Mil kilómetros de líneas de alta tensión vulneran la protección de avifauna en la provincia

La Generalitat advierte que muchas de las infraestructuras atraviesan zonas especialmente protegidas como ZEPA e incumplen la medidas anticolisión y electrocución hace más de una década

Los tendidos de alta tensión atraviesan es espacio protegido de Sierra Escalona, al sur de la Vega Baja

Los tendidos de alta tensión atraviesan es espacio protegido de Sierra Escalona, al sur de la Vega Baja / TONY SEVILLA

D. Pamies

D. Pamies

La Generalitat ha publicado un inventario de líneas de alta tensión que incumplen la normativa ambiental anticolisión y electrocución de avifauna en la provincia de Alicante. El extenso y exhaustivo listado incluye más de 1.200 kilómetros de infraestructuras eléctricas que no se han adaptado a la normativa con más de 200 tramos distintos de tendidos de alta tensión a lo largo y ancho de la geografía de las comarcas alicantinas.

La resolución de la Generalitat, firmada por el director general de Medio Natural, explica que la electrocución y la colisión en líneas eléctricas es una de las principales causas de mortalidad no natural de aves. Y las rapaces, remarca, «son especialmente sensibles a este problema». Algunas de las más afectadas son también las más amenazadas y señala como ejemplo el azor perdicera (Aquila fasciata), una especie catalogada como en peligro de extinción en la Comunidad Valenciana. 

La provincia cuenta con zonas de especial protección para las aves con una amplia dispersión de rapaces

La provincia cuenta con zonas de especial protección para las aves con una amplia dispersión de rapaces / vega

Rescates

La electrocución afecta también a otras especies más comunes como las águilas reales, culebreras, calzadas, azores, los ratoneros o los búhos reales. Centenares de aves mueren cada año en la provincia debido los tendidos eléctricos, lo que además puede provocar cortes e irregularidades en la distribución eléctrica. En las dos últimas semanas se han producido electrocuciones de águilas por tendidos eléctricos y el rescate de un águila calzada en la Vega Baja.

ZEPAS

En el inventario destacan tendidos kilométricos sin medidas correctoras que atraviesan amplias extensiones de zonas de especial protección para las Aves (ZEPA) de Sierra Escalona y la Dehesa de Campoamor, al sur de la Vega Baja. También hay tendidos aéreos sin protección en las zepa de las lagunas de Torrevieja y La Mata, Cabeçó d´Or y La Grana, Maigmó, Font Rotja, Sierras del Sur de Alicante, Montañas de La Marina, Foia de Castalla, Salinas de Santa Pola, Sierra Helada o Rio Montnegre.

Un águila perdicera electrocutada en Sierra Escalona

Un águila perdicera electrocutada en Sierra Escalona

Desde 2008

En el caso de los tendidos ubicados en zonas protegidas el incumplimiento de las medidas correctoras suma trece años. Un real decreto de 2008 estatal fijó las medidas que debían aplicarse para el caso de apoyos y tendidos que atraviesen una ZEPA. Las actuaciones se basan sobre todo en la ubicación de cadenas de aisladores y la instalación de señalizadores visuales anticolisión.

Fue en 2010 cuando se establecieron las zonas de protección concretas en líneas eléctricas de alta tensión para el caso de la Comunidad Valenciana. En 2018 la dirección general de Medio Natural y de Evaluación Ambiental decidió entrar al detalle. Determinó con su localización, longitud y propietario responsable los tendidos que no se ajustan a esas prescripciones técnicas establecidas en la legislación.

Ampliación significativa

Sin embargo, «debido a un mayor conocimiento sobre la problemática de las electrocuciones en aves y la comprobación de que un elevado porcentaje de las electrocuciones» se estaba produciendo fuera de las zonas de protección designadas inicialmente, la Generalitat dio un paso más para ampliar ese inventario en julio de 2021.

La protección pasó de un 34,90 % del territorio a un 86,98% del territorio de la Comunidad Valenciana. La empresas que gestionan esas líneas conocen que esas infraestructuras incumplen la legislación porque han sido las que han facilitado los datos técnicos a la administración autonómica. Ese significativo aumento del ámbito territorial de la zonas en las que se deben de adoptar las prevenciones anticolisión y electrocución, más del doble del inicial, apenas están en vigor de un par de años.  

CONVENIO DE IBERDROLA CON LA GENERALITAT PARA FIJAR PRIORIDADES

La inmensa mayoría de los tramos de tendidos eléctricos aéreos afectados por la resolución de la Generalitat sobre el incumplimiento de la normativa anticolisión y electrocución son propiedad del grupo Iberdrola, con alguna excepción de infraestructuras de Adif, Red Eléctrica Española, pequeñas compañías locales y unas docenas de particulares.

En este sentido, fuentes de i-DE, empresa distribuidora del grupo Iberdrola, explicó ayer INFORMACIÓN que tiene en marcha un plan de alcance nacional para realizar «la progresiva y adecuada renovación de sus instalaciones para la prevención de incidentes relacionada con la avifauna».

Además aclara que las nuevas instalaciones de distribución de energía eléctrica «ya se ponen en servicio con diseños que evitan este tipo de incidentes, bien con líneas subterráneas cuando es viable, o con diseños que desde el mismo proyecto incorporan los requerimientos necesarios para eliminar el riesgo».

La compañía incide en que también está trabajando en «nuevos materiales y soluciones» que faciliten la implantación de medidas de prevención «en nuestra red existente». 

 Y actualmente está llevando a cabo un proyecto piloto en la Comunidad Valenciana. Colaboran con la Generalitat mediante un convenio por el que el propio organismo público «define las prioridades de actuación en los diferentes ámbitos geográficos de la Comunitat». Es decir, la administración autonómica es la que indica a la empresa dónde es más importante actuar de forma inmediata para evitar el riesgo de colisión de avifauna protegida.

 i-DE participa en el proyecto de reintroducción del águila pescadora en la Comunidad Valenciana, que la Fundación Iberdrola y la Fundación Migres están llevando a cabo, y cuyos primeros pasos se han realizado en la Marjal de Pego-Oliva en colaboración también con la Generalitat.