Los propietarios de los cultivos de uva de la pedanía oriolana de La Murada aseguraron que «entran menos ladrones a los parrales» que al comienzo del mes de julio, cuando los agricultores empezaron a custodiar ellos mismos las cosechas. En concreto, una decena de labradores, propietarios de unas 40 hectáreas de cultivo de uva de mesa, se organizaron para vigilar los cultivos, puesto que sufrían robos continuos de fruta y material de labranza. «Antes era escandaloso», explicó Luis Miguel García, uno de los labradores que vigila día y noche los cultivos.

De este modo, los agricultores retienen a todo el que intenta entrar a sus tierras con el fin de llevarse el trabajo de todo un año y llaman a la Guardia Civil para que los detengan. Y, por ahora, han conseguido disuadir a los presuntos ladrones. «La Policía Local sigue sin hacer nada», denunció García, que ya se quejó a este diario de la falta de vigilancia policial en la zona. Pedro Serna, otro labrador, comentó que «si la patrulla rural de Orihuela aparece a las tres horas de llamarla, ya es bastante». Así, los agricultores manifestaron sentirse «desprotegidos» ante la oleada de robos que suelen perpetrarse cuando la fruta está a punto de recogerse.

Otras visitas «incómodas»

Además, los labradores han tenido que hacer frente a otras visitas «incómodas», ya que, a raíz de publicarse la situación que atravesaban, varias empresas de seguridad privada se han presentado en sus lugares de trabajo o de residencia para intentar venderles sus servicios.