Miradas alicantinas

Los microtaxis, el taxi de los barrios

Alicante, junto a Madrid y Bilbao, fueron las ciudades en las que el microtaxi triunfó como medio de transporte económico

El microtaxi se concibió como un medio de transporte urbano más económico destinado principalmente a las clases más modestas 

El Ayuntamiento de Alicante realizó la concesión de veinte microtaxis.

El Ayuntamiento de Alicante realizó la concesión de veinte microtaxis.

Alfredo Campello

Alfredo Campello

 En fecha reciente ha visto la luz un exhaustivo estudio sobre el popular SEAT 800 -el 600 de cuatro puertas- escrito por un enamorado de este popular modelo made in Spain, Pablo Murillo Barrionuevo. En este interesante libro se detalla uno de los principales usos que tuvo este 600 alargado, que no fue otro que el de microtaxi.

Como cuenta Murillo, Alicante, junto a Madrid y Bilbao, fueron las ciudades en las que el microtaxi triunfó como medio de transporte económico aunque también generó un enfrentamiento con los taxistas “de toda la vida” que vieron su negocio amenazado por este nuevo medio de transporte más barato.

Y es que el microtaxi se concibió como un medio de transporte urbano más económico destinado principalmente a las clases más modestas que no podían permitirse el uso del tradicional taxi para desplazarse por la ciudad.

En la Comisión Permanente del 25 de enero de 1956, siendo alcalde Agatángelo Soler Llorca, se expuso la idea de la puesta en servicio de una flotilla de microtaxis. La idea de la Corporación era poner en servicio diez Renault 4/4 fabricados en Valladolid con una bajada de bandera de 2 pesetas y un coste por kilómetro sensiblemente inferior al de los taxis normales. Para ello, se pensó en primar a los taxistas veteranos en posesión de viejos vehículos para que los cambiaran por estos pequeños pero efectivos utilitarios de cuatro puertas. Se alegó una mejora en el servicio y la modernización del parque móvil, muchos de cuyos vehículos eran aún anteriores a la guerra.

Apenas seis días después surgieron las primeras desavenencias. En una carta publicada en Información “un taxista” alertó de la pérdida económica que sufrirían los taxistas tradicionales si se implantaba un servicio de taxis a mitad de precio. Además, citaba el caso de que una ciudad como la nuestra con un buen servicio de tranvías y autobuses ya tenía un exceso de taxis para las distancias que se recorrían en una ciudad del tamaño de Alicante.

En abril de 1956 quedó expuesto en el zaguán del Ayuntamiento el primer Renault 4/4 con su decoración distintiva de microtaxi. Los coches iban pintados en azul claro y lucían una franja roja y blanca ajedrezada que duplicaba en anchura la franja roja tradicional de los taxis alicantinos. Seis coches habían sido solicitados ya por taxistas de la ciudad y el Ayuntamiento se reservó los cuatro restantes para ofrecerlos a particulares que desearan prestar el servicio.

Microtaxi Renault 8 en La Rambla. Años 70.

Microtaxi Renault 8 en La Rambla. Años 70. / FB Carreteras, ayer y hoy

A final de mes el pleno estableció una bajada de bandera de 2,50 pesetas con recorrido de medio kilómetro (3 pesetas a partir de 1958) y 50 céntimos por cada 250 metros recorridos. Existían tarifas especiales para los campos de fútbol de Bardín y La Viña así como para la plaza de toros, el cementerio o los castillos. En junio se concedieron las primeras licencias.

Que los microtaxis fueron un éxito rotundo nos lo afirma el hecho que en 1958, apenas dos años después de implantado el servicio, los Renault 4/4 ya habían superado los 200.000 kilómetros y fueron sustituidos por nuevos coches del mismo modelo. Posteriormente, se adquirirían otros modelos como el Dauphine o el Gordini.

¿Cómo podía ser que en apenas dos años se hubiese alcanzado una cifra tan elevada de kilometraje para un servicio urbano concebido para conectar los barrios con el centro de la ciudad? Muy sencillo.

Tal y como adelantaba Información, los microtaxis salían del casco urbano y hacían servicios a varios puntos de la provincia y capitales cercanas, por lo que era muy difícil hallar microtaxis por la ciudad y mucho menos en las paradas habilitadas.

Si los encontrabas, a veces, se negaban a prestar un servicio entre barrios ya que no tenían asegurado el retorno con pasajeros. En otras ocasiones, algunos microtaxis permanecían en la parada a la espera de una carrera más beneficiosa fuera de la capital.

En 1962 Julián Calderón, presidente del Grupo Autónomo de Auto-Taxis y Gran Turismo, acusó desde las páginas del diario Madrid al alcalde Agatángelo Soler de haber concedido 20 nuevas licencias de microtaxi como represalia tras negarse varios taxistas a subir al Castillo de Santa Bárbara debido al lamentable estado de la carretera, lo cual mermó la asistencia a un concierto del pianista Gonzalo Soriano e impidió, en palabras de Calderón, el lucimiento del alcalde. La polémica fue tal que la respuesta de Agatángelo Soler rebatiendo sus afirmaciones se publicó a toda página en Información. La polémica llegó hasta las ondas de Radio Madrid.

La paulatina desaparición de los pequeños utilitarios de cuatro puertas, unida a la aparición de nuevos modelos más grandes y potentes que podían usarse indistintamente como taxis o microtaxis hizo que, en algunos casos, un mismo modelo de coche pudiera usarse como taxi o microtaxi, variando únicamente las tarifas. El usuario que no advirtiera la diferencia en la banda identificativa podía llevarse un disgusto a la hora de pagar la carrera.

En enero de 1974, Bernardo Martínez, presidente del Grupo Provincial de Taxistas, afirmó en Información que los microtaxis estaban llamados a desaparecer porque el coste del mantenimiento era ya el mismo que el de los taxis.

Añadía que muchos conductores estaban a la espera de que el Ayuntamiento les permitiera convertirse en taxis. Pese a que el Ayuntamiento aprobó una nueva modificación de tarifas y aseguró la continuidad del microtaxi, daba la sensación que la sentencia de muerte ya estaba firmada.

El año 1975 significó el principio del fin de los microtaxis. Tras la solicitud de muchos conductores para cambiar su licencia a la de taxi, el Ayuntamiento creó una comisión para estudiar conjuntamente el tema. Al año siguiente y tras dos décadas de exitoso servicio público, el microtaxi desapareció al modificarse el resto de licencias.