Guerra sin fin en el PSOE de Alicante: Barceló cierra el grifo a Ángel Franco

La portavoz municipal descarta firmar un convenio para financiar al partido a través de los fondos que recibe el grupo socialista en el Ayuntamiento, una cantidad que supera los 12.000 euros anuales

Ángel Franco y Ana Barceló flanquean a Diana Morant y Alejandro Soler, en una imagen reciente

Ángel Franco y Ana Barceló flanquean a Diana Morant y Alejandro Soler, en una imagen reciente / Alex Domínguez

Borja Campoy

Borja Campoy

La guerra que se vive entre la agrupación local del PSOE en Alicante, controlada por Ángel Franco, y el grupo municipal, encabezado por Ana Barceló, no tiene fin. Después de que la vicesecretaria local, Eva Montesinos, haya unido sus fuerza con la portavoz municipal para plantar batalla interna al exsenador, la aún presidenta del PSPV coge más fuerza en su postura sobre la asignación económica que el grupo municipal recibe del Ayuntamiento de Alicante, una cantidad que supera los 12.000 euros al año y que da paso a un nuevo episodio en un conflicto que se viene arrastrando desde hace más de un año. Este dinero se venía destinando a financiar a la agrupación local, pero Barceló ha decidido no firmar un nuevo convenio para ello, cerrando de este modo el grifo de la financiación para los de Franco. 

«Nosotros entendemos que los recursos que recibimos desde el Ayuntamiento son para el grupo municipal. Nos organizamos de una manera distinta a como se hacía antes», reconoce Barceló. Aunque este tipo de convenios sean una práctica habitual en la mayor parte de las administraciones, no existe la obligación de que los recursos económicos se destinen a financiar a los partidos, factor al que se acoge la portavoz municipal. «Tenemos gastos de teléfono o de copistería, entre otras necesidades, que son cubiertos con esta asignación», añade la exsíndica socialista en las Cortes como argumento para no firmar un convenio que lleve a transferir los fondos al partido.

Práctica común

Desde la agrupación local, por su parte, se señala que el hecho de destinar fondos desde el Ayuntamiento es una práctica común, aunque se reconoce que no haya ninguna ley que obligue a ello. Desde el entorno de Franco se acusa a Barceló de llevar su guerra personal contra el exsenador a una lucha que acaba afectando a las propias siglas y a la imagen que proyecta la formación de cara a la ciudadanía alicantina. El sector franquista también acusa a la portavoz municipal de no asistir a las ejecutivas. La propia Barceló tiene un argumento para justificar sus ausencias. Sostiene que no acude a ellas desde la desconsideración que sufrió en una que se celebró a finales del mes de mayo del año pasado. Aquel día, tras finalizar la reunión en la que fue designada como portavoz municipal, el secretario general de los socialistas alicantinos, Miguel Millana, impidió a Barceló participar en la comparecencia en la que se atendió a los medios y le invitó a salir de la sala, espetándole que aquello era «cosa del partido». 

La negativa de destinar los recursos que recibe el grupo municipal a la agrupación es un nuevo capítulo en una guerra que ha llevado a socialistas críticos a unir sus fuerzas para intentar acabar con el poder establecido desde hace más de dos décadas. De esta manera, Montesinos y Barceló han llevado a aliarse, junto a otras familias del socialismo alicantino, como la que encabeza Rafael Fonseca. El primer paso que han dado ha sido presentar una lista alternativa a la candidatura oficialista para la elección de 23 delegados que le corresponden al PSOE de Alicante en el Congreso Extraordinario del PSPV, que se celebrará a finales del próximo mes en la localidad castellonense de Benicàssim y que servirá para la elección de la Ejecutiva de Diana Morant para dirigir la federación valenciana. La Ejecutiva local elige hoy fecha para la asamblea que decidirá los delegados de la ciudad de Alicante. 

Otras sonadas brocas protagonizadas por Barceló y Franco han venido a cuenta de los asesores en el Ayuntamiento, ya que la portavoz municipal desoyó a la ejecutiva y nombró a otro personal de confianza diferente al que se le había propuesto desde la agrupación local. El partido llevó ante Ferraz este reparto de asesores, buscando el amparo de la Comisión Federal de Garantías. Barceló rechazó la «mediación de cualquier órgano» y acusó a Franco de mostrar un «comportamiento carente de ética». Todas estas anomalías, como las que se vivieron en la confección de las listas electorales, reflejan la continúa tensión en la que viven los socialistas alicantinos.