El peluquero de Nuestro Padre Jesús de la Caída

La cabellera de la imagen principal de la Cofradía del Perdón requiere cada año un lavado, peinado y acondicionamiento especial, de unas 36 horas, para lucir en todo su esplendor en la procesión de Martes Santo

Nuestro Padre Jesús de la Caída, una escultura de Francisco Salzillo, antes de procesionar este Martes Santo

Nuestro Padre Jesús de la Caída, una escultura de Francisco Salzillo, antes de procesionar este Martes Santo / TONY SEVILLA

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Cofrade del Perdón y costalero del Santísimo Cristo del Calvario, Fran Valero Navarro es el peluquero de Nuestro Padre Jesús de la Caída. Desde hace siete años lava, peina y acondiciona el cabello que luce la imagen esculpida por Francisco Salzillo en 1754.

Este profesional desde hace 30 años del establecimiento Mayte Peluqueros viene desempeñando este trabajo previo a la procesión de Martes Santo. Todo surgió cuando la cofradía a la que pertenece le comunicó su preocupación por el estado de la peluca -de pelo sintético-, que data de los años 70, ya que presentaba "un aspecto tieso" -describe- debido al paso del tiempo. Así que se presentó voluntario para embellecer la imagen de Cristo.

Fran Valero Navarro, en la peluquería portando la caja de madera donde la cofradía guarda la peluca como una reliquia

Fran Valero Navarro, en la peluquería portando la caja de madera donde la cofradía guarda la peluca como una reliquia / Información

Para quitar los restos de polvo de la cabellera, Fran primero realiza con mucho mimo un cepillado. Después, la lava, la acondiciona y la deja secar al natural para que no se pierda la forma. Cuando termina de secarse, le hace otro cepillado final y la vuelve a guardar en una caja de madera que la cofradía conserva como una reliquia. El proceso de limpieza dura unas 36 horas.

Caja de madera en la que la cofradía guarda el pelo de Nuestro Padre Jesús de la Caída

Caja de madera en la que la cofradía guarda el pelo de Nuestro Padre Jesús de la Caída / Información

Mientras se realiza esa labor, Nuestro Padre Jesús de la Caída luce su primera peluca, que es de los años 50. Así, tras una mañana de preparativos, que han incluido también engalanar el trono con flores, ha desfilado este Martes Santo Nuestro Padre Jesús de la Caída -el paso titular-, La Verónica, María Santísima del Perdón bajo palio y El Calvario a hombros de sus 56 costaleros acompañados por unos mil nazarenos.

Últimos retoques al paso principal de la Cofradía del Perdón

Últimos retoques al paso principal de la Cofradía del Perdón / TONY SEVILLA

Como novedad, la hora de salida es a las 19.30, antes que de costumbre ya que este año por primera vez se han desdoblado las procesiones de Lunes y Martes Santo. Al ser los primeros del día, dejando paso después, a las 21.30 horas, a la procesión de la Cofradía Ecce-Homo, el Perdón ha tenido que reinventar el inicio.

La Convocatoria del Perdón

En sustitución de La Convocatoria, el tercio que depende de la Junta Mayor y que tradicionalmente inicia y anuncia los desfiles, han abierto la procesión con cuatro bocinas de 3,60 metros, que representan los cuatro tronos, e interpretan la llamada de clarines de la cofradía, así como por un grupo de 12 percusionistas de la escuela municipal de Redován, con marchas compuestas específicamente para la procesión por el profesor y musicólogo Claudio Ibáñez Egea. Su significado y simbolismo están relacionados con "el viacrucis, ese camino que lleva a Jesús hacia el monte calvario donde será crucificado; esa agonía que desata se transfiere a los instrumentos de percusión representando en cada una de las diferentes alturas sonoras que podemos escuchar, ordenados de agudos a graves", en palabras de su autor.

La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús del Amor, de Alhama de Murcia, se encargarán de cerrar la procesión.

Otra novedad es que María Santísima del Perdón luce el traje donado por la familia Luna Botella, copia del original que llevaba la imagen en 1950, que a su vez corresponde a una copia del traje de "armado" de Ramón Montero Mesples, quien antes de la fundación de la cofradía ostentaba el patronazgo del paso de Nuestro Padre Jesús de la Caída, y era el principal benefactor de la procesión de Martes Santo durante las primeras décadas del siglo XX.