El recorte al trasvase reduciría a la mitad la absorción de CO2 de los cultivos

Los regantes advierten que el incremento del agua desalada en detrimento del trasvase limitará la labor de captación de dióxido de carbono y provocará daños medioambientales, aumentando la huella de carbono

Cada hectárea de regadíos vinculados al Tajo-Segura absorbe entre 5 y 20 toneladas anuales de CO2, dependiendo del tipo de cultivo, captando 1,2 millones de toneladas al año

El estudio hecho por una cátedra financiada por el Scrats está ahora profundizando en cómo los suelos de estos cultivos pueden ser también retenedores de gases contaminantes

Rubén Míguez

Rubén Míguez

El recorte al trasvase Tajo-Segura, además de los indudables perjuicios para los regantes y los cultivos de las zonas a las que sirve de agua, traería consigo una consecuencia nefasta como es una menor absorción de dióxido de carbono (CO2) en el campo. Los cultivos regados por el trasvase Tajo-Segura absorben cada año 1,2 millones de toneladas de CO2, una tasa que bajaría la mitad, hasta las 600.000 toneladas de CO2 anuales, en caso de que se cumpla la intención del Ministerio de Transición Ecológica de reducir un 50% los recursos hídricos del acueducto. Es el equivalente a una ciudad con una población de 80.000 habitantes.

Así lo pone de manifiesto un estudio la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad José Manuel Claver Valderas de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) cuyos resultados han sido divulgados este miércoles. La Cátedra está financiada por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats).

El estudio determina que los regadíos permitían absorber 1,2 millones de toneladas de CO2 al año, que es el equivalente a los gases contaminantes que produce en ese periodo el 10 por ciento de la población de las zonas que riega el trasvase, lo que evolucionaría a la baja con la incorporación de agua desalada, que no contribuye tanto a actuar como sumidero de carbono. "Aunque la incorporación de agua desalada fuera del 100%, el regadío seguiría siendo un importante sumidero de CO2", ha precisado el catedrático del área de Ingeniería Agroforestal de la UPCT y director de la Cátedra, Victoriano Martínez.

El encuentro se ha realizado este miércoles en la sede del Scrats, en Murcia.

El encuentro se ha realizado este miércoles en la sede del Scrats, en Murcia. / A.G.F.

Así lo defienden también el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor de la Región de Murcia, Juan María Vázquez, y el presidente del Scrats, Lucas Jiménez, quienes se han reunido para abordar las conclusiones del estudio "Balance de carbono de las zonas regables del trasvase Tajo-Segura" elaborado por la Cátedra en 2021, y que ha servido para analizar la importancia de los regadíos y, especialmente, de los del trasvase del Tajo-Segura como sumidero de CO2 en el Levante.

Martínez ha subrayado que el balance de CO2 de las actividades económicas es algo muy importante porque vivimos en una situación de cambio climático. "Cualquier actividad que favorezca combatir el cambio climático, como aquellas que son sumidero de CO2, tienen que ser potenciadas", según este catedrático.

Recolección de un campo de brócoli en la huerta de la Vega Baja, la zona que sería de las más afectadas por las restricciones.  | TONY SEVILLA

Recolección de un campo de brócoli en la huerta de la Vega Baja. / Tony Sevilla

En este sentido, señala que las 1,2 millones de toneladas de CO2 que absorben los cultivos regados por el agua del trasvase equivalen a las emisiones de 161.000 personas y, teniendo en cuenta que la población de la Región de Murcia es de 1,5 millones de personas, a las que habría que sumar las del sur de la provincia de Alicante que abastece el trasvase, los regadíos del trasvase Tajo-Segura tienen una capacidad de secuestrar el CO2 que emite más del 10% de la población. Algo que se reduciría a la mitad por la mitad con el uso de agua desalinizada, con menor capacidad de absorción de dióxido de carbono.

Si se suman los regadíos que no son del trasvase, y que representan una cantidad equivalente a los del Tajo-Segura, esta cifra se elevaría al CO2 emitido por el 20% de la población. "Nos están ayudando mucho a mitigar las emisiones que realizamos con otro tipo de actividades", ha aseverado Martínez.

La tasa por hectárea de CO2 absorbido está entre 5 y 20 toneladas, y, si se reduce el terreno cultivado, caerá también la cifra de CO2 secuestrada. Influyen varias variables, como el tipo de cultivo.

Victoriano Martínez ha precisado que los cítricos o los cultivos leñosos, en general, tienen mayor capacidad de retención de dióxido de carbono que los hortícolas. En el estudio ya se ponía de manifiesto que cultivos como el limonero, mandarino, naranjo, albaricoque y melocotonero eran nueve veces más eficientes como sumidero de CO2 que los cultivos hortícolas, como alcachofa, brócoli, lechuga y melón.

La Cátedra sigue trabajando para determinar nuevas variables que pueden ayudar a mejorar ese balance, como es la capacidad de los suelos para servir de sumidero de CO2 con distintos tipos de actividades agrícolas o de manejo de los cultivos. Cuando obtengan datos, se incorporarán al balance para tener cifras más actualizadas.

Una plantación de limones en la Vega Baja.

Una plantación de limones en la Vega Baja, uno de los cultivos que más CO2 absorben. / TONY SEVILLA

Retroceso

Por su parte, Lucas Jiménez ha recordado que la planificación hidrológica terminada hace un año en el conjunto del país ha supuesto un recorte de una fuente de recursos para el Levante, como es el río Tajo. "Todos sabíamos que era primordial, desde una perspectiva económica, pero ya advertíamos hace dos años, con este informe que había también una repercusión medioambiental", ha advertido. Todo ello hizo que el Scrats defendiera "con ahínco" la llegada de los recursos del trasvase.

El presidente del Scrats ha insistido en que este estudio demuestra científicamente la rentabilidad ambiental del trasvase, lo que se suma a la rentabilidad económica de esa infraestructura y a la de términos de empleo.

De hecho, ha recordado que el propio Plan de Cuenca del Segura mencionaba que se producirían "daños medioambientales" en el caso de que, finalmente, se produjera esa reducción a futuro de caudales para el Levante procedentes del Tajo.

Trasvase Tajo-Segura

Trasvase Tajo-Segura / Agencias

Esos daños medioambientales, según el presidente del Scrats, suponen que el incremento de un recurso complementario como el agua desalada en detrimento de agua del trasvase "es un retroceso de esa labor de captación o sumidero de CO2 que tiene el regadío", ha aseverado.

Jiménez ha señalado que la perspectiva económica que el Scrats hacía en la defensa del trasvase "debe ser complementada con una visión medioambiental también". Y asegura que el propio Plan de Cuenca y el Ministerio también "amenaza con la destrucción" de empleo.

Y es que, ha advertido, dentro de cuatro años "vamos a estar inmersos en otra planificación hidrológica" en la que, "si se le mete un tajo" al trasvase "similar" al que se le ha dado ahora, "ya no seremos sumidero de CO2, sino que nos convertiremos en otra cosa".

Objetivo: ser climáticamente neutros en 2050

Vázquez, por su parte, ha agradecido la continuación del trabajo de la Cátedra por lo que significa a la hora de poner en evidencia, desde la evidencia científica, el papel que está jugando la agricultura en frenar esa desertificación que, como consecuencia del cambio climático, "avanza a pasos agigantados".

Ha destacado que hay 55 millones de frutales en la Región de Murcia que, en este momento, están frenando estos procesos de desertificación que afectan, de forma global, a todas las regiones de Europa y, especialmente, a las que más expuestas están, como es el sureste de la península ibérica.

Canalización del trasvase Tajo-Segura a su paso por Orihuela.

Canalización del trasvase Tajo-Segura a su paso por Orihuela. / Tony Sevilla

Y ha remarcado que hay datos científicos sobre lo que está significando la agricultura como sumidero de CO2, y ha recordado el compromiso adquirido con la Unión Europea para ser climáticamente neutros en 2050.

Este estudio demostraría el papel que ha tenido y que tiene el Tajo-Segura desde un punto de vista medioambiental, y el gran sumidero de carbono que es la huerta que riega el trasvase en el sureste español.