La famosa británica que se carteó con el "caníbal descuartizador" de Calp: "Era un tipo muy agradable"

La modelo, presentadora y 'celebrity' británica Katie Price, en su día conocida con el alias de "Jordan" o la "Pamela Anderson" de Inglaterra, ha desvelado que entrevistó a Paul Durant, quien fue bautizado mediáticamente en Reino Unido como "el asesino caníbal de la costa" tras confesar en febrero de 2004 haber matado y descuartizado en la localidad alicantina de Calp a su compatriota Karen Durrell, a la que también se habría comido, según aseguró en un primer momento.

Este británico, que en el momento del crimen tenía 44 años, fue encarcelado en España durante 12 años por el homicidio involuntario de esa mujer de 41 años, divorciada y madre de dos hijos, natural de Essex. Inicialmente le dijo a la policía que había cortado su cuerpo y se había comido algunas partes, pero después negaría este extremo y defendió que la golpeó y que no tenía intención de matarla. Fue el primer juicio desde 1983 en que se juzgó a una persona por un asesinato sin que el cadáver de la víctima hubiese sido localizado.

Tras cumplir condena por homicidio involuntario, Durant fue trasladado a Reino Unido para pasar entre rejas otros ocho años y ocho meses por robos cometidos antes de huir a nuestro país.

Fue entonces cuando, según ha hecho público ahora Katie Price, el asesino contactó por carta con ella: "Me escribió un asesino. Abrí la carta y pensé que parecía escrita por una persona mayor. Decía 'asesiné a mi novia y quiero hablar contigo', o algo así. Lo llamaban 'El asesino caníbal de la costa'. Lo entrevisté. No había sido criado en un ambiente agradable , había sido abusado y estaba acostumbrado a cometer robos. Lo arrestaron por eso, le rompieron la muñeca, por lo que terminó en el hospital. Mientras estaba ingresado, huyó y conoció a alguien que lo llevó a Francia y de allí pasó a España con un pasaporte falso".

Paul Durant era buscado por la justicia británica desde diciembre de 2003, cuando, en efecto, fue conducido a un centro sanitario después de ser arrestado por un atraco a un furgón blindado con 25.000 libras. El detenido aprovechó que fue trasladado al Royal London Hospital para que le fueran practicadas unas pruebas de rayos X para emprender la huida a través de una ventana. Durant era buscado también por la Policía del Reino Unido por otros cuatro robos a mano armada, que sumarían una cifra total de unas 100.000 libras.

Una vez en Calp conoció a Karen Durrell y a su pareja, Miles Laning, de 37 años, con quienes entabló amistad. A los pocos días, al parecer, se mudó con ellos. A ella, que se había trasladado a España tres meses antes para iniciar una nueva vida, presuntamente la mató con un martillo al considerar que se había burlado de él. Su novio comentó sobre el asesino que "siempre estaba ensimismado y se reía solo por cualquier tontería".

Katie Price, una vez tuvo conocimiento de los detalles del crimen, le preguntó si realmente se había comido parte del cuerpo de su víctima: "Me dijo que no. En realidad, era un tipo muy agradable".

"Me comí lo que encontré comestible"

Tras su detención y confesión del crimen, Paul Durant aseguró al juez que la mujer se encontraba con vida, pero luego se reafirmaría en que no sólo la mató y la descuartizó, sino que también se la comió. En una carta publicada el 7 de octubre de ese mismo año por el diario británico Daily Mirror, remitida por Durant desde la prisión alicantina de Fontcalent donde estaba recluido, el asesino describió, incluso, cómo lo hizo: «Después de matarla, corté su cuerpo en pequeños trozos y me comí lo que encontré comestible».

Las continuas modificaciones en la versión de Durant llevaron de cabeza a los investigadores desde que fue detenido el 27 de febrero. Las diversas fuentes policiales consultadas entonces coincidían en que el sospechoso tenía alteradas sus condiciones mentales, pero lo cierto es que a día de hoy, Karen Durrell sigue en paradero desconocido.

En la misiva al tabloide británico, Durant hacía un relato espeluznante del presunto asesinato la mujer. «Creo que Dios me entregó a Karen... después de matarla corté su cuerpo en pequeños trozos y me comí lo que era comestible», titulaba el Daily Mirror en grandes caracteres.

"Había venido a España a matar y comer pedófilos"

Durant señaló que «antes de matar a Karen le dije que había venido a España a matar y comer pedófilos». También relataba que, tras devorar a su compañera, «lo que quedó lo coloqué en pequeñas bolsas de plástico y las desperdigué por Calpe». Sin embargo, cuando se produjo la detención, la Guardia Civil rastreó los contenedores y los vertederos donde iban a parar las basuras calpinas, sin hallar rastro de la desaparecida.

El presunto homicida, que era adicto a la heroína, reconocía en su misiva que cuando se produjeron los hechos «estaba desquiciado» y recibía mensajes divinos «desde la tele». «Antes ya había tenido el deseo de matar y comer a gente y así se lo había dicho a la policía británica cuando me detuvieron», añadía.

Su abogado, Alfonso Rossi, calificó de «falsa» la confesión y afirmó que, con ella, el detenido sólo buscaba «notoriedad». En opinión del letrado, con la confesión de canibalismo Durant habría buscado argumentos para aducir «enajenación mental» en el juicio.

En 2019, tras cumplir condena, quedó libre en Reino Unido. Hoy tiene 65 años. La familia de su víctima sigue viviendo una "pesadilla".

Katie Price, tal y como publica The Sun, ha anunciado que presentará un programa de televisión en el que entrevistará a presos en el corredor de la muerte.