Opinión

Por qué Belén es noticia

Un belén.

Un belén.

Señor director, ya están otra vez los belenistas dando la tabarra para que se publiquen las realizaciones preparadas para la Navidad. ¡Como si no fueran iguales todos los años!... Pues, mire usted: los belenes todos los años son inéditos y novedosos, aunque siempre proclaman que Jesús nació en Belén, anunciado por ángeles, y proclamado el Hijo de Dios por asombrados pastores y curiosos magos de Oriente.

Los belenes, además, son noticia por sus mensajes: en este año hemos mostrado, en el belén municipal, bajo el título de “Jesús es nuestro vecino”, el Niño nacido, que es el “hijo de la promesa” y es el “testigo de la verdad”, para poner de manifiesto cómo deben comportarse los ediles de la ciudad con sus conciudadanos, y éstos con sus regidores, cumpliendo aquellos con sus promesas y hablando todos siempre con verdad. Con ese comportamiento celebraremos al Niño recién nacido a lo largo del año, y lo tendremos como un vecino más en nuestras casas.

En la muestra de la Diputación los belenistas han hecho un homenaje al sueño como recuerdo emocionado, poniendo de manifiesto que, con el feliz cumplimiento de los sueños, se cumplen las esperanzas de las gentes, de todas las gentes de buena voluntad que sueñan con un futuro mejor, con un mundo mejor y con el progreso de todos. Con pequeñas y detalladas escenas, los belenistas enseñan que sólo poniéndose en camino, esforzándose, buscando como los magos, estando en disposición como María, y levantándose en la noche como los pastores, se consiguen las metas que cualquiera ansía querer alcanzar.

En los belenes de la Montañeta, se enseña el comportamiento de los buenos ciudadanos cumpliendo las leyes de nuestros gobernantes, como los viajeros de Nazareth al ir a empadronarse a Belén, y el encuentro de las culturas cuando los grandes de diferentes pueblos (los magos de Oriente), buscan a un pequeño Niño que traerá la libertad a los pueblos.

Los belenes son algo más que bonitas composiciones, artísticas escenas, detalladas representaciones, de un hecho único en la historia. Los belenes siempre tienen un mensaje de concordia y paz para las gentes de buena voluntad. Ahí están representados todos los grupos de ciudadanos: los trabajadores, los mayores, los gobernantes, los niños, los ricos, los intelectuales, los pobres, los indiferentes, los emprendedores, todos alrededor de un Niño que se presenta como el Mesías, el Salvador. Este es el mensaje para los que creen y para los que no creen, siempre que sean buscadores de la verdad.

Por eso el belén merece ser noticia. Y también para dar testimonio de agradecimiento a quienes lo hacen posible: el grupo de hombres y mujeres que, esforzándose a lo largo de todo el año, logran enseñar de una manera plástica, armoniosa y artística, cómo fue, hace más de dos mil años, el nacimiento del Hijo de Dios, de modo que pueda ser contemplado por todos los que se acerquen a celebrar la Navidad a través de la representación de la narración evangélica, y la imaginación de los que se esfuerzan en acercarla a los sentidos.

Los belenes son el compendio de una cultura centenaria que aúna artesanía con arte, costumbrismo con tradición, religiosidad con fe; alrededor del belenismo hay escultura, hay paisajismo, hay indumentaria. El belén es simbolismo: muestra la luz que ilumina al mundo, llena de esperanza a quien contempla el Misterio, acerca a los pueblos y sus gentes. El belén se muestra tanto en una cueva o un humilde cobertizo, como bajo un rico dosel entre cánticos celestiales; el belén es foco de atención para cuantos celebran el auténtico sentido de la Navidad.

¿Parece poco todo esto para que el belén sea noticia? Pues todavía podemos añadir más: el belén se cuela entre los escaparates de los comercios adornando sus estantes y anaqueles, el belén atrae a gentes de otros lugares promoviendo así el turismo, tan ansiado en estos tiempos de pandemia. El belén da vida a empresas de figurillas, alegra los mercadillos navideños, despierta la imaginación de artesanos y artistas.

Los belenes están en múltiples lugares: en las casas familiares, en los comercios, en las calles, en los centros institucionales, en los edificios religiosos, en lo alto de las montañas y en las profundidades del mar. Son sencillos, humildes y entrañables, y son grandes, suntuosos y atrayentes, y siempre muestran su misterio y su mensaje. Los belenes son la Navidad porque enseñan la Natividad y enaltecen la Vida.

¿Merecen los belenes ser noticia? Pues llévenlos por escrito y en imágenes a las páginas de los diarios, a las pantallas televisivas y a las ondas de la radio durante estos días en los que, de otras maneras, celebramos la Navidad con encuentros, con luces y con villancicos.

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