Hola, soy Dios

Segunda venida de Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump / Europa Press/Contacto/Andrea Renault

Juan Carlos Padilla Estrada

Juan Carlos Padilla Estrada

-El primer martes después del primer lunes de noviembre de 2024 se celebrarán elecciones a la presidencia de Estados Unidos.

—Eso sucede cada cuatro años, JC. Poca novedad.

—Recientemente han comenzado las votaciones primarias en algunas Estados y el señor Trump está arrasando. Las encuestas lo priorizan como principal favorito y enfrente, en vez de seleccionar un candidato joven, ilusionante, carismático y con tirón entre los votantes, el partido demócrata parece que va a elegir al presidente actual, don Joe Biden.

—Sin comentarios. Yo esperaba a un tipo joven y dinámico, tipo Clinton u Obama… pero…

—Hay un dicho español que dice que así se las ponían a Fernando VII. Parece que los demócratas también quieren que gane Trump las elecciones presidenciales.

La vuelta del señor Trump plantea algunos interrogantes y acarrea algunas certezas. Porque sabemos de qué pie cojea el mentado Trump, y conocemos algunas consecuencias inevitables de su reacceso al poder: hipernacionalismo, populismo en grado sumo, extrema polarización.

—Sí, esas son sus recetas. Más primarias que el hervido. Para el señor Trump solo lo americano tiene valor, y su política proteccionista desprecia al resto del mundo, sin darse cuenta de que vivimos en un mundo globalizado y que las medidas aislacionistas ya no tienen cabida en el siglo XXI. Esto que parece una evidencia es celebrado, sin embargo, por la América profunda que prefiere seguir pensando que el futuro se escribe en clave de barras y estrellas.

—La polarización es otro de los signos de identidad del trumpismo, Pa: o conmigo o contra mí. Si los jueces me acusan de acoso sexual, manejo irregular de documentos confidenciales, fraude fiscal o instigación a la rebelión, la forma más eficaz de enfrentarme a ellos es la de imbuirme con el disfraz de víctima política y dar la vuelta a la tortilla: son mis enemigos los que urden estas tramas para quitarme de en medio. Fácil y eficaz. Aunque haga falta un auditorio crédulo, primario y poco informado para que resulte creíble.

—Esto recuerda a la situación en muchos países JC, entre ellos España, donde mensajes sencillos calan en la sociedad independientemente de su veracidad, porque se refugian en la polarización y en el enemigo ajeno: los de enfrente son los culpables, nosotros poseemos la razón. ¿Te suena?

—Muy cierto, Pa. Muy antiguo y muy eficaz. Mensajes sencillos, enemigos claros, historia de buenos y malos. La Humanidad lo lleva haciendo desde que Eva cogió una manzana de un árbol.

—Así fue, lo recuerdo bien. Y ahora la Unión Europea se está preparando para afrontar una nueva administración trumpista. La anterior fue claramente beligerante con Europa y si la UE no extrae consecuencias los problemas volverán hipertrofiados por la complacencia y la incompetencia.

—Pues yo estoy preocupado por la paz mundial, amenazada desde varios frentes: Ucrania, Israel, Irán… da miedo pensar el enfoque del señor Trump ante estos conflictos, conociendo su capacidad de diálogo y los conceptos que aplica en su vida personal y política.

—Así es, JC. Pero es que el populismo se caracteriza por recetar soluciones sencillas para problemas complejos. Es así en todas las partes del mundo. No hay más que ver los discursos del señor Miley en Argentina. Deberíamos hacer algo de pedagogía con los ciudadanos y alertarlos ante este revivir de los populismos que no han demostrado jamás soluciones reales a los problemas de verdad.

—Cierto, Pa… Tan antiguo como la manzana aquella en el árbol.

—Y lo digo ahora… que aún hay tiempo para prevenir los madresmías…