PSOE de Madrid

Lobato inicia una gira por Madrid para ganar peso entre la militancia ante la "debilidad" de su apoyo orgánico

El dirigente socialista se ha propuesto "hacer pedagogía" con los votantes del PSOE que "dudan o rechazan" la amnistía y evalúa hasta dónde puede marcar perfil propio

Juan Lobato tras su reunión con Isabel Díaz Ayuso en la sede del gobierno regional.

Juan Lobato tras su reunión con Isabel Díaz Ayuso en la sede del gobierno regional. / EFE / Kiko Huesca

Elena Marín

En la dirección del PSOE de Madrid apuntan que necesitan "hacer pedagogía" con aquellos votantes socialista de la región que "rechazan o dudan de la amnistía", creen que no pueden "alejarse de ellos" porque los necesitan para forjar un partido fuerte en la Comunidad capaz de medirse con el PP de Isabel Díaz Ayuso. Su problema es que el líder de la formación, Juan Lobato, que intenta ahora zafarse con los medios y explicar qué hace su partido y por qué, ha mostrado también sus dudas en distintas ocasiones. En su entorno reconocen que se ha sentido "incómodo" más de una vez con las negociaciones con los independentistas catalanes, pero su fuerza interna en la federación madrileña es aún limitada y eso coarta su capacidad de respuesta en público. Necesita ganar peso y superar esa "debilidad" para marcar el "perfil propio" que él mismo busca y que algunos compañeros le reclaman y eso solo se consigue de dos formas, explican: con votos o con el favor de la militancia.

Los votos fueron limitados en mayo, el partido se mantiene como tercera fuerza en la Asamblea de Madrid aunque con los mismos escaños que Más Madrid y creciendo, y el poder orgánico que le llevó a la secretaría general fue "prestado", reconocen en su partido. "Juan (Lobato) todavía está en fase de construcción", apunta una fuente del partido que asume que su perfil estará condicionado a la "autonomía" que pueda ganar dentro de la federación. De momento, Lobato ha iniciado una ruta por las agrupaciones de la Comunidad este mes de enero, que se alargará seis meses, para ganarse a la militancia. "Quiero hablar poco y escuchar mucho", dice la carta que envía a los militantes de cada una de las 125 agrupaciones de la región.

Equilibrio entre lealtad y perfil propio

La "lealtad política", explican en su entorno, no es ir a "aplaudir en un mitin a Pedro Sánchez", eso es lo "fácil". "Dedicar 40 minutos a dar explicaciones" sobre acuerdos cuyo alcance él mismo admite que no conoce, como ocurrió en una entrevista en Onda Cero este jueves, muestra una mayor fidelidad al partido y al líder del mismo, insisten en su equipo conscientes de las críticas que a veces recibe Lobato por parecer un verso suelto. "Nunca nos ha importado lo orgánico", dicen en la dirección, pero al mismo tiempo asumen que los mismos que le pusieron, cualquier día, "si dice algo que no gusta, se lo pueden ventilar". De ahí la necesidad de mostrar esa lealtad a la dirección nacional mismo tiempo que testa a las bases para calibrar hasta dónde puede llegar con un discurso propio.

De momento, Lobato ha iniciado su ruta en Soto del Real y ha seguido con los del distrito de Moncloa en la capital y Villalba. Los próximos son en Leganés, El Vellón y Pozuelo. Lobato se propuso al llegar a la secretaría general romper con las estructuras tradicionales "que no estaban cohesionadas" y que el trabajo del partido en todo el territorio fuera "constante" y las demandas se fueran trasladando a la ejecutiva. En estos encuentros se analizan "cuestiones internas" pero sobre todo se trata de hablar de los asuntos que preocupen a los militantes. En esto último pretende incidir Lobato: mostrarse cercano y ganarse a este público para ir cogiendo peso en las agrupaciones.

En esta ruta también podrá defender las posturas de Ferraz, ofrecer argumentos a sus propios militantes si los ve receptivos. Pero en el partido hay quienes entienden que eso supone entrar "en el marco de Ayuso". "En Madrid hay centros de salud sin pediatra pero estamos hablando de la amnistía y de Junts", proclaman en el sector menos afín al secretario general. "En Madrid hay que hablar de Madrid" y cambiarle así el discurso al PP, que tiene una líder que se ha crecido con el enfrentamiento con Sánchez.

Horizonte 2027

Los más críticos, sin embargo, están a la espera de cómo evoluciona la política nacional, y quien fuera su rival interno, Javier Ayala, no busca disputarle nada, aunque el temor es que pueda promover a alguien que lo haga. Mercedes González, de momento, se mantiene a la espera en la agrupación de la capital.

En cualquier caso, en Ferraz están ocupados con otras cuestiones y mientras Lobato no haga nada que perjudique a Sánchez tampoco van a preocuparse por él. Además, el dirigente socialista ha sabido crear alianzas con algunos barones autonómicos y con el número tres del partido, Santos Cerdán, o Félix Bolaños, también de la federación madrileña, y eso, de momento, allana el camino de la actual dirección del PSOE, que a pesar de la seguridad que muestra su principal dirigente sí tiene más en tensión a su equipo cercano.

Mientras asegura su poder interno y se gana a la militancia para de ahí escalar hacia los cuadros medios que no le deben aún nada, el perfil propio se marca también con los silencios: "Las cosas que se dicen sin decir también son política", dicen en su entorno.