Modificar comportamientos en familias que atraviesan situaciones de especial necesidad para enseñarles a gestionar mejor sus recursos y suplir las necesidades más básicas de sus hijos. Este es el objetivo de la asociación Jóvenes con el Arte Solidario (Jas) al desarrollar un proyecto en barrios marginales de Callosa de Segura para ayudar a salir adelante a las familias que sufren una mayor exclusión social debido a su precaria situación.

La intensidad de la crisis y su prolongación en el tiempo ha provocado que sean cada vez más las familias que viven bajo el umbral de la pobreza. En muchas ocasiones, los servicios sociales de los municipios no dan a basto y son las organizaciones sin ánimo de lucro las que ayudan a sobrevivir a las familias que peor lo están pasando. Pero ofrecerles alimento, ropa o vivienda a cambio de nada supone una ayuda puntual que no aborda de raíz el problema.

Reeducar

Una de las colaboradoras de Jas, la educadora social María Ruiz, explica que son cuatro las familias que, seleccionadas por Cáritas, participan de manera más activa en el programa. Las acciones se centran en una de las barriadas más deprimidas de la localidad, la emplazada en las faldas de la sierra que bordea el municipio. Promueve dos líneas de trabajo paralelas y complementarias entre sí. Por un lado, se trabaja con los cabezas de familia para ayudarlos a planificar la distribución de los ingresos de los que disponen, de tal manera que consigan llegar a fin de mes.

"En este programa no se regala nada. Lo importante es que aprendan a salir adelante dejando atrás la mendicidad o la beneficencia como vía para obtener ingresos", señala Ruiz.

La educadora explica que los casos se estudian de manera individual y a partir de ahí se tratan de encontrar soluciones adaptadas a cada situación.

"Encontramos varias familias monoparentales formadas por madres que mantienen hasta a cinco hijos con apenas 400 euros al mes. Estas señoras no pueden optar a un trabajo a jornada completa, pero sí pueden generar pequeñas fuentes de ingresos trabajando algunas horas en servicio doméstico o en los talleres de costura que se promueven desde Cáritas", continúa.

Asimismo, se asesora a los adultos sobre las ayudas sociales a las que pueden optar, sobre el déficit de higiene que presentan algunos de sus hijos y sus consecuencias, por ejemplo, a la hora de establecer relaciones sociales o se les invita al taller de alfabetización de personas mayores.

Apoyo académico

La otra línea de trabajo se desarrolla directamente con los niños a través de tareas de apoyo escolar y fomentando su capacidad de socialización. Se trata de evitar que tiendan a imitar determinados comportamientos de sus familiares que no hacen más que agravar el problema.

En este sentido, la coordinadora del proyecto y algunos voluntarios más visitan la barriada y reúnen a los niños tres días a la semana para ayudarlos a través de juegos a corregir su vocabulario y a hablar correctamente, a fomentar la interacción entre ellos o a hacer un seguimiento sobre su actividad escolar de la mano de sus profesores.

Desde la la asociación Jóvenes con el Arte Solidario señalan que, aunque la ayuda que proporcionan los servicios sociales es fundamental para la supervivencia de estas familias, consideran que faltan más educadores que presten un trabajo individualizado y un seguimiento de las familias.

El proyecto que desarrolla está financiado con el dinero que la asociación recaudó el pasado año. A través de acciones vinculadas con disciplinas artísticas, el grupo recauda dinero que se invierte después en acciones de este tipo, que revierten en beneficio de la sociedad.