Obituario

Un legado para la historia

El ejercicio de la Abogacía, con mayúscula, fue el núcleo vital de Basilio Fuentes, el centro profesional de su actividad pública a la que se dedicó durante más de cuatro largas décadas con una conjunción constante con sus cargos de representación para hacer de su ideal de Justicia una meta por la que combatir a diario a lo largo de la carrera de obstáculos que se entrometían en su camino

Basilio Fuentes, en el Colegio de Abogados que se construyó siendo decano, en la saca que más admiraba

Basilio Fuentes, en el Colegio de Abogados que se construyó siendo decano, en la saca que más admiraba / INFORMACiÓN

Fernando Ramón

Fernando Ramón

Si por algo pasará Basilio Fuentes a la historia será, sin duda, por haber sido el artífice de la sede del Colegio de Abogados de Elche, un edificio convertido en un hito urbanístico, situado en el corazón de la ciudad, frente a la basílica de Santa María, y donde su cercanía al templo podía representar un escollo, que fue perfectamente salvado. Ese legado, incuestionable hoy en día, le supuso en su momento críticas y opiniones adversas que, como tantas otras, el paso del tiempo desvanecen, diluyen y hacen caer en el olvido. Pero resulta manifiestamente injusto que, siendo ese el gran objetivo cumplido por el que fuera durante 35 años decano de los letrados ilicitanos, toda su trayectoria vital quedara circunscrita a esa única ilusión, cuando fue activo protagonista de facetas que tuvieron gran trascendencia en la sociedad de aquellos momentos y cuando fue uno de los adalides de las constantes reivindicaciones para lograr mejores infraestructuras judiciales para la demarcación.

"Si por algo pasará Basilio Fuentes a la historia será, sin duda, por haber sido el artífice de la sede del Colegio de Abogados de Elche, un edificio convertido en un hito urbanístico, situado en el corazón de la ciudad"

La gran pasión en la vida de Basilio Fuentes fue el Derecho. El ejercicio de la Abogacía, con mayúscula, fue su núcleo vital, el centro profesional de su actividad pública a la que se dedicó durante más de cuatro largas décadas con una conjunción constante con sus cargos de representación para hacer de su ideal de Justicia una meta por la que combatir a diario a lo largo de la carrera de obstáculos que se entrometían en su camino. Un ejercicio profesional que inició tras tener que abandonar la preparación para aspirar al cuerpo de notarios, anhelo que dejó en él el rigor, la meticulosidad en sus asuntos y un estudio profundo de todos aquellos casos que caían en sus manos. Una actividad que le condujo a presentar su candidatura al Decanato del Colegio de Abogados, cuando los ejercientes en Elche se conocían todos y cuando los recursos del colectivo eran escasos y muy modestos. Fiel reflejo de su dedicación fue su periplo para acudir a reuniones de organizaciones colegiales de la Comunidad y de toda España, donde era considerado el decano de los decanos, porque durante mucho tiempo fue el más longevo en el cargo. Fruto también de ese compromiso jurídico fue su labor docente, quizás no muy conocida, pero sí ensalzada por quienes tuvimos la fortuna de recibir sus enseñanzas en materias como Derecho Romano, o Mercantil, en las que conjugaba su amplio saber teórico con su visión práctica, en las aulas de una UNED, que fue para muchos juristas una fuente de conocimiento.

Basilio Fuentes, durante una entrevista

Basilio Fuentes, durante una entrevista / INFORMACIÓN

"Conjugaba su amplio saber teórico con su visión práctica, en las aulas de una UNED, que fue para muchos juristas una fuente de conocimiento"

Quizá la faceta más desconocida de Basilio Fuentes sea su fugaz paso por la política, habida cuenta de que en la Transición estuvo en los movimientos socialdemócratas de la provincia con su declarada apuesta por un centroizquierda que debía jugar su papel en aquellos momentos dentro de la corriente que abanderaba Francisco Fernández Ordóñez, aunque por el frenesí de aquellos tiempos relegó ese interés con el paso de los meses.

Recibió el abogado ilicitano numerosos premios, distinciones y condecoraciones a lo largo de su carrera, pero la que le concedió la Asociación de Informadores de Elche, por su actividad cultural, deja constancia del trabajo realizado. Primero, junto a otros abogados como Rafael Ramos Cea o Antonio Guilabert Sánchez, con los que compartía tertulia en el Café Marfil, y con quienes creó los premios de poesía y de pintura bajo el nombre de ese conocida cafetería. Un certamen que, a lo largo de las ediciones que convocó, logró hacerse con un nombre en el ámbito nacional e incluso internacional dentro del panorama literario en la década de los años 80. Esa inquietud cultural la mantuvo siempre presente durante su larga etapa como decano y el Colegio de Abogados abrió sus puertas a innumerables conferencias con eminentes figuras del panorama jurídico y la sede colegial albergó una actividad de especial relevancia. Esa fue también una parte importante de ese gran legado que dejó a la sociedad de una época y que muchos pudieron disfrutar gracias a él.