Una formación que transforma la vida de las mujeres gitanas en Elda

La implementación del itinerario de inclusión social Elda Integra ha permitido a 23 participantes aprender para forjar un futuro en el mundo laboral

Las propias integrantes de este proyecto han sido las encargadas de escoger el tipo de talleres a realizar entre los que destacan formaciones de azafata para eventos o técnico en manicura

Participantes del programa Elda Integra en un momento de la entrevista.

Participantes del programa Elda Integra en un momento de la entrevista. / ÁXEL ÁLVAREZ

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

En Elda un programa de implementación de itinerarios de inclusión social se ha convertido en el faro de esperanza para las mujeres gitanas que buscan forjar un futuro en el mundo laboral. Financiado por la Unión Europea a través del Fondo Social Europeo, este proyecto denominado Elda Integra, ha demostrado ser una fuerza transformadora para sus participantes, a las que les ha ofrecido una nueva oportunidad para integrarse de una forma más completa y especializada en el mundo laboral.

El programa no solo ha permitido a sus participantes contar con formación y experiencia para completar su vida laboral, sino que además las ha hecho partícipes en la elección del itinerario formativo, siendo ellas las encargadas de seleccionar el tipo de curso y asignaturas que les resultaban más atractivas y que reunían las mejores condiciones de horario y duración para que fueran capaces de conciliarlo con su vida personal y que sirviera de aliciente para no abandonar el programa.

Detrás de esta iniciativa, se encuentran las historias reales de mujeres como Jacobi Jiménez y Juana Fernández, cuyas experiencias reflejan la verdadera esencia de este proyecto. Ambas son mujeres, madres y gitanas y, junto a sus compañeras, han realizado el curso que les permitía formarse como azafatas para eventos y asistencia técnica.

Jacobi Jiménez, una de las mujeres participantes en este itinerario formativo, asegura que eligió el curso de auxiliar de eventos como "una oportunidad para avanzar y diversificar sus habilidades" gracias a una elección refleja un deseo más profundo de romper estereotipos y demostrar que, como gitana, su ambición va más allá de los roles convencionales. "Queremos avanzar y tener más cosas en nuestro currículum, el curso nos ha motivado a hacer cosas nuevas, que no sean siempre lo mismo, y si el día de mañana podemos trabajar de esto excelente. El objetivo es incorporarnos en un mercado laboral que muchas veces nos da la espalda por ser mujeres gitanas".

En la misma situación se encuentra Juana Fernández, otra de las mujeres gitanas que participaron en este proyecto y para la que la parte práctica fue fundamental en el aprendizaje. "Pasamos muchos nervios en nuestra primera práctica real, pero aprendimos muchísimo. En ella pudimos aplicar muchas de las cosas que habíamos visto en el aula, sobre todo de la asignatura de protocolo. Fue el primer momento en el que pudimos indicarle a la gente dónde debía sentarse o dónde colocarse en las fotos y pudimos comprender mejor lo que significa ser azafata de eventos y el trabajo que nos espera".

El curso, que constó con 23 participantes tuvo una duración de 32 horas distribuidas en diversas áreas, desde inglés hasta protocolo y organización de eventos, se centró en equipar a las participantes con habilidades prácticas y sociales. Las participantes no solo adquirieron conocimientos técnicos, sino que también experimentaron el empoderamiento que proviene de desafiar y superar obstáculos. "Nos han dado la oportunidad de poder formarnos para poder tener un empleo digno y ser conscientes de que podemos llegar a algo más en la vida y salir adelante por nosotras mismas", ha asegurado Juana Fernández.

Detrás de este programa también queda el trabajo del responsable del taller y del proyecto Elda Integra, Ramón Mira, para quien el enfoque participativo del programa es imprescindible. "Lo que buscábamos desde el principio con este proyecto y lo que pesamos que es más importante es poner a los participantes en el centro y en el foco. Nosotros como profesionales no podemos ser los que tengamos la decisión final de qué cursos o que itinerarios se deben seguir porque entonces no conseguiríamos nada, por eso nos planteamos que fueran ellas las que participaran, que nos dijeran ellas qué era lo que querían hacer y desde ahí ponernos a trabajar".

Ramón Mira ha destacado la rápida cohesión del grupo y la dedicación de las participantes, cuya motivación y progreso han sido motivo de orgullo para todos los involucrados. "Ha sido un lujo trabajar así. Verlas cada día más motivadas con lo que estaban haciendo, decirles que el curso empieza a las 9.30 horas y que estuvieran en la puerta a las 9.00 horas te dice de la dedicación que tienen y eso hace mucha diferencia, hace que tú también tengas ganas de dar las clases. Todos íbamos encantados a trabajar con ellas".

El proyecto Elda Integra, aunque parte de un marco más amplio de la Unión Europea, ha adaptado sus objetivos y enfoques para satisfacer las necesidades específicas de la localidad. Desde coordinarse con servicios sociales hasta colaborar con ONGs y otros actores locales, el proyecto ha creado un entorno que va más allá de la formación convencional. El responsable de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Elda, David Guardiola, ha asegurado que estos talleres han sido "un éxito" porque son "espacios donde las personas quieren estar y les apetece formarse en ello. Al final aporta salidas laborales y una formación y permiten a las personas ver por dónde quieren que pase su vida a la hora de buscar un trabajo".

El curso de auxiliar de eventos no solo ha sido un éxito por el contenido académico sino también por el impacto positivo en la autoestima y el empoderamiento de las participantes. El programa, que va más allá de la formación básica, está transformando vidas y creando un camino hacia un futuro más brillante y prometedor para estas mujeres gitanas en Elda.