayoría de estaciones de la zona rondaron los 5 cinco grados. La noche volvió a ser especialmente gélida en Villena. 

La estación meteorológica del Camino San Juan marcó un mínimo de -4,4 grados y la de La Laguna, en Las Virtudes de -4,9. La temperatura récord de la zona se volvió a dar en el Hondo de La Lagunilla con -7,5, la segunda más baja de la provincia tras Xixona.

Lejos de cambiar, durante el pasado fin de semana la tendencia se ha mantenido. La provincia vivió entre el sábado y el domingo otra noche glacial con temperaturas de hasta -11,6 grados en el paraje villenense de La Lagunilla. También en la rambla de La Sarga, en Xixona aunque al límite con el de Alcoy -y geográficamente en el entorno de l’Alcoià- se llegó a los -11,5 grados. Los valores negativos fueron generalizados en todo el interior de la provincia, pero con especial intensidad en el Alto y Medio Vinalopó y en los puntos más altos de l’Alcoià, el Comtat y la Marina Alta, o bien más umbríos y húmedos. 

La temperatura más baja en un lugar habitado fueron los -8,4 grados que ofreció el termómetro en El Rodriguillo y los -7,1 en Las Virtudes, núcleo perteneciente a Villena. En Salinas llegaron a -4,2 grados y a -2,8 en Beneixama. El centro de interpretación del parque natural de la Sierra de Mariola, en Banyeres, marcó -5,9 grados, el Mas del Pla de Planes -6,1 y el casco urbano de Muro -4,1. 

Según explica el meteorólogo Lluís Francés, la situación atmosférica actual, con altas presiones durante tantos días, propicia inversiones térmicas en noches despejadas y el suelo se enfría por radiación. Pero, a su vez, enfría el aire en contacto por lo que se vuelve más gélido y denso que el que está en la capa inmediatamente superior. Son situaciones que se producen principalmente en invierno, con una presencia muy fuerte del anticiclón que impide el ascenso del aire y concentra la poca humedad en los valles y cuencas. Este fenómeno meteorológico es frecuente en las mañanas frías sobre los valles de escasa circulación de aire en todos los ecosistemas terrestres. «Actualmente nos encontramos entre dos anticiclones fuertes, uno en las islas Británicas y otro en el norte de África, que nos sitúan en zona puente y originan una situación de subsidencia, principalmente con una inversión intensa y poco saturada», precisa el presidente de MeteoVinalopó. Las temperaturas frías han llegado incluso a la costa y la falta de humedad está ofreciendo una extraordinaria visibilidad, con un ambiente seco nocturno y una humedad relativa en torno al 80% en el aeropuerto de Alicante, una situación anormal a nivel del mar. «Son las variables que nos aporta una situación atmosférica que dura muchos días pero que, a partir del jueves, cambiará porque las mínimas subirán ligeramente, se acortará la amplitud térmica y llegarán más nubes», anuncia.

Es tiempo de noches frías y días soleados pero en la madrugada del martes vuelven los valores negativos y los cielos despejados ayudarán a que las heladas vuelvan a ser severas. Por eso se mantiene el aviso amarillo por temperaturas mínimas bajas en una jornada de cielos despejados, temperaturas máximas en torno a los 12 grados y vientos flojos variables. Toca por tanto abrigarse.