Con sólo un bocado puedes descubrir la cultura de un lugar. A través de sus platos típicos puedes sumergirte en la historia y la tradición de cada territorio, de cada municipio. En la provincia de Alicante, esta conexión entre gastronomía e historia es especialmente palpable, ya que cada una de sus nueve comarcas ofrece una variedad culinaria única y distintiva.

Basada en los productos de temporada, esta oferta gastronómica va cambiando también en cada estación del año. En este sentido, la Semana Santa es un momento perfecto para explorar los sabores únicos que caracterizan a la Costa Blanca ya que ofrece opciones diferentes y típicas de este periodo anual. 

Durante la Cuaresma, la provincia de Alicante revive recetas ancestrales que resaltan las costumbres culinarias y los alimentos permitidos según la tradición durante el periodo de vigilia. Es un momento excepcional donde se rescatan sabores tradicionales y se celebran las prácticas culinarias arraigadas en la cultura local. 

Por ello, para confeccionar el menú ideal para esta época del año, hemos seleccionado una variedad de platos y dulces emblemáticos que capturan la esencia de la Semana Santa alicantina.

Desayuno: «Pa Torrat»

La mañana del Viernes Santo en Crevillent trae consigo una delicia única: el «pa torrat». Este almuerzo tradicional, que data del siglo XIX, surgió como una pausa necesaria para las cofradías de Semana Santa después de horas de procesiones.

Consiste en pan tostado al horno con sal y aceite, acompañado de bacalao y ajos asados, junto con productos frescos de la huerta alicantina como habas tiernas o rábanos. 

En la época de Cuaresma es muy habitual realizar la receta de los «buñuelos de bacalao» como aperitivo. PIXABAY

Aperitivo: «Buñuelos de bacalao»

A lo largo de estos días también es muy habitual elaborar los «buñuelos de bacalao», sobre todo en la época de cuaresma. Estos pequeños bocados fritos están hechos con una masa ligera de harina y bacalao desmigado, que se sirve caliente y esponjosa. Son una opción muy popular para disfrutar como aperitivo o como parte de un menú festivo durante las celebraciones.

La «borreta alicantina» y el «potaje de vigilia» son platos tradicionales durante el periodo de Cuaresma. INFORMACIÓN

Platos de cuaresma 

La borreta alicantina es una propuesta perfecta para la época de Cuaresma, especialmente típica en comarcas como El Comtat o L’Alcoiá. Este guiso de bacalao en salazón, espinacas y patatas, a veces acompañado de un huevo frito o escalfado, evoca la tradición culinaria de nuestras abuelas durante la Semana Santa.

Por otro lado, el «potaje de vigilia» es otro plato tradicional para los viernes de la Cuaresma y el Viernes Santo. Se trata de un guiso a base de garbanzos, bacalao, espinacas y huevo duro picado, el cual se puede complementar con croquetas de bacalao. Es, sin duda, una opción reconfortante y económica para los días fríos y lluviosos característicos de estos días del año.

La «mona de Pascua» es el dulce típico por excelencia en la provincia de Alicante. JUANI RUZ

Dulces típicos 

Entre los dulces típicos destacan opciones como la «toña de patata», también conocida como «tonyes de creïlla», el «arnadí», las «torrijas» o la «mona de pascua». 

La «toña de patata» es más habitual en la zona del Vinalopó y poblaciones como Alcoy. Esta delicia reinventa la famosa toña añadiendo patata hervida a la receta, transmitida de generación en generación.

Por su parte, aunque el «arnadí» es típicamente valenciano, algunas comarcas de Alicante como La Marina Alta también lo han añadido a su menú durante la Semana Santa. Este postre, conocido como «carabassa santa», se elabora con almendras, azúcar y calabaza, ofreciendo un sabor dulce y único, rematado con una decoración de frutos secos.

Y por supuesto, no podían faltar las torrijas, las cuales son todo una insignia, una tostada de pan empapada en leche, rebozada en huevo y frita, aderezada con miel y canela. En la Costa Blanca, se preparan en su forma clásica, pero también se ofrecen versiones innovadoras, como las torrijas empapadas en vino moscatel o las torrijas de toña, donde el pan se sustituye por brioche.

En este mismo sentido, no hay Semana Santa sin la «mona de Pascua», el dulce típico por excelencia en la provincia de Alicante. Esta masa de toña rellena con huevos y decorada con fideos de colores, se convierte en el símbolo de la merienda que marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua.

Los rollitos de anís nunca pueden faltar durante la romería de Santa Faz. INFORMACIÓN

Rollitos de anís y mistela

Además, en la ciudad de Alicante la Semana Santa siempre parece durar más, como bien demuestra la típica peregrinación al monasterio de Santa Faz, cada segundo jueves después del Jueves Santo. Esta romería siempre va acompañada de rollitos de anís y vino, combinados con un trago de misteleta de la terreta.