Campo de Mirra, la pequeña localidad del Alto Vinalopó, ha vuelto a rememorar este jueves el acontecimiento histórico del que fue escenario con una nueva representación al aire libre del Tratado de Almizra. Cuarenta actores -todos ellos vecinos del pueblo- han retrocedido a la Edad Media para escenificar durante hora y media las cuatro jornadas del encuentro que allí mantuvieron el rey Jaime I el Conquistador, por parte de la Corona de Aragón, y el infante Alfonso, posterior Alfonso X el Sabio, por parte de la Corona de Castilla.

"Querían evitar una guerra ante la tensión causada por sus disputas territoriales al sur del Júcar y el resultado fue un pacto con el que fijaron la frontera de dos reinos integrados en ambas Coronas, el de Valencia y el de Murcia", explicó José Ferrándiz Lozano, el presentador de una muestra de teatro popular que dirige Joan Lluís Escoda y ya cuenta con una trayectoria de 46 años.

José Ferrándiz durante la presentación de la obra. ÁXEL ÁLVAREZ

Pero en este 25 de agosto de 2022 ni los actores ni el público han tenido que soportar las restricciones sanitarias ni de aforo impuestas en las últimas ediciones por la pandemia del covid-19.

Aunque la representación del Tratado de Almizra comenzó a las 21.30 horas, con antelación un heraldo recorrió a caballo las calles del pueblo para anunciar la firma del pacto a través de un pregón. El numeroso público que se dio cita en la plaza de la Iglesia también disfrutó de la interpretación musical en vivo de la Colla de dolçainers i tabaleters El Terrós de Petrer y el toque de campanas final por parte de la Colla de Campaners d’Ontinyent.

Campo de Mirra rememora con teatro el pacto de paz entre las Coronas de Castilla y Aragón. ÁXEL ÁLVAREZ

Origen de la representación

La escenificación teatral de lo ocurrido en Almizra se celebra desde el año 1976 con motivo de la conmemoración del VII Centenario de la muerte del rey Jaime I. En principio iba a ser una representación única, pero los organizadores locales decidieron prolongarla y a partir del año siguiente la introdujeron en el esquema de las fiestas de Moros y Cristianos. La primera versión teatralizada de Francisco González Mollá, un funcionario de Correos de Biar que tenía disponible un libreto en las fechas de la efeméride, fue sustituida seis años después por una pieza más amplia que se le encargó a Salvador Doménech Lloréns y se estrenó en 1982.

La plaza de la Iglesia llena de público para presenciar la representación. ÁXEL ÁLVAREZ

Tal y como señala José Ferrándiz, decano del Colegio de Politología y Sociología de la Comunidad Valenciana y miembro de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios, el Tratado de Almizra fue en realidad una salida in extremis que se firmó el 26 de marzo de 1244, un caso de geopolítica de la época que incluso ha mantenido vigencia en algún aspecto como el lingüístico. La evidencia mayor se aprecia en la comarca del Alto Vinalopó, donde Villena o Sax son de habla castellana y localidades tan próximas como Biar o el propio Campo de Mirra son de habla valenciana. Sin embargo este Tratado, que marcó la expansión de las dos Coronas en lo que hoy es provincia de Alicante y trazaba la línea divisoria desde el río Cabriel a Almizra para pasar después por Biar, Xixona, Busot y salir al mar por el barranco de Aigües, solo permanecería en vigor legal sesenta años, hasta que la Sentencia Arbitral de Torrellas en 1304 desplazó la frontera del Reino de Valencia más al sur, incorporando territorios y plazas importantes como Alicante, Elche, Crevillent y la que fue Gobernación de Orihuela, que habían quedado en 1244 en el lado castellano".

Las autoridades durante la representación. ÁXEL ÁLVAREZ

Trama histórica

La trama histórica tiene todos los alicientes de una discusión nada fácil donde se confrontaban los intereses políticos de ambos bandos. Castilla había entrado en negociaciones secretas con el alcaide musulmán de Xàtiva, cuya conquista pertenecía a la Corona de Aragón en virtud de un pacto anterior, para que le entregara la plaza. Jaime I reaccionó asediando Villena y Sax, cuya conquista correspondía realizar a los castellanos. A petición del infante mediante el envío de un mensaje, el castillo de Almizra, ya en poder de la Corona de Aragón, se convirtió en la sede del encuentro diplomático para buscar una solución.

Una danza medieval durante la escenificación del Tratado de Almizra. ÁXEL ÁLVAREZ

Alfonso, con quien además existía un compromiso de matrimonio con la hija de Jaime I y Violante de Hungría, que en esta expedición acompañó a su marido de manera excepcional, desestimó la invitación que se le hizo para instalarse en el castillo y acampó al pie de la montaña, desde donde trazó una estrategia de negociación en la que él no intervenía directamente y enviaba a dos colaboradores. El hecho de que estos insistieran a Jaime I para que cediera Xàtiva a Castilla como dote matrimonial de la hija Violante —de ocho años de edad, mientras que el infante tenía veintitrés—, exasperó al rey hasta el extremo de advertir que quien quisiera entrar en esta plaza tendría que pasar por encima de su cadáver.

El pacto entre Alfonso X el Sabio y Jaime I el Conquistador. ÁXEL ÁLVAREZ

La tensión, cada vez más crecida, provocó que el rey diese por canceladas las conversaciones sin acuerdo alguno, lo que dio paso a un gesto de relevancia histórica al mediar Violante de Hungría ante su marido, incluso llorando, para que reflexionase y prosiguiera con la negociación. El momento fue clave: Jaime I accedió a seguir, como recogió en su "Crònica o Llibre dels Feits", y las entrevistas dieron un giro que permitió llegar al acuerdo de renunciar cada parte a las plazas ambicionadas que no les correspondían, señalando la frontera de los dos reinos al sur del Júcar. Así resume José Ferrándiz un histórico episodio de paz cuyas fuentes conocidas son el relato de Jaime I en su libro de memorias, y una copia del texto del pacto que se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona.