Y sí en vez de planear tanto..., volamos más alto (Mafalda)

Imagen de una playa aliantina

Imagen de una playa aliantina / Matías Segarra

Toñi Serna

Toñi Serna

 “Obedeciendo a una ley irrevocable, la historia niega a los contemporáneos la posibilidad de conocer en sus inicios los grandes movimientos que determinan su época”

(Stefan Zweig, El mundo de ayer. Memorias de un europeo)

Cuando ocurren cosas o situaciones que pueden alterar la cotidianidad en la que nos instalamos los seres humanos parece que todo se ha derrumbado. Bueno eso es así realmente, pero la perspectiva que da el privilegio del tiempo es lo que permite ver que no todo ocurre solo. Me refiero a ese solo, de soledad, por eso no lleva acento.

En nuestra Comunitat se ha iniciado un cambio de ideología política avalado por la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas que así lo han decidido, que inevitablemente trae consigo una profunda variación en la gestión de la acción política, y eso se concatena con el transcurrir del día a día. La reflexión de por qué eso ha sucedido no la voy a escribir, es que no me veo capacitada para poder dar una conclusión irrebatible, ni irrefutable, lo cual no significa que no tenga mi propia opinión. Claro que la tengo, como no puede ser de otra manera, la tengo. Pero es harina de otro costal y no es el cometido de esta reflexión. Además si algo he aprendido en estos años al frente de la gestión política, que he tenido el honor y la oportunidad de poder realizar, es que esta Ciencia, a saber la Política, si algo tiene son sabios, como en casi todas las cosas, porque siempre he creído que la acción de la Política no difiere mucho de otras gestiones donde la colectividad y el individualismo se entremezclan. Es por ello, por lo que no me gusta nada que se “demonice” la referida ¨política¨.

Pero bueno al grano que me pierdo, y no quiero distraer al lector que se haya interesado en perder unos minutos en estos días de un verano caliente, porque parece, según dicen, que también tendremos un otoño caliente. Demasiado calor creo yo, sea el momento que sea.

Volviendo a lo que íbamos, decía que en nuestra Comunitat, y añado en otras también, se ha producido un cambio en la ideología que acompaña a la gestión política, El pueblo ha creído que otras opciones son mejores, o que la que nosotros representamos no lo es tanto, en la que me incluyo aunque sea mujer. Seguro que ustedes entienden a qué me refiero.

Y llegan estos nuevos tiempos y resulta ¿qué nos pilla con el paso de baile cambiado?. Pues no lo sé. Parece que se cree que la música no puede cambiarse sin previo aviso. Pero, ¿quién no tiene hoy día una playlist en Spotify?.

La historia no ha parado de demostrar que podemos intuir señales de cosas que pueden suceder a las sociedades, pero de ahí a predecir lo que individualmente podemos ir decidiendo momento a momento va un abismo. Hasta que se produce la suma de las voluntades de todo un grupo social, en este caso los votantes, no es posible del todo.

De la misma manera que la Historia también ha demostrado que nada es ni inmutable ni permanente y que siempre los cambios acaban con cambios. Es fácil. Podemos instalarnos en el lamento, que también nos viene bien, y la queja, acompañada de la crítica a un pasado, que es eso, pasado, o ponernos a la faena, construyendo espacios de confluencia donde la renovación, la libertad, la ilusión y la creencia en los valores que conforman los proyectos de progreso nos haga despertar y oye, ya de paso, si despegamos pues mejor.

Es cierto que es Agosto y ya hablaba yo de los calores que nos aletargan aún más, pero vamos a tener que ir pensando. Así de claro, pensando. Porque es que este cambio llega acompañado de una realidad que pretende alterar la Calidad Democrática construida. Porque dentro del constitucionalismo, se abre una puerta para que la gobernabilidad se alcance con ideologías que rechazan de pleno derechos, que ya están instalados en la sociedad. Estoy convencida que eso no podrá seguir adelante, porque nadie está dispuesto a retroceder en lo que tanto ha costado alcanzar, pero vaya, de nuevo me estoy yendo por los cerros de Úbeda, porque de eso también hay mucho de lo que hablar. Otro día será.

Estos tiempos y este cambio invitan a todas y a todos a pensar, pero también a actuar. Se abre un nuevo tiempo en nuestras vidas y también debe abrirse en nuestras cabezas, en nuestros objetivos, en nuestros actos y acciones, en nuestra política socialista. No me gusta eso de “malos tiempos para la lírica¨, son tiempos nuevos para todas y todos. Y en ese cambio, renovación y avance estará la clave. Procuremos hacerlo para mejor en todos los aspectos. Sin comparaciones y siempre mirando al futuro. Eso nos ha dado la vida a los y las socialistas. Todo lo demás será ruido que no le interesa a nadie. He aprendido en Memoria Democrática que el silencio puede ser ensordecedor y daña a mucha gente. Nosotros defendemos el clamor y el grito por la libertad, no el griterío. Defendemos el movimiento ante el inmovilismo y sabemos construir el futuro teniendo en cuenta el presente, sin olvidar el pasado.

No trato de hacer propaganda de nada, pero llevo días leyendo y releyendo un libro que he recomendado a algunas personas que conozco, incluso lo he regalado con buena voluntad: Últimos días en Berlín de Paloma Sánchez-Garnica, y con respeto a este tema me atrapó cuando leí en la solapa de la portada “Nunca olvides que el amor y la esperanza son infinitamente más poderosos que el odio y la furia”.

Tan importante es esperar como saber cómo esperar. Se abren ante nosotros nuevas oportunidades no fáciles de gestionar, pero que nos permiten ir alejando la incertidumbre que impone el silencio.

Buen verano para todas y todos. Agosto aunque con calor es para descansar y pensar. Hagámoslo.