Crónicas Lucentinas

Lo que un templo japonés ha predicho para el Lucentum

Una serie de Omikuji, o papelitos de la suerte, que se emplean en Japón para atraer la fortuna.

Una serie de Omikuji, o papelitos de la suerte, que se emplean en Japón para atraer la fortuna. / omikuji.com

Mar Galindo

Mar Galindo

Hace unos años tuve la inmensa fortuna de recibir una beca para hacer un proyecto educativo en Japón. Diez días en el país nipón para formar a profesoras japonesas que enseñan español en distintas universidades. Una experiencia inolvidable que comenzó en Tokio con una visita al santuario Hie Jinja para descubrir una curiosa tradición centenaria. Resulta que los japoneses, a primeros de año, suelen ir a los templos a por su omikuji o lotería divina. Son unos pequeños pergaminos enrollados que hay en estos santuarios; por unos pocos yenes, puedes escoger el tuyo de entre los cientos que hay. Ese papelito contiene una predicción general sobre si será un año de buena o mala suerte, y otras más específicas sobre el amor, el trabajo, los viajes… y se convierte en una especie de amuleto para los japoneses. 

Una mujer participa del Omikuji japonés a las puertas de un templo nipón.

Una mujer participa del Omikuji japonés a las puertas de un templo nipón. / INFORMACIÓN

Estos primeros días de 2024 los templos nipones están llenos de visitantes que van a buscar su omikuji para ver qué les depara la fortuna. Yo recuerdo perfectamente una de las frases que incluía el pergamino que saqué de entre unas varillas en aquella visita al templo. Además de vaticinar un cambio de casa que, efectivamente, se produjo, el texto decía: «Lo que tengas que hacer, hazlo pronto».

Rememorando estos días esa hermosa tradición que conocí en aquel viaje, he descubierto que otro de los grandes templos de Tokio, el santuario Meiji Jingu, permite recibir el omikuji de una manera virtual en un par de clics. Así que le he pedido una predicción para mi equipo de baloncesto, claro. 

Y este ha sido el mensaje del templo japonés para el HLA Alicante durante 2024: «Si desistimos de hacer una tarea por su complejidad, nunca conseguiremos nada en este nuestro humano mundo»

Yo diría que está bastante claro, ¿no? Por mucho que los partidos se pongan cuesta arriba, como el sábado pasado contra Tizona en casa, la fe en la victoria y la lucha sin cuartel son la única manera de alcanzar la gloria. Por muy dura que sea la contienda este domingo en Sevilla contra Real Betis Baloncesto, no hemos de desistir en la pelea. La suerte sonríe a los valientes; nadie dijo que la LEB Oro fuera fácil. 

Balint tiene que seguir tirando, aunque falle; Barro debe continuar saltando, aunque pierda los balones; Davison ha de encontrar como sea un hueco para armar el brazo, aunque el balón no siempre entre. Nada conseguiremos si bajamos los brazos ante las dificultades que nos pone, semana sí y semana también, una de las mejores ligas de baloncesto europeas. 

Pero esto es la LEB Oro y nosotros somos el Lucentum. No nos hacía falta la predicción japonesa, porque ya tenemos nuestra propia consigna, esa que no cambia aunque pasen los años: quien nunca se rinde, al final triunfa