El municipio de Granja de Rocamora se encuentra inmerso en una de las festividades más importantes para sus vecinos. La centenaria tradición de celebrar la Cruz de Mayo sacará mañana a las calles a la práctica totalidad del pueblo para conmemorar uno de los rituales más antiguos de la Vega Baja. Como cada año, la jornada arrancará a primera hora de la mañana con un volteo general de campanas que anunciará que el día grande de las fiestas dedicadas al símbolo que representa la cristiandad, la cruz de Jesucristo, ha comenzado.

Así, las calles de la localidad acogerán la tradicional procesión que terminará con la singular "Bendición de los aires" y la ofrenda floral a la Santísima Cruz. Se trata de un ritual que se remonta al siglo XVII y consiste en agitar las dos banderas de la Santa Cruz en la dirección de los cuatro puntos cardinales para implorar protección. La tradición comenzó en 1604, cuando empezaron las celebraciones para conmemorar la expulsión de los moriscos. Desde entonces y hasta hoy persigue augurar un buen año para las cosechas en un municipio que continúa hoy ligado a la agricultura. Asimismo, sirve para pedir la salvaguarda del bienestar de sus vecinos.

Lignum Crucis

El acto, enraizado en la idiosincrasia de este pueblo, se desarrolla frente al Lignum crucis, una reliquia de la Cruz de Jesucristo cedida por el Vaticano. En la procesión participan los repesentantes de las comparsas de Moros y Cristianos, las reinas de las fiestas patronales y decenas de feligreses que, como manda la tradición, concluyen el día grande con comidas de fraternidad entre amigos y familiares.