El programa “La Mesa Camilla”, que organiza la Asociación Infancias bajo la coordinación de la psicóloga Jeanin Sabah Mazzetta, ha abierto el curso este lunes en la sede de la UA Ciudad de Alicante con una ponencia protagonizada por la especialista Natalia Valverde, psiconalista perinatal, que sitúa la nueva casuística del embarazo en el momento actual.

¿Qué dudas tienen hoy día las futuras mamás que identifiquen una sociedad tan distinta a las de sus madres?

Dudas muchas, o todas. Quizá una de las cosas que más ha cambiado es la cantidad de información accesible. Hay muchos más libros documentados además del acceso a Internet, a Instagram y a las redes en general. Aunque parezca muy positivo, porque nos encontramos muchas parejas muy informadas, que se lo han currado, en la otra cara de la moneda estamos asistiendo a un sepultamiento de la capacidad más instintiva de criar, tanto de la mujer como del hombre.

¿Quiere decir que importa la intuición y hay que seguirla?

Por muchos manuales e instrucciones que haya para seguir, cada bebé es único y cada familia, cada padre, y cada madre también son únicos y no todo sirve a todos, porque si no, con un buen libro tendríamos garantizada la buena crianza, pero sabemos que no es así

Sociedad

¿Qué perciben?

Los profesionales de la salud mental sabemos por la asistencia que prestamos que con el bebé se juegan cuestiones de vivencias propias que pueden estar sin resolver y que pueden dificultar la crianza. Hay que tomarse el tiempo de conocerse en una nueva situación para ver tanto lo que necesita una misma como su bebé.

Quizá para eso están los nueve meses que marca una gestación

Y resultan largos nueve meses. Las mujeres se quejan de que son más, que llegan a las 40 semanas, pero son muy necesarios para hacerse a la idea de lo que está por venir. Igual de complejo que es tener un bebé, convertirse en madre también lo es, y quizá la sociedad nos prepara más para el parto por lo que parece que nace el bebé y ya está todo, pero lo más difícil viene después y no nos tomamos el tiempo necesario, rápidamente queremos incorporarnos a nuestra vida anterior y a ponernos los tacones.

Por sus palabras intuyo que es algo negativo

Nos encontramos con muchas mujeres con dificultades para asumir y disfrutar de esa nueva etapa cuando el bebé está en casa. Quieren volver a sus salidas y aficiones y pretenden estar estupendas demasiado rápido. Tampoco las influencer ayudan mucho, porque se presenta Pilar Rubio estupenda a los diez días de dar a luz, lo queremos todo demasiado rápido pero el bebé necesita su tiempo. Además un bebé es todo incertidumbre, no es igual hoy que mañana y lo que te funciona hoy, mañana no. Incluso para dormir va necesitando cosas distintas. Es una etapa que requiere mucha tolerancia e incertidumbre. Hay que ir probando y la sociedad va a la contra, por la ilusión del control omnipotente que todo lo puede, cuando el bebé es otra cosa.

Ansiedad

¿Cómo hacer para evitar la posible frustración que genera eso?

A veces el cambio nos pilla por sorpresa y no se lleva bien, pero otra madres lo ven como que su vida se ha parado y disfrutan muchísimo, como el confinamiento que nos paró a todos. Hemos observado que ayudó a una maternidad más tranquila, a un mayor apoyo de la pareja al estar en casa, y a evitar visitas que a veces resultan complicadas. Ha sido un fenómeno curioso.

¿Y cuando es al contrario?

A grandes rasgos encontramos en consulta dos situaciones. Una negación que llamamos en psicología de lo que supone la maternidad y lo que necesita el bebé, como que no hace falta que te cambie la vida y se incorporan rápido a trabajar, el nene a la guardería y a viajar, lo que genera un vínculo más frágil y no es lo que necesita el bebé, porque al principio precisa de los cuidadores principales y de un vínculo estrecho.

¿Cuál es la otra situación?

La mujer que lo cría y pasa mucho tiempo con el bebé, pero que se siente insegura e incapaz, lo que genera culpas y no disfruta. Si se prolonga en el tiempo es lo que llamamos depresión postparto, que apunta una prevalencia de entre el 10% y el 20%. Estamos muy atentos porque aunque se esté mentalizada de estar con el bebé lo queremos todo y poder salir con las amigas, a hacer deporte, a cenar. Y lo tenemos muy difícil porque el día tiene 24 horas pero con el bebé no te regalan ni una, no se puede.

¿Es la principal dificultad que observan?

Las depresiones postparto, sí, y algo novedoso en lo que estamos trabajando mucho son cuadros de ansiedad en el hombre también porque el bebé les cambia la vida. La sintomatología es distinta, se refugian en el trabajo, el deporte o el alcohol y hay que prestarles atención. También hay una ansiedad de la mujer en el embarazo que tiene que ver con los cambios del cuerpo, por las exigencias de la imagen que pasa factura.

Maternidad, hoy

¿Qué otra situación actual le llama la atención?

Atiendo muchos casos de mujeres que no saben si quieren tener un bebé, porque hay cierta presión social también, o de la pareja. Conforme se van acercando los terribles 40 va a más. No poderlos tener en cualquier momento de la vida genera dudas, y si deciden no ser madres parece que pasa por dar explicaciones al mundo entero, porque lo natural sería tenerlos, aunque no tiene por qué, porque se puede ser una mujer completa sin hijos también, pero la sociedad sigue preguntando “para cuándo los niños”.

Dígame creencias a las que se haya dado la vuelta.

Según avanzamos científicamente sabemos más. La psiquiatría y psicología perinatal, del bebé, es muy reciente, antes ni se estudiaba. Y hay recomendaciones en la crianza muy distintas que hacen que los padres digan que se vuelven locos. Ya no se les pone boca abajo, siempre de lado o boca arriba; y sabemos que dejarles llorar se puede hacer en un momento determinado, pero no en los primeros meses, porque necesitan ser abrazados. Eso lo da el estudio y el conocimiento.