Un joven de nacionalidad marroquí, Mostafa Bouhir, ha denunciado ante la Guardia Civil la agresión que sufrió por parte de varios porteros de un bar-discoteca situado en la urbanización Cabo Roig en las playas de Orihuela. El denunciante tuvo que recibir atención médica en el Hospital Comarcal de Torrevieja debido al alcance de las heridas de las que todavía se recupera. Según los partes médicos, presenta hematomas por gran parte de su cuerpo (abdomen, espalda, piernas, brazos), sufre cefalea holocraneal y heridas suturadas en la cabeza y cara.

Los hechos se investigan por el juzgado número 7 de Orihuela no sólo por la agresión, sino por si lo sucedido pudiera esconder un caso de xenofobia y discriminación racial ya que al denunciante, momentos antes de ser agredido, se le prohibió entrar en el citado establecimiento de hostelería con el argumento de que "los moros tienen prohibido el acceso", según reza la denuncia. "También dijeron los negros", apostilla Bouhir que exigió explicaciones a los porteros. "Sólo recibí golpes", subraya.

Los hechos tuvieron lugar el martes día 6 cuando Mostafa Bouhir de 33 años llegó solo a la puerta del bar donde solía acudir con asiduidad junto a su compañera sentimental de nacionalidad irlandesa. Según la denuncia, al intentar entrar al mismo se encontró en la puerta con tres hombres -supuestos vigilantes de seguridad o porteros del establecimiento- que le dijeron que estaba prohibido que accedieran moros, según el escrito de denuncia. Al insistir los porteros le volvieron a prohibir la entrada y comenzaron "a darle empujones y a propinarle puñetazos". Ante esta situación, siempre según la denuncia, el agredido trató de ocultarse la cara y de protegerse para que no le impactaran los golpes sin conseguirlo. A continuación salieron del interior del local cinco hombres más "que trabajan también en ese local", según la denuncia, "y se unieron a la agresión golpeando a la persona por todo el cuerpo con patadas, puñetazos e incluso llegaron a golpearle con algún palo o similar". La denuncia explica que a continuación uno de los clientes del establecimiento alertó de los sucedido a una patrulla de la Policía aunque en el momento en el que hicieron acto de presencia la agresión había cesado. Los golpes recibidos hicieron que el denunciante "perdiera el conocimiento", y en su declaración señala que está seguro de que sus agresores trabajan como vigilantes de seguridad en el establecimiento de hostelería "que son búlgaros con el pelo rapado, y uno de los que le inició la agresión tiene varios lunares en la cara". Este diario intentó conocer la versión del establecimiento sin conseguirlo. Mostafa Bouhir reside en Torrevieja desde hace 9 años junto a otros familiares y trabaja como vendedor en mercadillos semanales de Playa Flamenca, La Marina, Torrevieja o Guardamar.