Okupada por sus inquilinos

Moisés Aparici Pastor

Moisés Aparici Pastor

El tiempo construye a la vez que también destruye las cosas, aunque conviene saber que existen otras formas diferentes o fugitivas de ver las cosas, como, el que, tras el vencimiento del contrato de alquiler de un año, los inquilinos hayan dejado de pagar y se niegan a abandonar la vivienda, dejando a su vez a la dueña del piso, de 71 años en la calle. Manda hue. Esto ha ocurrido en Alcázar de San Juan, pero siendo la noticia en sí misma muy fuerte y de una cara dura tremenda, al seguir leyendo los datos que ofrece la prensa, resulta que, esta pobre mujer estafada, robada de su pertenencia, está enferma de los pulmones y puso su casa a la venta para poder costearse la estancia en una residencia. Una familia a la que conocía de décadas, le pidió que les alquilase la casa hasta que el Ayuntamiento les otorgase un hogar social. Me prometieron que serían solo seis o siete meses, y yo les di la oportunidad de estar un año entero.

Vaya, que parece que hoy día no puedes fiarte de nadie, pues al parecer, en cuanto la hija de la propietaria acudió al piso de su madre para reclamar la devolución de la vivienda, la reacción que obtuvo fue como de pesadilla, perderse en la oscuridad, entrar a un laberinto donde los inquilinos le observaban con ojos severos y miradas torvas. Las pisadas de ellos se tornaron coléricas, como sus modos y maneras, llegando a agredirla. Le arañaron la cara entera, y eso que la pobre mujer desde su residencia de ancianos sólo quiero mi casa de vuelta. Ahora vive en casa de su hija, si no viviría en la calle. Han amenazado con destrozarme la casa si no les dejo en paz. No es esto puro chantaje o extorsión. ¡Qué leyes tenemos que permiten estas cosas! Jueces y legisladores han de ponerse las pilas y no mirar esto con ojos gastados.