El algodón político puede engañar

José Luis Ábalos, tras la comparecencia de su despedida del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados.

José Luis Ábalos, tras la comparecencia de su despedida del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados. / / JOSÉ LUIS ROCA

Marc Llorente

Marc Llorente

El PP ha encontrado la fórmula mágica para ir a la yugular de Pedro Sánchez con más de lo mismo en lo que se refiere al uso de la brocha gorda, del trazo grueso, pero con la excusa perfecta para producir una borrasca imparable más como único recurso para intentar el asalto al Gobierno, sin pensar en los intereses de la mayoría, que es lo que lleva a efecto en la oposición, donde es palpable su estilo con total impunidad.

La derecha política y mediática viene haciendo todo lo posible o lo imposible con tal de que eso sea así. El algodón sí engaña. Es lógico guerrear contra el adversario de forma limpia y democrática. No es de ese modo en ningún momento. Todos los cazadores furtivos ven la posibilidad de acabar con la presa y de que el «Manual de resistencia» de Sánchez no siga venciendo. Quienes dominan muy bien el viejo oficio de la indignidad se permiten el lujo de dar lecciones de dignidad. Entre otros oscuros asuntos que hemos mencionado en otras ocasiones, recuérdese la condena de la Audiencia Nacional a este partido por la Gürtel en tiempos del presidente M. Rajoy, quien cayó del podio a través de aquella moción de censura que condujo al líder socialista a la Moncloa.

La consigna de las fuerzas conservadoras es cargar las tintas y hacer muchísimo ruido en busca de nueces. Van a continuar poniendo toda la carne en el asador a fin de que la situación sea cada vez más difícil en el PSOE y en el Ejecutivo, con la vista puesta en crispar a la ciudadanía hasta el infinito y de cara a gobernar en favor de unos cuantos y con las tijeras preparadas para el resto. Están encantadas las élites que pagan menos impuestos en las comunidades que el PP controla. Sin embargo, el estado de bienestar se debilita, la exclusión social prospera y el fraude avanza. Dejan de recaudar miles de millones y al mismo tiempo solicitan más recursos al Gobierno central.

El «ilegítimo» Sánchez ha ido saltando obstáculos en medio de las aguas revueltas y de una oposición infumable. Pensaban en su defenestración y otros cayeron en la batalla política. Rivera, Casado, Arrimadas… La crisis sanitaria, social y económica, provocada por la pandemia, supuso una nueva oportunidad para cepillarse al Ejecutivo de coalición, con sucias maniobras que también llegaron a los tribunales. La derecha se ha opuesto a todo. Pactos de Estado, gestión de los fondos europeos, reforma laboral, medidas sociales o presupuestos. Y al desbloqueo del poder judicial incumpliendo la Constitución. Patalear en la calle, difamar y desorbitar se les da estupendamente.

La fórmula mágica es el caso Koldo, aunque para el PP sea el caso Sánchez. Porque sí. Tras los desesperados intentos de desacreditarle, incluso ante las instituciones europeas, el jefe del Gobierno resiste. El momento es delicado, nuevamente, con sombras de duda y el escándalo de las mascarillas del exasesor del exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Pretenden acorralar al presidente a toda costa con esta otra oportunidad, como si él estuviese tapando una trama de corrupción cuando se hace lo contrario a diferencia de lo que sabe llevar a efecto el Partido Popular. Los hechos hablan por sí solos.

No sabemos cómo serán los sucesivos capítulos de este culebrón con su correspondiente desenlace. Los focos mediáticos cambian en función de lo que se cuece a diario. De entrada no es posible pasar página, y ya se encargan algunos de explotar la mina al máximo. Ábalos debería haber salido por una puerta mejor engrasada y menos dañina para el PSOE. La sensación de atasco en el Gobierno debe superarse cuanto antes, un antídoto necesario para contrarrestar lo que sucede. ¿El paso de los días aclarará el asunto o lo pondrá en peores condiciones? Unos se frotan las manos. Y los socialistas pueden ponerse al borde de un ataque de nervios si el caso da más de sí. Resulta imprescindible cambiar el foco, neutralizar los torpedos y llevar la iniciativa.

Los sabuesos populares, agarrados a un clavo ardiendo, no tienen la menor intención de soltar el botín, si bien el transcurso de las semanas pondrá las cosas en su sitio. Pedro Sánchez continuará saliendo de las arenas movedizas con el objetivo de agotar una difícil legislatura. ¿Se presentará a una posible reelección? El socialista de pega, García-Page, levanta el dedo siempre que puede decir «aquí estoy yo». Al margen de las cuestiones nacionales, lo internacional le gusta al actual inquilino de la Moncloa. O quizá dedicarse a los negocios en la empresa privada. Hoy en día tiene pilas duraderas por mucho que el cerrilismo de enfrente se empeñe en colgarle de los pies.