Las pruebas médicas descartan una lesión grave de Carlos Abad

Las probabilidades de que Carlos Abad siga defendiendo la portería del Hércules en los tres últimos partidos de 2023 son altas. El examen radiológico al que se sometió el guardameta en la mañana del martes, coincidiendo con la jornada de descanso del equipo, reveló que no sufre rotura de fibras en el cuádriceps, confirmando con ello que el malestar que sintió después de golpear una pelota en el viejo Morvedre no obedece a nada grave.

La exploración ha determinado que el portero tinerfeño sufre fatiga muscular. El reposo que guardó el lunes y el martes, y la terapia de masaje de recuperación que iniciará desde hoy, hacen muy posible que Abad vuelva a ser titular el domingo, coincidiendo con la visita del Manresa al José Rico Pérez (18:00 horas).

Su presencia en el campo es uno de los pilares fundacionales que propiciaron el excelente arranque del Hércules. Perderlo en el cierre del año supondría un revés importante para las aspiraciones del equipo de dar caza al Lleida al frente de la clasificación. El jugador ya llegó con buenas sensaciones del viaje a Sagunto. El lunes se optó por dejarle descansar a la espera de la revisión facultativa, la que a mediodía confirmó que la incomodidad que arrastra el del Puerto de la Cruz en la pierna derecha es consecuencia de la acumulación de cansancio, que no hay afectación del cuádriceps, algo que le habría obligado a parar mínimo tres semanas. Si evoluciona como se espera, el domingo disputará su 46º partido con el escudo del Hércules en la camiseta.

Solo se ha perdido dos encuentros desde su llegada en verano de 2022, cuando fue uno de los primeros en incorporarse al proyecto conformado por Paco Peña en su primera campaña en la secretaría técnica. Ninguno fue por lesión. Se quedó en el banquillo por decisión técnica porque Lolo Escobar quiso premiar el trabajo sin recompensa de Iván Martínez que, como Cendón ahora, solo ocupó la portería en el duelo de Copa del Rey, frente a La Nucía.

Análisis | Las grietas de un Hércules campeón

El alivio que supone la óptima salud muscular de Carlos Abad contrasta con la dificultad que está encontrando Alfonso Candelas para recuperar su vida normal. El lateral zurdo se trajo de Terrassa un esguince cervical del que todavía no se ha repuesto.

El dolor agudo e intermitente que le provoca, le impide entrenar con normalidad y le incapacita para jugar un partido de fútbol. Las pruebas han descartado una fractura ósea, que sería lo más gravoso, así que hay que aguardar a que remita la inflamación para reingresar en la rutina física junto al resto de compañeros.

La respuesta de Hugo Sanz no es la esperada

No está descartado para el duelo dominical frente al octavo clasificado, un envite determinante para frenar la recesión que está experimentando el conjunto blanquiazul, que ya acumula tres semanas sin ganar y solo ha sumado dos de los últimos nueve puntos en disputa, una inercia de la que hay que huir con urgencia.

La irrupción de Hugo Sanz no ha supuesto un alivio. El zaguero cedido por el Real Murcia está acusando la falta de ritmo (y de partidos de Liga). Los dos últimos son los únicos que ha disputado este curso tras firmar una campaña sobresaliente con su club de origen, el Ourense, con el que fue titular indiscutible.

Inconsistente en defensa y sin apenas presencia ofensiva, el sustituto natural de Candelas debería dar un paso al frente si no quiere obligar al entrenador a buscar fórmulas más creativas para tapar el agujero que le ha dejado en el flanco zurdo la baja del zaguero de La Solana. El equipo inicia hoy la preparación de su duelo con el Manresa, un encuentro que ha adquirido gran trascendencia después de la mala imagen exhibida frente al Atlético Saguntino.