Pablo Arenas es artífice de uno de los belenes más completos de los que se pueden visitar en Orihuela. Basado en las escenas de la Biblia desde la Anunciación hasta la entrega de regalos de los Reyes Magos, esta recreación a escala del Nacimiento incluye hasta el mínimo detalle. Arenas ha elaborado con sus propias manos las casas, montañas, plantas, animales y objetos a la venta en el "mercadillo". Todo, excepto las figuras de personas, que son del belenista José Luis Mayo Lebrija, lo ha hecho Arenas con sus manos.

La afición por la construcción de belenes le viene de su abuelo, Antonio Parra, con quien montaba "el típico nacimiento con montañas de papel maché y río de papel de aluminio". Con los años, Arenas ha ido perfeccionando este arte que poco tiene de menor. El belén ocupa unos diez metros cuadrados en los que se puede contemplar el alba entre los tejados de Jerusalén, el mediodía en un mercadillo de esta ciudad bíblica y la puesta del sol entre las pirámides del Antiguo Egipto.

La recreación, que puede visitarse en la vivienda familiar, situada en la plaza de Monserrate, dispone de un sistema que imita la luz de diferentes horas del día. Por la noche, las "calles" de este belén se iluminan con decenas de bombillas instaladas en el interior de las casas o en las luminarias que hay en las puertas. Para diseñar el belén, Arenas se hizo un trabajo de documentación, de modo que la representación fuese fiel a la historia. Además, se informó sobre el tipo de vegetación y la arquitectura de la época. Escaparatista de profesión y titulado en Cerámica Artística por la Escuela de Artes y Oficios de Orihuela, Arenas reconoce que su pasión es "la maquetación", hacer representaciones de realidades de un tamaño considerable a escalas menores.

Perspectiva y profundidad

A la hora de crear perspectiva y profundidad, Arenas ha dispuesto las figuras de tamaño mayor a menor. La palmeras, hechas por su abuelo, tienen troncos elaborados con piñas y hojas de cartulina, de tal modo que parecen reales. Los mercaderes de Jerusalén venden esteras, esparteñas y otros enseres de esparto reales, que también fueron fabricados por el abuelo de Arenas. Las "piteras" están hechas con material reciclado (latas de refresco), así como las telas que forman toldos y cortinas en las viviendas del Jerusalén recreado.

Este es el tercer belén que monta Arenas. El anterior fue uno construido en "dioramas" (especie de casilleros en los que transcurrían escenas por separado) que permitían crear mayor profundidad, aunque desde un solo punto de vista. De todos los anteriores, el maquetista ha ido aprovechando figuras y elementos decorativos. Así, Arenas ofrece su belén para que los oriolanos lo visiten y busquen al "caganer". "No me gusta esa figura, por eso está escondida", comenta.