Impacto de la iluminación Navideña en personas con autismo

El creciente fenómeno de la iluminación navideña excesiva en nuestras ciudades, como se ve en el caso extremo de Vigo, plantea una preocupación creciente no solo para la fauna y flora urbana, sino también para las personas, particularmente aquellas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Esta intensificación lumínica, que conlleva a una mayor contaminación lumínica, no solo afecta a la biodiversidad y obstruye la contemplación del cielo estrellado, sino que también repercute en el bienestar humano, alterando los ciclos de sueño y descanso y, potencialmente, acelerando la aparición de enfermedades.

Las personas con TEA a menudo presentan una sensibilidad sensorial aumentada, haciendo que la iluminación excesiva pueda ser particularmente abrumadora para ellas. Esta sobreestimulación visual puede provocar estrés, ansiedad, e incluso comportamientos de auto y heteroagresión en casos extremos. Además, la alteración de los patrones de sueño causada por la iluminación intensa puede exacerbar los desafíos relacionados con el TEA, impactando negativamente su salud mental y bienestar emocional.

Alicante, lejos de las ciudades que más destinan a las luces de Navidad

Entiendo y respeto la tradición y el espíritu de las festividades, pero es crucial encontrar un equilibrio que no comprometa la salud y el bienestar de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad. Un enfoque más moderado y consciente de la iluminación navideña, que tenga en cuenta las necesidades de las personas con TEA y otros grupos sensibles, no solo beneficiaría a la biodiversidad urbana, sino que también contribuiría a la inclusión y consideración hacia aquellos que experimentan el mundo de manera diferente.

Espero que esta carta sirva para iluminar un aspecto a menudo pasado por alto de la iluminación festiva y fomente una reflexión sobre cómo podemos hacer que nuestras ciudades sean más acogedoras para todos, especialmente durante las temporadas festivas.