La docena de trabajadores del Restaurante Miramar que se han quedado sin empleo protestaron ayer ante la fachada del emblemático restaurante para denunciar la situación en la que los ha dejado "tirados" la dirección puesto que no han podido negociar un acuerdo al estar la empresa inmersa en un concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos). Hoy por la mañana repetirán su acción, según explicó el representante de los trabajadores Alberto Villar Sirvent. La plantilla quiso ayer explicar que fue la presentación del concurso de acreedores por parte de la familia que regentaba el restaurante la que provocó la falta de renovación de la concesión para la explotación del edificio que alberga el restaurante dentro del puerto y que otorga la Conselleria de Infraestructura. Es decir, aparecieron primero los problemas económicos y después las dificultades para renovar la concesión. Este procedimiento judicial, explicaron, impide que tras haber dejado el restaurante puedan incorporarse al paro, o a otro puesto de trabajo hasta que el administrador judicial no lo resuelva. Además la empresa les adeuda dos meses de nómina. Según la documentación aportada por los trabajadores la mercantil presentó el concurso de acreedores el pasado mes de noviembre con una deuda reconocida de más de casi cuatrocientos mil euros.

Entre los empleados que se han quedado en la calle hay personas de origen español, como el jefe de cocina, Alberto Villar, colombianos, bolivianos, rusos o caboverdianos. Ayer la boliviana Emiliana Estrada, que durante nueve años ha estado trabajando en la limpieza, recordaba la calidad y la aceptación que tenido siempre el establecimiento a pesar de los problemas de los últimos tiempo a la vez que lamentaba su actual situación. La suma de las indemnizaciones fijadas en el expediente de regulación de empleo para los 12 trabajadores es de 53.314 euros. El trabajador que más percibiría con en este acuerdo no alcanzaría los 11.000 euros de indemnización por un periodo de 11 años.

Maria Gracia Aguilera, responsable de Hostelería del sindicato UGT en la Vega Baja, denunció que la dirección de la empresa del Miramar "ha actuado de forma vejatoria contra las trabajadores a la hora de tirarlos a la calle. Se utiliza una crisis para dejarlos en la calle sin pactar un acuerdo. Un acuerdo que les serviría para ir al paro". Para esta dirigente sindical las dos responsables del establecimiento han dado "la peor solución y la más retorcida a la situación de sus trabajadores a través de un concurso de acreedores". Para las mismas fuentes los sacrificados en este tipo de situaciones "siempre son los trabajadores".

Proyecto

La empresa del Miramar alegó las crisis económica y la falta concesión para el uso de su establecimiento dentro del puerto, que debía renovarse cada seis meses, como causas del cierre, además de la incertidumbre sobre el futuro de la fachada marítima planteada por el proyecto de la Generalitat. Los trabajadores aseguran que tanto el restaurante como el pub funcionaban bien de público en los últimos meses y no ven razones para el cierre.