Al azar

Ayuso expulsa al Gobierno

Ayuso impide que Bolaños suba a la tribuna de honor para presenciar el desfile militar del Dos de Mayo

Agencia ATLAS / Foto: EFE

Matías Vallés

Matías Vallés

La videoteca de la degradación del Estado, donde se almacenan las cintas del 23F, se enriquece desde esta semana con la narración en imágenes de la humillación de «un ministro de España» a la triste condición de asaltabodas. Como siempre que se pone en juego la jerarquía democrática, hay que destacar antes de las bromas que Isabel Díaz Ayuso es la única culpable de la expulsión del Gobierno que habita en su vecindario, y que aspira a presidir. Con total independencia de los colores políticos, y aunque la víctima principal sea Félix Bolaños, el ministro que hablaba a las vacas. Basta imaginar qué diría la prensa madrileña, si el president de Cataluña obstaculizara físicamente la entrada en un recinto de un «ministro de España».

Ayuso y Bolaños no están demasiado lejos, si no que han llegado demasiado lejos, por decisión de la presidenta madrileña. De ahí el estupor inicial de los acólitos de la auténtica líder del PP estatal, según demuestra el acceso a la tribuna de un Núñez Feijóo cabizbajo y acobardado, mientras se insulta al ministro. Ni los incondicionales esperaban ver a la comunidad de Madrid comportándose como un gorila de discoteca, que veta la entrada a un representante de La Moncloa con wambas por no tener invitación. No se trata de debatir el ridículo de pelearse por presidir un desfile provinciano, porque el montaje zarzuelero degeneró en una farsa con pretensiones golpistas.

Un día después del ataque frontal al Estado, todavía no se ha destituido a Margarita Robles, la colaboracionista con la operación que adelanta a Bolaños a toda prisa en la escalera del oprobio como si no formaran parte del propio Gobierno. La liturgia revela que el ministro proscrito puede dar gracias de su cartera de a pie, cabe imaginar que Ayuso se reserva personalmente el momento en que pueda desalojar a Sánchez de una tribuna a empujones. La ultraderecha moderada aplaude el dosdemayo, en un inusitado fervor federalista de quienes apostrofan el título octavo. Ya veremos que piensan en Madrid, cuando en las regiones se prohíba el paso a ministros del PP. 

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