Obituario

Adiós al alcalde que hizo de Elda su pasión

Fallece el político Camilo Valor, quien ocupó el puesto de alcalde de Elda entre 1995 y 1996

Camilo Valor, exalcalde de Elda. | INFORMACIÓN

Camilo Valor, exalcalde de Elda. | INFORMACIÓN / pérezGil

Pérez Gil

Pérez Gil

Camilo Valor, el alcalde más fugaz de Elda ha fallecido a los 87 años y es imposible no recordarlo sonriendo y siempre elegante, amable, cercano y educado. Gozaba de buena salud, con los achaques propios de la edad, pero el pasado viernes fue hospitalizado por una afección respiratoria repentina que ha acabado con su vida dos días después. Una muerte que ha sumido en la desolación a toda su familia, amistades y compañeros. Especialmente a su mujer Lola y a sus hijos Camilo y César.

Ganó las elecciones con el PP en 1995 en su primera aparición en la esfera política. Se quedó a menos de cien votos de la mayoría absoluta. Pero a los diez meses de mandato una moción de censura de IU y PSOE lo relegó a la oposición. Un disgusto que asumió con responsabilidad y estoicismo pasando a liderar la oposición como concejal tras dimitir como alcalde antes de perder la votación en el pleno.

Pero la verdadera pasión de Camilo Valor no era la política -una vocación que inició en 1969 y culminó siendo alcalde con 59 años, sino el comercio por tradición familiar. De hecho, sus padres trasladaron su domicilio de València a Elda en plena Guerra Civil. En noviembre de 1936. Él era un recién nacido -15 días tenía cuando cruzó el puente del Vinalopó- y la familia abrió dos tiendas. La primera de telas y la segunda de electrodomésticos. Y en ese mundo de clientes, compras y ventas se fue forjando el carácter abierto de un hombre familiar, religioso y muy amigo de sus amigos. Compañeros de penas, confidencias, alegrías y celebraciones con algunos de los cuales fundó la comparsa de Zíngaros y su escuadra Gran Reserva, que durante años se mostró muy activa en el ámbito festero pero también en el devenir cultural y social de la ciudad.

En este ámbito uno de sus muchos logros, y del que se mostraba especialmente orgulloso por su gran devoción a la patrona de Elda, fue precisamente conseguir que al Hospital General Universitario de Elda se le diera oficialmente el nombre de Virgen de la Salud por parte de la Conselleria de Sanidad. Y tras perder la Alcaldía y ceder la vara de mando al socialista Juan Pascual Azorín se volvió a lo suyo: al comercio. Aunque también se embarcó durante algunos años con su hermano en el sector de la construcción. Y prueba de ello es la impronta que ha dejado en muchos inmuebles de la Elda de las últimas décadas.

Pero su infancia no fue fácil. A los diez años se quedó huérfano y a los trece empezó a trabajar mientras estudiaba contabilidad por las tardes. En 1990 asumió la presidencia de la Asociación de Comerciantes de Elda y Comarca y en 2001 fue nombrado director general de Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana, siendo designado al mismo tiempo vicepresidente primero del Patronato de la Feria de València.

Su ferviente «eldensismo» -como él lo llamaba- también le llevó a ser miembro de la Cofradía y de la Coral de los Santos Patronos y del Consejo de la Parroquia de Santa Ana.

En su corto pasó por la Alcaldía puso en marcha un plan de saneamiento de la deuda pública municipal, instauró el pregón de las Fiestas Mayores, recuperó la tradición de Correr la Traca, aprobó el plan de recogida de aguas pluviales y dio comienzo a la rehabilitación del barrio San Francisco de Sales.

El actual alcalde, Rubén Alfaro, contactó con la familia del fallecido tan pronto como tuvo conocimiento del óbito. Tras trasmitirle sus condolencias les anunció la convocatoria urgente de la junta de portavoces del Ayuntamiento para acordar la adopción de medidas de duelo oficial.

«Camilo era una persona muy amable y cordial y siempre le movió a participar en la vida política su amor por Elda. Además de su paso por la Alcaldía, siempre lo recordaré como un gran zíngaro y un gran defensor de las tradiciones de la ciudad». Así lo ha destacado Alfaro recordando que siempre fue muy respetuoso con él y todas sus propuestas y aportaciones buscaban un fin altruista en defensa de una Elda mejor, la Elda a la que tanto amaba.