Sol y temperaturas que rebasaron los 20 grados han llegado a tiempo para la llegada masiva de miles de visitantes mesetarios. Con las vaciones escolares, el turismo residencial -en especial el familiar con casa en la comarca,- no suele fallar a su cita anual de la Semana Santa en la Vega Baja, y menos, si se dan las mejores condiciones. Visitantes nacionales, sobre todo -y también muchos extranjeros, en especial, pensionistas- aprovecharon ayer para pisar la arena de la playa en la playa centro de Guardamar, Los Locos, El Cura y La Mata en Torrevieja, o a lo largo del litoral de Orihuela Costa y Pilar de la Horadada. Algunos se atrevieron con un baño. Muchos disfrutaron de las terrazas junto al mar -a tope de público en algunos momentos del día, como en el caso del Paseo de Juan Aparicio de Torrevieja, que ayer presentaba un aspecto inmejorable-.

A la procesión, esta vez del descanso y el consumo -o ambas al mismo tiempo- se llega en la comarca a través de la A-7 a Murcia, de nuevo saturada para llegar a Ikea, y los centros comerciales de la región vecina, y la N-332 de la costa, que conecta todas las áreas residenciales con las playas y el mayor centro comercial de la provincia en Orihuela Costa. La variante de Torrevieja comenzó ayer a registrar retenciones kilométricas. El más mínimo accidente en este tramo de 8 kilómetros genera una importante retención. La puntual afluencia de público también permitió que zonas comerciales del centro de Torrevieja, habitualmente desiertas a mediodía, prolongaran su horario. En Orihuela, muchos comercios decidieron cerrar y otros, por abrir; principalmente en el casco histórico. Parte del mismo estuvo cerrado al tráfico.