Segunda RFEF

La traición de Lolo Escobar imposibilita una salida amistosa del Hércules

El Hércules ve muy difícil que su todavía técnico pueda volver a dirigir al equipo, pero tampoco le dará facilidades para que se vaya sin una contraprestación 

Lolo Escobar, cabizbajo, en la banda del José Rico Pérez, durante un partido en Alicante.

Lolo Escobar, cabizbajo, en la banda del José Rico Pérez, durante un partido en Alicante. / HECTOR FUENTES

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Horas difíciles. La sensación de traición que ha dejado en el seno del Hércules la «espantada» de Lolo Escobar a Algeciras a 15 días del arranque de la pretemporada no se diluye. Al revés, se acrecienta. La apuesta por el entrenador de Don Benito de la secretaría técnica blanquiazul (a pesar de las dudas que dejó el preparador extremeño después de su fulgurante comienzo), ha provocado una sensación de engaño manifiesto difícil de soslayar, sobre todo en quien más hizo por su llegada a Alicante antes de Navidad.

Ese malestar galopante en el seno de la SAD propiedad de la familia Ortiz imposibilita una salida amistosa del equipo alicantino rumbo a Cádiz. El presidente, Carlos Parodi, ha asumido la negociación en primera persona. Será él quien hable en exclusiva con todas las partes y acuerde la cantidad por la que el mayor de los hermanos Escobar puede dejar empantanada una planificación en la que públicamente reclamó que se le involucrara.

El tiempo juega en contra del todavía entrenador del Hércules, que necesita que el proceso se acelere lo máximo posible para llegar a tiempo de dirigir la primera sesión de trabajo estival de su nuevo destino, un conjunto de Primera RFEF al que también le asedian las urgencias después de completar un ejercicio triste en el que estuvo peleando hasta el final por no descender.

Ningún posible acuerdo tendrá luz verde hasta que la secretaría técnica tenga atado al nuevo entrenador

El máximo dirigente blanquiazul está buscando una fórmula que permita a la entidad del Rico Pérez recibir una compensación plausible. El pacto no será oficial hasta que el sustituto de Lolo Escobar haya puesto su impronta en el documento que le acredite como preparador herculano.

Nadie contempla la posibilidad de que el técnico a la fuga vuelva a sentarse más en el banquillo, pero será posible si finalmente no se da con el sustituto adecuado entre los profesionales liberados con capacidad para asumir un reto como el que plantea el Hércules, uno con el que no ha podido, de ninguna manera, el entrenador extremeño, que abandona la terreta por la puerta de atrás, de forma sibilina, superado por el elevado grado de exigencia (a todos los niveles) al que hay que saber responder en un lugar con tanto peso histórico, deportivo y mediático.

El extremeño necesita que la negociación se acorte para asumir en plazo la pretemporada del Algeciras

Si, tras no lograr el objetivo, Lolo Escobar hubiera mostrado interés por rescindir (que lo tuvo aunque no se lo comunicó a nadie dentro de la entidad, igual que ahora, porque en ese momento la propuesta que escuchó no le llegó a convencer) le habrían dejado marcharse con la carta de libertad. Sin embargo, en las condiciones de clandestinidad en la que se ha producido su deseo de romper del año de contrato que le resta , obligan a exigir una contraprestación a la altura de su deseo de abandonar.

Mala jugada

Escobar ha jugado mal sus cartas. Necesita que el negocio se agilice para que al Algeciras no le pueda la prisa y pase a una opción de entrenador más segura que le garantice un aterrizaje inmediato. Si se da ese supuesto, el preparador blanquiazul podría quedarse sin equipo porque las opciones de que el Hércules dé marcha atrás son casi tan pocas como las ganas de Lolo de volver a pasar nervios en el banquillo del Rico Pérez.

La inseguridad demostrada como técnico antes y después de los partidos y la dificultad para soportar la crítica y el seguimiento mediático han llevado al futuro técnico del Algeciras a forzar un cambio de aires siendo muy consciente de la gravedad del momento elegido para ello y, por supuesto, de la difícil posición en la que deja a quien dio la cara por él tanto en diciembre como en mayo.

El central Josema, quinto refuerzo blanquiazul

El Hércules incorpora a su primer central con ficha sénior A, las de mayores de 23 años. Se trata de Josema Gómez, que firma por una temporada y llega a Alicante procede del Nástic de Tarragona, con el que el finalizó en octava posición, a 7 puntos del «play-off», en el grupo del Eldense, en Primera RFEF.

El jugador madrileño, que cumplirá 32 años en diciembre y mide 1,94 metros de altura, disputó el pasado curso 21 encuentros con el equipo catalán en el perfil zurdo del eje de la zaga por manejar perfectamente la pierna izquierda.

Josema fue el primer refuerzo del conjunto catalán el verano pasado después de hacer un gran papel en el Linares, con el que logró jugar una fase de ascenso. También ha jugado en el Mérida, el Mancha Real y el Guadalajara. Es el quinto fichaje tras Marcos Mendes, Alfonso Candelas, Carlos de la Nava y Roger Colomina.

Ocupa la misma demarcación que Sergi Molina, el canterano que renovado con el beneplácito de Lolo Escobar, que confiaba en el alicantino después de verlo trabajar para recuperarse de una grave lesión en la rodilla.