El Partido Popular considera que Ximo Puig se encuentra en una encrucijada tras anunciar su reforma fiscal en el debate de política general, atrapado entre el recelo que ha despertado en el Gobierno de Pedro Sánchez y la presión creciente de sus socios en el Botànic, Compromís y Unides Podem, quienes le insisten en que hay que cobrar más a los ricos. Los populares no quieren desaprovechar la debilidad que creen que han encontrado en el presidente y por eso este miércoles se han lanzado en tromba a cuestionar su bajada de impuestos. Así lo han hecho tanto su líder autonómico, Carlos Mazón, como su número dos, María José Catalá, quienes le acusan, entre otras cosas, de plantear una reforma fiscal mientras se tramita la tasa turística o de realizar un anuncio «con la boca pequeña, sin concretar y sin rigor». 

El primero en iniciar los reproches contra Puig ha sido Mazón. El líder del PPCV ha recordado que el presidente de la Generalitat «dijo la semana pasada que pretendía penalizar a las comunidades que bajaran impuestos» y que la rebaja «solo devuelve 150 millones de los 1.500 recaudados de más por la Generalitat en lo que llevamos de año». El alicantino, que no pudo replicar a Puig en las Cortes Valencianas, al no ser diputado, también se ha apoyado en un argumento al que ha recurrido con frecuencia en el último mes, el de que los populares llevan meses planteando una reforma fiscal con la que no se produciría menoscabo ni a los servicios públicos ni al estado del bienestar.

Entre la falta de concreción que a su juicio contuvo el discurso de Puig, Mazón lamenta que el responsable del Consell no dijera «ni cuál es la tarifa, ni si se empieza a aplicar en 2022 o en 2023 y qué efectos puede tener». El alicantino sí que celebra que el debate sobre la bajada de impuestos haya llegado al PSPV. «En el momento en el que nos encontramos, ver discrepancias todos los días no me parece la mejor manera para abordar esta situación», ha añadido al respecto.

Desmarque

En su atención a los medios, a Mazón se le ha preguntado si considera que Puig se quiere desmarcar de las líneas trazadas por Pedro Sánchez y busca un perfil propio con sus medidas fiscales. Sobre esto, el líder del PPCV ha dicho que no sabe con qué «cara» quedarse del presidente, ya que «una semana está en contra de bajar impuestos y a la siguiente opina lo contrario». En cuanto a los cerca de ochenta anuncios realizados por el jefe del Consell en su intervención en el debate, el alicantino ha asegurado que la mayoría de los que hizo el año pasado no se han cumplido.

En la misma línea que Mazón se ha pronunciado la secretaria general de los populares y síndica en las Cortes, María José Catalá, quien ha acusado al Botànic y a Puig de no concretar su propuesta fiscal, al tiempo que ha insistido en ofrecer un pacto para bajar los impuestos en la Comunidad Valenciana. Catalá ha criticado que ni una sola de las propuestas de resolución planteadas en conjunto por los tres socios de gobierno desgrane la propuesta fiscal y ha planteado la duda de si el PSPV no ha recibido para ello la autorización desde Moncloa o de sus socios valencianos.

La síndica popular ha insistido en que la reforma anunciada por Puig es «insuficiente» y está «lejos» de la que plantea el PPCV. En este punto ha utilizado el argumento empleado por Mazón, el de que los populares plantean un ahorro que alcanza los 1.500 millones, mientras que el del presidente se queda en 150 millones. Catalá ha añadido que tampoco se ha aclarado si la deducción sobre vivienda para los jóvenes es compatible con la ya existente y ha aseverado que las deducciones anunciadas para las familias son «mejorables», al comparar un aumento de la cesta de la compra del 16% con «una deducción de uno o dos euros». 

El PPCV también ha presentado alternativas para que el Consell acuda a los tribunales si la propuesta de cambio de modelo de financiación autonómica no mejora la situación de la Comunidad y para que se paralice la tramitación de ley que contiene la tasa turística, cuyo recorrido en las Cortes se inició el pasado julio.