El apocalipsis de los insectos

Expertos analizan en la UA las causas de la desaparición de los artrópodos y sus efectos en el descenso de las cosechas y la expansión de pandemias

Un apicultor con un grupo de abejas en una imagen de archivo.

Un apicultor con un grupo de abejas en una imagen de archivo. / PILAR CORTES

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Durante los últimos veinte años, la desaparición de especies de insectos en el mundo se ha disparado a ritmos alarmantes. Ni siquiera se conocen los nombres de todas las especies existentes, ni hay consenso sobre cuántas puede haber. Unos estudios hablan del quince por ciento, otros del cuarenta, pero lo cierto es que los insectos suponen el 70 por ciento de la biodiversidad de todo el planeta. Entre estas especies amenazadas hay algunas conocidas y muy importantes, como las mariposas, escarabajos, las abejas, las avispas y los saltamontes. Cerca 200 entomólogos de toda España y Portugal analizan esta semana en la Universidad de Alicante los motivos de la desaparición de los insectos y para lanzar un mensaje que trate de concienciar a la sociedad que sin los insectos no sería posible la vida en el planeta.

Los organizadores de este congreso del Instituto Universitario de Investigación de la UA (CIBIO) reconocen que la batalla por la salvación de los insectos tampoco es tenga la mejor de las prensas." Los insectos se ven como algo repugnante o que pican, pero lo cierto es que desarrollan procesos impresicindibles para garantizar la vida en el planeta como la polinización de las plantas", señala Estefanía Micó, catedrática de Zoología e investigadora del CIBIO. Precisamente las abejas están entre esas especies amenazadas en Europa.

Desde la organización se destacó que una de las consecuencias directas de este descenso de la población de insectos se está dejando notar en las cosechas. Por lo pronto, las cosechas recolectactas se están reduciendo a la mitad por la reducción de polinizadores naturales. Los insectos hacen una labor invisible que no se sabe ni que está, pero que se deja notar en cuanto desaparecen y no hay quien la haga por ellos. La cosecha de cerezas ha sido este año diez veces menor precisamente por esta falta de polinizadores. Una disminución que ha coincidido con el uso de productos con los que se ha tratado frenar el asvancede la xylella. Aunque señalan que la visión negativa de los insectos hace que a menudo estas cifras ni siquiera impresiones a la opinión pública, a pesar de que los insectos no son sólo mosquitos y cucarachas.

El covid

Para recalcar los efectos de esa desaparición se ha incidido en el hecho de que la desaparición de los insectos hizo más fácil la transmisión del covid y en general favorece la expansión de las pandemias. El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Fernando Valladares, explicó que la biodiversidad de especies ha servido de filtro a la hora de mitigar el contagio de enfermedades infecciosas y evitando que salte de una especie animal a los humanos. "La diversidad de especies diluye la carga del patógeno porque al ser especies parecidas comparten los patógenos, pero éstos no funcionan de la misma manera en todas las especies" explicó.

Se estima que hay un millón de especies amenazadas directamente por la actividad del hombre, a pesar de que ni siquiera la humanidad los está persiguiendo de manera activa.

El drama de la desaparición de insectos

Cada vez son más los estudios que muestran cómo la continua fragmentación, transformación, contaminación de los hábitats y el cambio climático están teniendo efectos muy adversos en la diversidad de las comunidades de insectos a múltiples escalas espaciales. «La pérdida de especies de insectos es dramática, ya que afecta de forma directa al desarrollo de funciones ecosistémicas vitales para la salud del planeta y la supervivencia del ser humano como, por ejemplo, la polinización, la regulación de los ciclos de materia o el control natural de plagas. Además, los insectos son un eslabón clave para el mantenimiento de las cadenas tróficas que mantienen la vida en el planeta, por lo que la pérdida adicional de las funciones ecosistémicas derivadas de sus interacciones con otros seres vivos representa una preocupación justificada que debe motivarnos a ponerle freno», destacan desde la organización del congreso.

Paneles informativos del congreso en el Aulario II de la Universidad de Alicante.

Paneles informativos del congreso en el Aulario II de la Universidad de Alicante. / ALEX DOMINGUEZ

Tanto los sistemas de control de plagas, como algunos de los modelos agrícolas para la producción en cadena de alimentos son algunas de las causas apuntadas para explicar la desaparición de los insectos, pero también los propios efectos del cambio climático. Hay especies a las que afectan las altas temperaturas y otras que no sólo se ven favorecidas por el cambio climático sino que también incrementan sus efectos. Es el caso de las termitas, cuya reproducción se ve favorecida por el calor y éstas generan emisiones de CO2 a la atmósfera cuando atacan la madera. A más calor, más termites y por tanto más emisiones de carbono que elevan las temperaturas.

Ecosistemas en los bosques

Otro de los temas abordados en este congreso es la importancia de la dehesa o bosque mediterráneo ibérico que suele ser modelado tanto por el clima como por una larga tradición histórica de la transformación humana. El mantenimiento de las prácticas tradicionales como la ganadería, la retirada selectiva de leña o el manejo de los árboles y el matorral configura de forma única los diferentes elementos estructurales que caracterizan la dehesa y determinan la diversidad de la flora y la fauna que albergan. Dentro de estos bosques hay comunidades de insectos que forman parte de un microhábitat, donde las oquedades de los árboles costituyen toda una zona de refufugio para muchos organismos, al igual que los matorrales o la madera muerta en el suelo, como escarabajos y larvas. Algunas de estas especies forman parte de los organismos polinizadores, que garantizan la persistencia de la vida en los bosques.

Una de las conferencias celebradas en la Universidad para abordar la problemática por la desaparición de los insectos.

Una de las conferencias celebradas en la Universidad para abordar la problemática por la desaparición de los insectos. / ALEX DOMINGUEZ

Dentro de esta búsqueda de soluciones hay un proyecto para que el control de parásitos en la ganadería extensiva tenga una incidencia menor en las poblaciones de insectos y contribuya a restaurar la biodiversidad. La ganadería extensiva puede tener efectos negativos sobre la biodiversidad debido al uso no racional de medicamentos veterinarios ecotóxicos. Uno de los antiparasitarios más utilizados en la ganadería es precisamente el que está causando daños a las comunidades de escarabajos que cumplen una importante función en la disgregación y dispersión de los excrementos del ganado, aportando nutrientes al suelo. Entre las medidas alternativas que se están usando para reducir este impacto están los controles coporparasitarios, el uso de fármacos de baja toxicidad, entre otras soluciones.