Opinión

Villena y Alicante, merecéis algo más

Interior de la estación de AVE de Villena.

Interior de la estación de AVE de Villena. / Áxel Álvarez

   Suele ser costumbre inveterada y con riesgo de convertirse en imperecedera que muchos políticos españoles cuando ocupan el poder tras unas elecciones consumen los primeros meses de su mandato, cuando no los cuatro años de legislatura, hablando pestes acerca de lo mal que lo hacían sus predecesores del partido contrario y lo bien que lo hacen ellos. Aquí en nuestra Comunidad Autónoma no podíamos ser una excepción y quizá es por ello que hace tan sólo unas semanas cuando Generalitat, Ayuntamiento y ADIF firmaron el convenio para iniciar las obras de esa intermodal del TRAM, algún político de turno ya expresó que ellos sí hacen cosas en tanto que sus colegas del Botánic solamente se ocupaban de salir en las fotos.

A finales de Julio de 2020 el entonces Presidente de la Generalitat Ximo Puig visitó el centro Primadomus de Villena. Fue allí, y en presencia del alcalde de la ciudad y otras autoridades donde manifestó que dado el retraso que mostraba el gobierno central en acometer la obra de construcción del vial que habría de unir la estación AVE con la autovía A-31, la Generalitat asumiría esos trabajos, que estarían amparados en el presupuesto de 2023 y que probablemente en Diciembre de 2022 podría estar ya acabado el proyecto. Pues bien, ó muy mal como es el caso, llegó diciembre, le siguió el invierno , primavera y verano de 2023, vino el cambio de signo político en muchas poltronas y la estación AVE villenense sigue donde estaba, a cuatro kilómetros de la carretera de Villena a Pinoso más otros cuatro de un antiguo camino rural para carros y caballerías y al que por pura delicadeza, menos mal, le pusieron una capa de asfalto a sus veinte cerradas curvas. Es evidente que el entonces Presidente no cumplió su promesa.

Este hecho podría darnos a entender que son ciertas las críticas de los políticos del PP hacia los del Botánic si no fuera por un pequeño detalle, el de que en 2013 cuando se inauguró el AVE Madrid-Alicante y se dejó la estación de Villena y la de la capital también, en tan lamentables condiciones, tanto el gobierno Central como el de la Generalitat y el del Ayuntamiento de Alicante estaban en manos del PP. En aquel entones argumentaron falta de recursos debido a la crisis que nos agobiaba pero ninguno de ellos hizo el más mínimo esfuerzo en los años siguientes para enmendar el entuerto. Lo que sí sabemos porque lo ha propagado Pedro Sánchez con una gran sonrisa, es que se van a invertir 2.400 millones de euros en una ampliación del aeropuerto de Barajas, que quizá se ha quedado “pequeñito”. Mientras tanto, la esperpéntica estación de Alicante seguirá en su sitio, criando hierba entre sus vías.

En éste país residimos algunos miles de ciudadanos, entre los que me encuentro, que no disfrutamos con ese bochornoso espectáculo que diariamente nos ofrecen muchos de los políticos a quienes votamos, tirándose los trastos a la cabeza, empleando el famoso “y tú más” y acusando a sus oponentes de lo que ellos mismos cometieron meses antes. Y no sólo no disfrutamos sino que esa forma de ejercer la política nos enerva, nos saca de nuestras casillas y nos pone de muy mal café. Y hasta es posible que resida ahí la razón de tanta desafección como se está produciendo y que finaliza en la creación de nuevos partidos políticos que poco aportan a la serena gobernabilidad del país..

Yo desde éstas páginas me atrevo a solicitar al actual President de la Generalitat que cumpla con la promesa de su antecesor en el cargo, aunque fuera de otro partido, que solucione el injusto abandono de comunicación terrestre que sufre la estación de Villena desde hace 11 años. Es una obra de 2.600 metros totalmente llanos y sin obstáculos geográficos. Demostremos altura de miras.