Crónicas lucentinas

Alega Cantabria - HLA Alicante | La expedición de los diez mil

Columna semanal de Mar Galindo, profesora de la UA y doctora en Lingüística Aplicada

Bradley Davison bota la bola tratando de protegerla de los defensores del Grupo Alega Cantabria en el CT, en Alicante.

Bradley Davison bota la bola tratando de protegerla de los defensores del Grupo Alega Cantabria en el CT, en Alicante. / INFORMACIÓN

Mar Galindo

Mar Galindo

Hay lugares que parecen inexpugnables. Misiones suicidas de las que una sale con vida no se sabe muy bien cómo. Batallas ganadas contra todo pronóstico que, años después, sirven de modelo de estrategia bélica, de receta del éxito y de que lo imposible, simplemente, tarda un poco más. 

Este domingo el HLA Alicante visita la cancha de Grupo Alega Cantabria en la jornada número veintidós de liga; una de esas pistas que, históricamente, se nos resiste. Los de David Mangas han tenido varios movimientos en el equipo con la salida de Marc Peñarroya rumbo a Clavijo (ojo a cómo se están reforzando los de Logroño para lograr la salvación) y la llegada del escolta Billy Garret Jr. para cubrir la lesión de Littleson (el mismo que nos había metido 23 puntos en el partido de ida, que pudimos ganar finalmente 89 - 79). Los cántabros son una incógnita, pero para eso está llena la historia de victorias en campos inhóspitos y lecciones de valentía en tiempos de incertidumbre

Acuérdense si no de Ciro el Joven, aquel príncipe que le disputaba el trono de Persia a su propio hermano. Fue capaz de armar un ejército de mercenarios griegos de las principales polis (y unos cuantos espartanos que debían de tener mono de guerra en el siglo V a.C.) para enfrentarse a unas huestes que contaban con más del doble de soldados y combatían en su propio territorio. Los griegos acorralaron a los persas en un triunfo inesperado incluso cuando su propio líder, el príncipe Ciro, había caído.

Esos diez mil hombres emprendieron un largo viaje de vuelta a casa, bajo las órdenes, entre otros, de Jenofonte, un discípulo de Sócrates que años después narraría aquella hazaña de las tropas griegas. 

Habían logrado salir vivos del corazón del todopoderoso imperio persa, sacudiendo los fantasmas del pasado y allanando el camino a un ávido conquistador que leería con muchísimo interés los textos de Jenofonte para aprender a derrotar a los persas al mando de un pequeño pero efectivo ejército de griegos. 

Déjenme soñar entonces con una victoria de los ‘mercenarios’ lucentinos en suelo cántabro tras una dura batalla entre dos aguerridos ejércitos. Una de esas victorias que luego inspiran a los Alejandro Magno del baloncesto y que dan cuenta de por qué la LEB Oro, semana tras semana, demuestra ser una de las mejores ligas de Europa.